?Te lo has preguntado alguna vez?

Las hojas relumbran como tizones de virginal trasparencia. El sendero está rielado por rayas de sombra. El monte sin ganado, sin el tintineo de las esquilas, sin los gritos de los pastores, es una flor sin perfume. De vez en cuando, un claro que alumbra el camio, arquitectura variable del mundo, arranca al viajero del abismo en que el recuerdo de lo que fue le abisma. Un pájaro solitario se acomoda en una secreta rama y pone música calla a los áridos pasos del viajero o quizás recuerde en silencio las notas puras y blancas de su canto. Sobre un umbroso rincón cae como rocío el clou clou de un sapo solitario que tal vez ha olvidado como cantan los sapos. Cuando el sol va escapando del fuego que plantó a las últimas cumbres, el viajero se embarca en la secreta barca que surge de la penumbra pensando que tal vez hubiera sido de buena gana algo de lo que no es y se pregunta: ¿Seré solo la resistencia a lo que siempre quise ser? “Solo recuerdos es demasiado poco”.

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