El cardenal de Madrid preside la misa de Pentecostés en la Almudena Cobo: "Cuando irrumpe el Espíritu todo cambia: Dejad espacio a Dios para que actúe en nuestra vida"

Misa de Pentecostés en Madrid
Misa de Pentecostés en Madrid

"El don del Espíritu es lo más grande que hemos recibido por medio de nuestro Bautismo. Es el don de los dones. Es la presencia de Dios actuante en nuestro interior. Es el alfarero que moldea nuestra actitud y modela lo antiguo para hacerlo nuevo"

Al finalizar la Eucaristía, el arzobispo armenio ha querido agradecer «la bendición» que supone «esta relación cordial y el espíritu de cooperación entre las iglesias, para ser el mejor ejemplo de unidad, reconciliación, paz y justicia»

«Pentecostés nos pone delante una fuente y el Espíritu Santo viene a calmarnos la sed, y no solo la nuestra, sino la de nuestro mundo. Cuando irrumpe el Espíritu todo cambia y donde había miedo, surge la valentía». Así lo ha expresado el Cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid, en el día en el que la Iglesia celebra la solemnidad de Pentecostés, Día de la Acción Católica y Apostolado Seglar. Este año, con el lema Laicos por vocación, llamados a la misión.

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En la catedral de Santa María la Real de la Almudena el cardenal ha expresado la necesidad de la unidad en la misión y para ello confiar en la fuerza del Espíritu: «Los apóstoles tenían miedo, y cada uno buscó salvaré por sí mismo, buscando su propio interés. Eso también nos acude a nosotros en momentos de miedo y tensión. Pero fue ese aliento del Espíritu el que les hizo aprender a estar juntos, como hoy lo estamos aquí».

Hacer nuevas todas las cosY es que a esta celebración han acudido representantes de la Iglesia apostólica armenia en Madrid, entre ellos el arzobispo Khajag Barsamian, además de autoridades civiles y políticas que han asistido a la cnsagración del jachkar, la cruz de piedra situada en el patio exterior de la catedral de la Almudena. «Allí donde se había perdido la esperanza, llegó el Espíritu. Es la respuesta de Dios ante nuestra fragilidad. El don del Espíritu es lo más grande que hemos recibido por medio de nuestro Bautismo. Es el don de los dones. Es la presencia de Dios actuante en nuestro interior. Es el alfarero que moldea nuestra actitud y modela lo antiguo para hacerlo nuevo».

Así, el cardenal ha invitado a reconocer el paso del Espíritu que actúa en nosotros. «Reconozcamos esa suave brisa que nos mueve cuando nos sabemos pobres y pequeños o sin fuerza. Contemplad esa grandeza, no os perdáis los momentos en los que el Espíritu ha actuado y dejad espacio a Dios para que actúe en nuestra vida».

Por último, ha animado a descubrir desde la diversidad de dones y carismas la unidad que quiere la Iglesia: «El espíritu no elimina la diferencias, pero las armoniza creando unidad en la diversidad. Sigamos construyendo esta Iglesia dejando que sea el espíritu el alfarero. Seamos instrumento de paz, que es lo que necesita este mundo en guerra y polarizado».

Al finalizar la Eucaristía, el arzobispo armenio ha querido agradecer «la bendición» que supone «esta relación cordial y el espíritu de cooperación entre las iglesias, para ser el mejor ejemplo de unidad, reconciliación, paz y justicia». Actualmente, hay una comunidad de 40.000 armenios en España, y se concentran en Madrid, Barcelona, Valencia, Málaga, Sevilla y otras ciudades. «En todas estas ciudades, la Iglesia Católica ampara a los fieles armenios cuando estos celebran liturgias según la tradición armenia».

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