Los preñados

“Hoy, después de muchos años sin venir al pueblo, he subido al Cebreiro. Subiendo iba  pensando, está preñado de árboles, unos de maderas para edificios, otros frutales, de hierbas, medicinales unas y otras de alimento para los ganados y animales salvajes. Aquí brota infinidad de manantiales de abundante agua purísima que van a dar y hacen el Eiroá  que fertiliza y embellece el balle de Fontercada y parte de la Limia. Sus cumbres pedregosas dan abundante piedra para hacer casas de granito que tanto llaman la atención de los visitantes. Hoy se aprecia la desnudez del invierno y la lucha de las  las fuerzas prisioneras del tiempo por asomarse a la vida. Este paseo ha sido para mí tienda y mercado. He bajado como nuevo y con los oídos llenos del canto de su eterna melancolía que adormece el barullo de los informativos”. Se quedó un rato en silencio y continuó: “Creo que todo esto ya lo he leído hace mucho tiempo en “Los nombres de Cristo” de Fray Luís en donde dice que los hebreros llaman a los montes: "los preñados".

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