La Iglesia de Madrid reflexiona sobre la contribución de Francisco a la familia en estos diez años La mesa redonda Ternura: "Todo matrimonio y toda familia es una historia de salvación"

Mesa redonda en Madrid sobre los diez años de Francisco
Mesa redonda en Madrid sobre los diez años de Francisco

El salón de actos Padre Arrupe, en Jesuitas Maldonado, ha acogido este martes, 21 de marzo, la mesa redonda Ternura, cuidado y familia en los diez años de pontificado de Francisco

Organizada por la Delegación Episcopal de Laicos, Familia y Vida, la Delegación de Jóvenes y la Vicaría para el Desarrollo Humano Integral y la Innovación en el marco de las actividades para conmemorar el aniversario

Con la participación de María Bazal, Fernando Vidal, Virgina Cagigal, Ana Berástegui y Pablo Guerrero, SJ. Cerró el acto el arzobispo de Madrid, cardenal Carlos Osoro

Fernando Vidal: "A lo largo de estos diez años, Francisco 'no ha dejado de hablar de la familia' y que la exhortación Amoris laetitia trata, sobre todo, de la 'vinculación', de 'la alegría del amor'

(Archimadrid).- El salón de actos Padre Arrupe, en Jesuitas Maldonado, ha acogido este martes, 21 de marzo, la mesa redonda Ternura, cuidado y familia en los diez años de pontificado de Francisco, organizada por la Delegación Episcopal de Laicos, Familia y Vida, la Delegación de Jóvenes y la Vicaría para el Desarrollo Humano Integral y la Innovación en el marco de las actividades para conmemorar el aniversario.

—¿Cuál es la mayor contribución de Francisco a la familia? —ha lanzado la delegada de Laicos, Familia y Vida, María Bazal, para romper el hielo.

—Es la radicalización de todo vínculo como clave de nuestro tiempo —ha contestado Fernando Vidal, director de la Cátedra Amoris Laetitia impulsada por la Universidad Pontificia Comillas y la Fundación Casa de la Familia.

Mesa
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Fernando Vidal: "A lo largo de estos diez años, Francisco 'no ha dejado de hablar de la familia' y que la exhortación Amoris laetitia trata, sobre todo, de la 'vinculación', de 'la alegría del amor'"

El profesor de Sociología ha valorado que, a lo largo de estos diez años, Francisco «no ha dejado de hablar de la familia» y que la exhortación Amoris laetitia trata, sobre todo, de la «vinculación», de «la alegría del amor». La principal aportación, a su juicio, «no está tanto en el ámbito pastoral o en la teología moral», sino en una «mística trinitaria», con esa relación con Dios que cambia la relación con los demás.

La especialista en psicología clínica Virgina Cagigal ha abundado en que «la misericordia es imprescindible para todas las relaciones, pero especialmente para la vida familiar». También ha remarcado que, en el acercamiento de Francisco, se propone no permanecer «estático», sino plantearse «yo qué puedo aportar al otro […] para que sea la mejor persona que puede ser».

Una mirada misericordiosa

A su lado, la profesora de Psicología en Comillas y directora del Instituto Universitario de la Familia, Ana Berástegui, ha reiterado que «el amor enciende la manera de relacionarnos» y ha aplaudido el «cambio de acento en la forma de hablar a las familias y de las familias». «Cambia la mirada de lo que deberían ser las familias a lo que son las familias. […] Es una mirada misericordiosa, una mirada acogedora y una mirada agradecida», ha añadido, porque «menos mal que están ahí».

Al hilo de estos razonamientos, Pablo Guerrero, SJ, párroco de San Francisco de Borja y profesor de Teología Moral y Pastoral, ha querido sintetizar las aportaciones de Francisco en tres puntos. En primer lugar, «desde el punto de vista pastoral, la familia pasa de ser un objeto de pastoral a ser un sujeto de evangelización». En segundo lugar, «desde el punto de vista de la moral», se entiende «que todo matrimonio y toda familia es una historia de salvación», «una prueba palpable de que Dios está presente».

Mesa Ternura
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En tercer lugar, ha proseguido el jesuita, queda claro que la familia forma parte del «proyecto eclesial» del Papa. De hecho, en Evangelii gaudium, que es una exhortación «programática», el Sucesor de Pedro «sueña el futuro de la Iglesia» y toca los tres temas clave que luego ha llevado a los sínodos: la familia, los jóvenes y «el mismo ser de la Iglesia».

Posibilidades de sanación

Aterrizando en su experiencia, Guerrero ha expuesto que en su parroquia, igual que en otros lugares de la archidiócesis, hay distintas iniciativas para acompañar a las familias en sus situaciones reales, con sus heridas y dificultades. Y en otro momento ha explicado que, igual que se ha avanzado en la sociedad con la atención psicológica, «el Papa Francisco entiende qué es la terapia, que no es corregir, sino acercarse a la persona y acariciar lo que es de verdad».

En esta línea, Cagigal ha apelado a la «humildad» para entender que uno no puede «tirar del carro» solo y ha invitado a la Iglesia a plantearse «cómo ofrecemos posibilidades de sanación», especialmente a quienes muchas veces no acceden a ellas por falta de recursos. «La fe ayuda a mirar a todas las familias con esperanza», ha afirmado Berástegui, al tiempo que ha recordado que «lo que siembras en la familia, lo siembras en la sociedad».

Mesa Ternura
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A juicio de Vidal, para dar verdadero apoyo hay que ser «creativos» y, para ilustrarlo, ha aludido al Reloj de la Familia y a otras herramientas sucesivas —como un proyecto para novios—, que muestran que «estamos a tiempo» de cambiar situaciones enquistadas, apelando siempre al encuentro. «Nos ha permitido llegar a sitios donde no llegábamos. […] Nos permite hacer hospitales de campaña en las periferias del amor».

La importancia de los mayores

Durante el encuentro se han planteado otras cuestiones como la importancia de decir «para siempre»; la paternidad —que para Vidal no se puede entender como algo «aislado», sino como parte del todo familiar—; el rechazo del Papa al machismo y también a la ideología de género; la importancia del cuidado de los mayores —que en expresión de Cagigal resulta algo «contracultural» en una sociedad «del descarte»—, o el «legado» que se transmite de abuelos a nietos.

Para cerrar el acto, el arzobispo de Madrid, cardenal Carlos Osoro, ha rememorado con cariño que en su familia fueron «los unos para los otros», ha agradecido las aportaciones del Papa y de los ponentes, y ha pedido que «sigamos trabajando» en un «tema fundamental en la vida de la Iglesia, fundamental en la construcción de la sociedad…».

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