El silenco de las sombras

Tendremos tiempo de saborearemos lo que es ser libres al tener que inventarlo todo y la cárcel de no tener nada delante ya lo mejor pensamos en la belleza viva de la serena y beneficiosa rutina, de mirarnos al espejo y soportar la servidumbre de estar con nosotros mismos, de bañarnos en nuestras propias ondas, escuchar nuestros pasos, de soñar con crepusculares lejanías y celestiales melodías de paz eterna y de amor, y en la fragilidad de las flores de invierno. Pero también de, en un papel en blanco, plasmar la nebulosa que nos ronda la cabeza en pensamientos redondos como membrillos. Veremos lo rápido que pasan cinco minutos y como cinco minutos se convierten en la eternidad escuchando el silencio de las sombras. En Loureses hace tiempo que el camino no se desborda con torrentes de entusiasmo.

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