Misa en la arquidiócesis argentina de Córdoba por los diez años del Papa Francisco Monseñor Ángel Rossi: "Francisco monta el Evangelio en pelo, no le pone aperos para suavizarlo"

Acción de Gracias en Córdoba (Argentina) por el décimo aniversario de Francisco en el papado
Acción de Gracias en Córdoba (Argentina) por el décimo aniversario de Francisco en el papado

El arzobispo de la arquidiócesis argentina de Córdoba, Ángel Sixto Rossi, presidió la misa en acción de gracias por los diez años de la elección del Papa Francisco

Fue en la Catedral de Córdoba, organizada por los obispos de la Región Centro y que incluye además de la sede metropolitana, las diócesis de Río Cuarto, San Francisco, Cruz del Eje, Villa María y la prelatura de Deán Funes

Con un templo desbordante de fieles laicos y un destacadísimo número de sacerdotes y diáconos de todas las diócesis que acompañaron a sus obispos, la celebración se llevó a cabo en un marco de gozosa alegría y profundo recogimiento

Rossi enmarcó el ministerio de Francisco en el pastoreo de San Juan XXII al anunciar el Concilio Vaticano II sobre que "la Iglesia prefiere usar la medicina de la misericordia y no empuñar las armas de la severidad"

Señaló: "Y como Jesús, el Papa Francisco tampoco es un profeta bien visto en su tierra. Y es que los profetas incomodan … El Papa Francisco no tiene pelos en la lengua"

El arzobispo de la arquidiócesis argentina de Córdoba presidió la misa en acción de gracias por los diez años de la elección del Papa Francisco.

La celebración formó parte de las organizadas en el país por el mismo motivo, Jorge Mario Bergoglio fue elegido Papa aquel 13 de marzo de 2013.

En este caso la convocatoria fue en la Catedral de Córdoba, organizada y convocada por los obispos que componen la Región Centro y que incluye además de la sede metropolitana, las diócesis de Río Cuarto, San Francisco, Cruz del Eje, Villa María y la prelatura de Deán Funes.

Con un templo desbordante de fieles laicos y un destacadísimo número de sacerdotes y diáconos de todas las diócesis que acompañaron a sus obispos, la celebración se llevó a cabo en un marco de gozosa alegría y profundo recogimiento.

A la hora de la homilía, el arzobispo Rossi comenzó admitiendo que a pesar de haber pasado diez años “creo que todavía no hemos salido del shock, no hemos acomodado el corazón ante este tsunami del Espíritu que arrasó con todas las playas de la Iglesia y del mundo, que derrumbó todas las escolleras de la resistencia o de la indiferencia”.

El también jesuita, como el Papa, afirmó que “la gente de la Iglesia y del mundo descubre en Francisco a un hombre capaz de devolver la esperanza y abrir nuevos horizontes; a un pastor que nos invita con sus palabras y con sus gestos, sencillos e interpelantes, a dejar de ser coleccionistas de antigüedades y cultivadores de teologías narcisistas, a abandonar las retaguardias aburguesadas y cómodas para ir a las periferias del mundo y perder el miedo de ensuciarnos en ellas los pies. A preferir ser heridos por salir y no terminar enfermos por encerrarnos; a volver al anuncio y sobre todo al testimonio elemental de una iglesia pobre y para los pobres, como la quiso el Señor, así como la renovó San Francisco, como la vivió la Madre Teresa de Calcuta y San Alberto Hurtado; el santo cura Brochero, nuestro Beato Enrique Angelelli, así como la quiere también nuestro Papa Francisco.”

En esta línea, enfatizó: “El tema central del mensaje de Francisco es volver al Evangelio, a rajatablas. Francisco monta en pelo al Evangelio, no le pone aperos para suavizarlo.”

Monseñor Rossi, citando a Victor Manuel Fernández agregó que el otro tema central del mensaje del Papa Francisco es la dignidad de la persona “ya que todo ser humano tiene un valor infinito por el inmenso amor de Dios que lo sostiene.”

“Por eso defiende a los inmigrantes y refugiados –ilustró- pide por la vida digna de los presos, rechaza la pena de muerte, condena la trata de personas, denuncia las crisis medioambientales … da voz a los descartados y abandonados, busca tender puentes con las personas que, en principio, parecen estar fuera o incluso en desacuerdo con la Iglesia.”

El arzobispo de Córdoba resaltó también los gestos de Francisco: “La visita a Lampedusa, los almuerzos con gente que duerme en la calle, sus llamados telefónicos a los más olvidados, los viajes a países poco conocidos, y todo para decir: donde hay un ser humano olvidado o despreciado hay un tesoro y allí quiero estar yo.”

Rossi enmarcó el ministerio de Francisco en el pastoreo de San Juan XXIII al anunciar el Concilio Vaticano II sobre que “la Iglesia prefiere usar la medicina de la misericordia y no empuñar las armas de la severidad”, y en el de San Pablo VI al concluir el Concilio: “El espíritu de nuestro Concilio ha sido principalmente la caridad … ha enviado al mundo en lugar de deprimentes diagnósticos, remedios alentadores; en lugar de funestos presagios, mensajes de esperanza”.

Monseñor Ángel Rossi concluyó diciendo: “Y como Jesús, el Papa Francisco tampoco es un profeta bien visto en su tierra. Y es que los profetas incomodan … El Papa Francisco no tiene pelos en la lengua: cuestiona la mentalidad individualista y la idolatría de la economía de mercado … y con su sencillez pone en jaque tanto a honorables eclesiásticos que creen que seguimos en el Renacimiento, como a respetables cristianos acomodados que creen que pecar es ir solamente contra el sexto mandamiento.”

“Los profetas incomodan. Con Francisco no se puede ser indiferente: o lo querés y los seguís, o lo detestás e intentás despeñarlo, como a Jesús, que paso de la admiración a la incredulidad y de allí al odio"

Sueño un nuevo humanismo, un proceso constante de humanización …una humanidad donde ser migrante no sea delito …donde los jóvenes respiren el aire limpio de la honestidad y amen la belleza de la cultura no contaminada por el consumismo …sueño con políticas eficaces, centradas en los rostros más que en los números … en una humanidad que promueva y proteja los derechos de cada uno sin olvidar los deberes para con todos”, concluyó Rossi, leyendo citas textuales del propio Papa Francisco.

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