Los terroristas son islamistas, con creyentes, tienen fe; matan y siembran el terror en nombre del su Dios. Muchos laicistas y ateos no pueden admitir la fuerza de la fe. A estos hay que decirles que la fe condiciona la vida de los creyentes sinceros. Otros no pueden admitir que haya gente que mate en nombre de Dios. A estos hay que decirles que una cosa es la religión oficial y ortodoxa, y otra la religión vivida. La ortodoxia está en los libros; la única religión que existe es la vivida. Hay quienes matan en nombre de Dios y siembran el terror, hay quienes entregan su vida a los demás motivados por su fe, hay quienes se dejan matar por confesar su fe. Mientras la inteligencia y los políticos occidentales no entiendan esto, que la fe es importante y condiciona la vida del creyente, no comprenderán el problema. A no ser por casualidad, alguien que no entienda un problema no podrá solucionarlo.