Las periferias cierran la Semana de Francisco en Religión Digital "Pedimos a la Iglesia que nos escuche, que no olvide nuestros nombres, somos parte del Pueblo de Dios"

Los participantes en la mesa de experiencias en la jornada de clausura de la 'Semana de Francisco'
Los participantes en la mesa de experiencias en la jornada de clausura de la 'Semana de Francisco'

Said, inmigrante: "Tengo un sitio donde puedo dormir, ducharme y comer, lo cual para una persona que está en la calle es fundamental"

Peio Sánchez: "Una Iglesia que se abre, es una Iglesia que evangeliza. Esto es lo que hemos aprendido con esta experiencia, que ahora se llena de creyentes y no creyentes que saben que aquella es su casa"

Óscar, de Crismhom: "Invitamos al resto de la Iglesia a que nos escuche, que se escuche nuestras historias llenas de sufrimiento, donde también ha habido amor de Dios"

Manuela, de Sant'Egidio: ""Nuestros amigos de la calle -prosiguió-, porque no les queremos llamar personas sin hogar, nos han dicho que el problema no es pasar hambre o frío, sino la soledad, la invisibilidad, la grandísima indiferencia"

Juan Cuatrecasas: "Que la Iglesia empiece a abrirse y recibir estos problemas como algo para solucionar y no como algo para rechazar, es lo más importante, lo que el Papa quiere y lo que se espera de una institución como esta"

Con las periferias en el epicentro del pontificado del papa Francisco, del que hoy se cumple del décimo aniversario, esta nueva categoría eclesiológica ha presidido también la jornada de clausura de esta Semana de Francisco en Religión Digital, que se inauguró el pasado 6 de marzo.

Con el mismo marco de la Iglesia de san Antón, la parroquia 24 horas del P. Ángel en Madrid, y con la participación de Mensajeros de la Paz y la Fundaciò Convent de Santa Clara, y la colaboración de Instituciones Religiosas del Banco SabadellCatólicos en Red y ARAS, la jornada de clausura ha querido traer esas periferias geográficas y existenciales al centro de la reflexión dando la voz, en una mesa de experiencias a una serie de realidades a las que Jorge Mario Bergoglio ha contribuido a traer al primer plano en estos diez años.

"Lo que no sobra nunca es el cariño"

"Es un día grande, para repensar. Los homenajes a veces sobran, lo que no sobra nunca es el cariño que desde aquí le queremos mandar al papa Francisco, porque nuestras oraciones ya las tiene también", recordó el fundador de Mensajeros de la Paz, el P. Ángel García, al inaugurar la jornada".

El templo de San Antón durante la mesa de experiencias
El templo de San Antón durante la mesa de experiencias

Víctimas de abusos sexuales, de la trata, colectivos LGTBIQ+, personas sin techo... se dieron cita en el templo madrileño para dar cuenta de una experiencia que les ha mantenido ocultos, silenciados y en los márgenes; o de esa opción eclesial que les ha llevado a habitar las periferias, a incursionar en ellas para hacer presente también en esas coordenadas el mensaje del Evangelio.

Peio Sánchez con Said
Peio Sánchez con Said

El sacerdote barcelonés, Peio Sanchéz, rector de la Parroquia de Santa Anna, en Barcelona, llegó acompañando por Said, y representando a las llamadas 'iglesias hospital de campaña', que existen -como San Antón en Madrid o Santa Anna, en Barcelona, en México, Ammán, Quito y en otras ciudades "que han hecho la opción de crear espacios de acogida para las personas más vulnerables", señaló.

Said, la tortuosa peregrinación de un ilegal

Said contó, en primera persona su historia, su salida de Marruecos, que abandonó hace casi seis años, siendo acogido en Santa Anna desde hace cuatro años. Su peregrinación por Europa, entrando por Turquía, estuvo jalonada de dificultades, de miedos, incertidumbres y desvelos.

"Un vía crucis", como reveló Sánchez, durante el cual Said intentó cruzar las fronteras en cuatro ocasiones. Hasta que un día llegó a Barcelona y un amigo le dio la dirección de Santa Anna, adonde fue a desayunar y de la que ya no se ha desvinculado. "Tengo un sitio donde puedo dormir, ducharme y comer, lo cual para una persona que está en la calle es fundamental", comentó el joven marroquí, que ve ya más cercana la posibilidad de encontrar un trabajo con la mediación de Santa Anna.

"Una Iglesia que se abre, es una Iglesia que evangeliza. Esto es lo que hemos aprendido con esta experiencia, que ahora se llena de creyentes y no creyentes que saben que aquella es su casa", concluyó Peio Sánchez.

Óscar (a la izquierda), durante su testimonio
Óscar (a la izquierda), durante su testimonio

Óscar, representantes de Crismhom, una comunidad LGTBIQ+ narró su experiencia, contando también "la eclesiofobia que había en estos colectivos". "Crismhom nace como un espacio para acogerlas, y desde este colectivo experimentamos el amor de Dios, de una experiencia de evangelio inclusiva, donde Dios nos acoge, porque tenemos nuestros dones como hijos, hijas e hijas de Dios, y ahora nuestra realidad es más visible".

Espacios libres de prejuicios en la Iglesia

"Las palabras de Papa han sido bonitas, desde aquel 'quién soy yo para juzgar', pero a la vez tristes, porque no vemos un camino en la oficialidad de la Iglesia, aunque sí en las bases, que nos acogen, y seguimos reivindicando nuestros espacios, libres de prejucios y discriminaciones, e invitamos al resto de la Iglesia a que nos escuche, a que se escuchen nuestras historias llenas de sufrimiento, donde también ha habido amor de Dios, porque hemos sentido la llamada y el valor del evangelio".

"Estamos participando en el Sínodo, queremos que la Iglesia nos acoja, que somos partes del Pueblo de Dios y que como tal nos sentimos", concluyó el representante de Crismhom.

Manuela, de Sant'Egidio
Manuela, de Sant'Egidio

Manuela, desde la Comunidad de Sant'Egidio, recordó como Francisco ha puesto "en el centro las periferias, ha creado las jornada de los pobres, ayudándonos a poner nuestra mirada sobre sus realidades, a acompañar a tantos hombres que viven en las ciudades, pero son su periferia".

"Nuestros amigos de la calle -prosiguió-, porque no les queremos llamar personas sin hogar, nos han dicho que el problema no es pasar hambre o frío, sino la soledad, la invisibilidad, la grandísima indiferencia, lo que les hunde mucho más en el pozo del dolor", señaló la miembros de Sant'Egidio.

Juan Cuatrecasas, ofreciendo su testimonio
Juan Cuatrecasas, ofreciendo su testimonio

Juan, Ana y Juan, la familia Cuatrecasas, protagonistas a su pesar el caso Gaztelueta de abusos sexuales, concluyeron con esta mesa de experiencias dando voz a las víctimas más ocultadas durante décadas.- "No nos han conseguido robar la fe -comenzó señalando el padre-, lo demás nos han obligado a cambiar de vida, de domicilio, pero seguimos luchando por nuestro hijo, y porque nos sentimos acogidos por un aparte de la iglesia que existe, en la Iglesia hay gente muy buena, que hay que conocer y que acogen, cuidan y miman a las personas, esa Iglesia existe y nosotros la hemos sentido de cerca".

"Es lo que se espera de la Iglesia"

Juan, el hijo, la víctima, señaló que "a pesar de no ser creyente, poder hablar aquí es algo que se me hace único y considero sin duda que es positivo. A pesar de lo que me pasó, he sufrido y hemos sufrido, experiencias como esta, es bueno que haya estos espacios en donde se recibe a las personas, y poder hablar es una forma de romper tabúes y acoger a personas que hayan pasado por experiencias así".

"He tenido la fortuna de haber podido aprender a vivir con un problema como este y de haber hablado en el Parlamento vasco, en la Asamblea Nacional francesa, con el Papa, grabando un documental. Y la Iglesia, aunque a día de hoy sea de una manera más de base y a pie de calle, que la Iglesia empiece a abrirse y recibir estos problemas como algo para solucionar y no como algo para rechazar, es lo más importante, lo que el Papa quiere y lo que se espera de una institución como esta", concluyó el joven, recibiendo un caluroso aplauso de los asistentes en una testimonio que, como todos los demás, pudo ser seguido por el canal de YouTube de Religión Digital.

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