La diócesis resucita una tradición perdida en el tiempo Cientos de años después, dos gigantes regresan a la Catedral de Pamplona

Gigantes de la Catedral de Pamplona
Gigantes de la Catedral de Pamplona

La Fundación Occidens ha presentado esta mañana la pareja de reyes de Occidente, los dos gigantes que la entidad ha recuperado dentro del proyecto interdiocesano 'Expedición 4.0 al Medievo'

El presidente de la Fundación Occidens, Carlos Ayerra Sola, y el autor de los gigantes, el creativo artístico pamplonés Jorge Urdánoz Apezteguía, han dado a conocer ambas figuras, que son una representación alegórica y simbólica de reyes de Occidente

Mañana, 1 de noviembre, las dos nuevas figuras serán bendecidas por el arzobispo y bailarán en el atrio de la Catedral a las 16:30 horas, en un acto abierto al público

(Iglesia de Navarra).- La Fundación Occidens ha presentado esta mañana la pareja de reyes de Occidente, los dos gigantes –de los seis que tuvo la seo– que la entidad ha recuperado dentro del proyecto interdiocesano “Expedición 4.0 al Medievo”. El presidente de la Fundación Occidens, Carlos Ayerra Sola, y el autor de los gigantes, el creativo artístico pamplonés Jorge Urdánoz Apezteguía, han presentado ambas figuras, que son una representación alegórica y simbólica de reyes de Occidente.

Está documentado que, en los primeros años del siglo XVII, la catedral poseía seis gigantes, los cuales representaban a monarcas occidentales, turcos y moros. En esta primera fase del proyecto se ha recuperado la primera pareja citada en los textos antiguos. Estos gigantes no representan a personas concretas. No son figuras que puedan asociarse a un reino específico, sino alegorías que engloban diferentes aspectos fisionómicos y culturales de Occidente en el siglo XVI, de territorios con orígenes comunes en torno a la cultura grecorromana y el cristianismo.

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"A principios del siglo XVII, las crónicas se refieren a los gigantes como 'antiguallas' y a su participación en procesiones como una 'tradición', lo que confirma que su origen se remonta, al menos, al siglo XVI"

El Ayuntamiento homenajea a Tadeo Amorena, creador de los Gigantes de Pamplona, de dos kilikis y de dos zaldikos, cuando se cumple el bicentenario de su nacimiento

Están representados a la moda del siglo XVI, aunando prendas y joyas de diferentes territorios para simbolizar la diversidad dentro de la cultura común de estos pueblos. Van a la moda de esa época porque, aunque no existe documentación gráfica de cómo eran los gigantes originales, sí sabemos que Tadeo Amorena realizó en 1860 los actuales gigantes del Ayuntamiento de Pamplona a partir de los gigantes de la catedral que aún se conservaban. Por este motivo, observando el atuendo de los reyes occidentales de la comparsa pamplonesa, sabemos que la vestimenta era de esa época. Este hecho se refrenda con que, a principios del siglo XVII, las crónicas se refieren a los gigantes como “antiguallas” y a su participación en procesiones como una “tradición”, lo que confirma que su origen se remonta, al menos, al siglo XVI.

"Expedición 4.0 al Medievo"

El presidente de la Fundación Occidens, Carlos Ayerra Sola, ha explicado que esta acción está englobada dentro del proyecto Expedición 4.0 al Medievo, un programa turístico y cultural en el que participan las archidiócesis de Toledo, Granada, Burgos y Pamplona-Tudela, y las diócesis de Bilbao, Plasencia, Jaca y Barbastro-Monzón, cuyo objetivo es ofrecer una experiencia turística con una visión contemporánea sobre el patrimonio religioso, profundizando en su recuperación y divulgación. El proyecto ha sido financiado por el Ministerio de Industria y Turismo del Gobierno de España mediante la concesión de fondos Next Generation de la Unión Europea, a través de la convocatoria “Experiencias Turismo España”.

Proceso creativo

Urdánoz ha explicado que la creación de estas figuras comenzó hace más de 13 años, cuando realizó un estudio histórico-artístico de la época y elaboró los primeros bocetos de cómo podrían ser los seis gigantes de la catedral. A lo largo de este tiempo ha ido profundizando en el estudio y modificando los diseños hasta dar con la imagen que se presentó el pasado mes de enero.

Ha hecho especial mención a Jesús Pomares, expresidente de la Asociación de Amigos de la Catedral de Pamplona, quien dedicó su vida a estudiar, recuperar y poner en valor el patrimonio inmaterial y material, especialmente del barroco y renacimiento, en lo referente al folclore popular y al entorno festivo de la catedral. Fue él quien tuvo la iniciativa de la recuperación de estas figuras en 2008.

La totalidad de los elementos corporales y las joyas han sido modeladas digitalmente por Urdánoz. En el caso de los cuerpos, brazos, manos, cabezas y la coraza, el autor decidió hacer figuras de tamaño similar a las del Ayuntamiento de Pamplona, ya que Tadeo Amorena dejó escrito que él hacía los gigantes que conocemos “del mismo tamaño” que los antiguos de la catedral. Para modelar digitalmente los rostros, se ha basado en modelos de personas reales, aunando diferentes aspectos para crear una imagen idealizada de dos rostros caucásicos que transmitieran serenidad y contundencia. La posición corporal es estática, mientras que las manos presentan una posición dinámica, portando objetos de forma natural.

La Catedral de Pamplona recuperará dos de los seis gigantes que tuvo entre los siglos XVI y XIX

A partir del modelado 3D realizado en Blender –software libre–, se realizó un fresado en polietileno expandido a tamaño real. Sobre este material, algunas piezas se trabajaron directamente para sacar los moldes y otras se modelaron en arcilla para que el acabado final tuviese más detalle, de manera que las piezas resultantes de los moldes tuvieran mayor definición. Todo este proceso de remodelado en arcilla, realización de moldes, estructuras finales y acabados, así como el policromado, ha sido realizado por Aitor Calleja y Mikel Eraso, expertos en la construcción y restauración de gigantes.

El complejo peinado de la reina fue modelado directamente en arcilla por Calleja, inspirado en imágenes del peinado de las damas del cenotafio de Felipe II de El Escorial, tomadas exprofeso para este proyecto por Patrimonio Nacional. Un detalle que confiere un aspecto más realista y diferenciador es que los ojos han sido modelados en 3D, impresos y policromados, simulando exactamente la fisionomía de un ojo humano, lo que les da una mirada muy personal.

Creación de complementos, joyas y vestimentas

El diseño y modelado digital de coronas, joyas y complementos ha sido realizado también por Urdánoz. Algunos elementos se han modelado copiando piezas antiguas, como los abalorios del cinturón de la reina, basados en los que lleva la infanta Isabel Clara Eugenia en el retrato de 1579 realizado por Alonso Sánchez Coello, a partir de imágenes facilitadas por el Museo del Prado.

La coronadel rey se basa en la forma de la corona de Cristian IV de Dinamarca, modificando los elementos y sustituyéndolos por detalles de la sillería renacentista de la Catedral de Pamplona. La mayor parte se modeló a partir de fotografías y, en el caso de los santos y santas, mediante fotogrametría, generando gemelos digitales idénticos. La diadema de la reina simula un retablo renacentista, con figuras generadas por inteligencia artificial a partir de pinturas del siglo XVI de artistas como Rafael o Botticelli, posteriormente postprocesadas por Urdánoz.

El resto de los elementos se modelaron digitalmente tomando referencias reales, combinando en muchas piezas la creatividad del autor, quien ha querido plasmar su impronta en el diseño final. Una vez creados digitalmente, los elementos se imprimieron en 3D mediante distintas técnicas: resina fotopolimérica para corona y diadema, y poliamida sintetizada mediante fusión de lecho de polvo para la mayoría de piezas, procesos realizados por la empresa navarra Wehl Green. Gran parte del material utilizado es reciclado, reafirmando el compromiso de sostenibilidad del proyecto. Todos los elementos fueron bañados en latón mediante electrólisis, y las joyas decoradas con 1.650 abalorios de cristal, perlas de ABS y labradorita. Varias piezas se policromaron con esmaltes, al gusto de la época.

Las prendas se han confeccionado siguiendo patrones originales del siglo XVI, extraídos del “Tratado de sastrería, geometría y traza”, de Francisco de la Rocha (1618), y documentación del Museo del Traje de Madrid, lo que confiere un aspecto muy similar al de las obras pictóricas de la época, a partir del diseño y las indicaciones de Urdánoz. El patronaje adaptado a la forma del gigante y la confección han sido realizados por Marta Arrastia, experta en este tipo de trabajos, utilizando en gran medida tejidos y galones de comercios locales como Petatxo, Tejidos Rodrigo, Mercería Beatriz e Hirobe, destacando el compromiso del proyecto con el comercio local. El proceso ha contado también con la colaboración de familiares y otras personas, a quienes se ha querido agradecer su aportación.

Escaneado 3D de los gigantes y cabezudos de Pamplona - FOVEA

Simbología

Si algo caracteriza al Renacimiento, como a toda época pasada, es su vinculación con la simbología y los emblemas. Por ello, este ha sido uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta durante el proceso creativo. Urdánoz ha explicado que, para crear las joyas, se ha basado en numerosa documentación gráfica, así como en textos antiguos que abordan el buen gobierno y los referentes morales que debían tener los monarcas en el Renacimiento. Por este motivo, incluyó a Hércules, referente clásico de fuerza, grandeza y virtud, como elemento decorativo de la coraza del rey. Sus doce trabajos, que adornan la parte frontal, fueron modelados a partir del mosaico romano homónimo descubierto en Liria en 1917, actualmente en el Museo Arqueológico Nacional. La parte trasera incluye personajes y aspectos del resto de la vida del héroe clásico.

La corona del rey está formada por volutas, cartelas, bestias y grutescos, todos modelados por Urdánoz a partir de imágenes de elementos tallados en la sillería renacentista de la Catedral de Pamplona. En las ocho palas principales se incluyen santos y santas de la sillería, escaneados digitalmente mediante fotogrametría, por lo que las figuras reproducidas son gemelos idénticos a los originales.

Alrededor de la base se encuentran 16 escudos de territorios soberanos de Occidente en el siglo XVI. La selección de estos territorios y su representación, trabajada con expertos en historia, busca ofrecer una visión amplia y variada de la realidad política de la época. Para facilitar su identificación, se han incluido versiones simplificadas de las armas. Sosteniendo los escudos hay cuatro parejas de tenantes, modeladas copiando escudos monumentales renacentistas de Pamplona, como los del palacio de Redín y Cruzat, el Museo de Navarra y el patio del Condestable.

La diadema de la reina está compuesta por una columnata arquitrabada, intercalada con cenefas de estilo clásico y nichos con forma de concha. En estos nichos se encuentran 14 figuras femeninas que representan las virtudes cardinales –prudencia, justicia, fortaleza y templanza– y las teologales –fe, esperanza y caridad–, consideradas esenciales para todo buen gobernante, así como la dialéctica y la retórica, artes liberales del Trivium. También están representadas la filosofía y la teología como ciencias supremas, y dos musas, Terpsícore –danza– y Clío –historia–, que junto con la música –una de las artes liberales del Quadrivium– vinculan estas alegorías con aspectos esenciales del proyecto.

La cruz pectoral que porta la reina incluye en el centro una reproducción de Santa María la Real, titular de la Catedral, y cuatro escudos que hacen alusión al cabildo de la ciudad y la sede episcopal. El cetro está formado por un vástago que simula un “cuerno de unicornio”; es decir, un cuerno de narval que hasta mediados del siglo XVI se creía de unicornio. La tenencia de este objeto era muy apreciada en la época y se utilizó en algunos cetros del siglo XVI. Su cabeza está rodeada por cuatro grandes monarcas históricos –Salomón, Alejandro Magno, Constantino y Carlomagno– cuyas virtudes representaban fortaleza, buen gobierno y cristiandad.

Otros elementos incluyen un abanico, importado de Oriente y muy apreciado en la época; guantes ricamente trabajados, inspirados en originales del siglo XVI conservados en el Museo del Traje; varios anillos basados en diseños antiguos; y la espada, cuya guarda replica un modelo renacentista danés e incluye los emblemas del cabildo y la ciudad. Este conjunto incorpora también pequeños emblemas personales. En los pendientes de la reina se aprecia un crucifijo y unas manzanas, un guiño al nombre de Jesús Pomares. Asimismo, se incluye el escudo del arzobispo Florencio Roselló, como referencia histórica de la creación artística durante su servicio episcopal. El autor ha firmado y fechado su obra con una inscripción en latín en el cetro, así como con un juego de emblemas en los dos San Jorge que portan los monarcas.

Presentación al público

Mañana sábado, 1 de noviembre, a las 16:30 horas, los gigantes serán presentados en el atrio de la Catedral, en un acto que constará de la presentación de las figuras a cargo del presidente de la Fundación Occidens, Carlos Ayerra; la intervención de la delegada del Gobierno, Alicia Echeverría; la bendición por parte del Arzobispo, monseñor Florencio Roselló, y la realización de dos bailes por parte de los gigantes, cuyas coreografías han sido adaptadas a partir de unas piezas creadas por Marco Bendoni, coreógrafo de Armonía Danza, basadas en tratados de danza del renacimiento, que contarán con la interpretación en directo del ensemble de chirimías, Miguel de Arrozpide, que interpretará unas piezas musicales adaptadas por Javier Martos a partir de obras originales del XVI.

Al finalizar el acto, las dos figuras quedarán expuestas en la puerta principal de la Catedral durante unos minutos, para que la gente pueda verlas de cerca y con más detalle. En caso de lluvia el acto se llevará a cabo igualmente en el atrio y los gigantes bailarán a resguardo bajo el pórtico. A partir del lunes, las personas que lo deseen, podrán ver los gigantes en el museo de la Catedral, donde quedarán expuestos de forma permanente, una vez que adquieran la entrada de acceso.

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