El obispo de Bilbao, Joseba Segura, ha denunciado "los asesinatos cotidianos" en Gaza y "la indiferencia de muchos gobiernos que dicen defender los derechos humanos, pero no hacen nada para acabar con la barbarie". También ha advertido de la "indiferencia" de quienes "cambian de canal para no verse perturbados por el horror".
Segura se ha pronunciado de este modo en su homilía con motivo de la Fiesta de la Asunción de Nuestra Señora en la misa mayor de la Basílica de Begoña de Bilbao, a la que han asistido, como es habitual cada 15 de agosto, representantes de las instituciones vizcaínas.
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En su homilía, ha advertido de que, pese a que "en ningún tiempo anterior se ha vivido con tanto bienestar, tantas opciones, tantas posibilidades abiertas", las personas no son "más felices" y se perciben "síntomas" como "tristeza, soledad, problemas de salud mental, natalidad en mínimos".
Así, ha lamentado que, en el actual "tiempo extraño", ya "dar la vida ya no es tan querido, ni tan buscado" porque se piensa que "los hijos son caros y la gente tiene incertidumbre económica". "Cierto, pero sabemos que hay una razón más profunda: la fuerza de una cultura que adora la libertad sin límites. Y los hijos limitan. Una cultura que nos invita a centrarnos en nosotros mismos. Y los hijos no respetan ese encerramiento", ha precisado.

Segura ha señalado que "muchos viven en el 'egodrama': yo protagonista, yo director, yo productor, y los demás actores de mi obra", una situación respecto a la cual "María es contraste puro" porque "acepta participar en el 'teodrama'" ya que "sabe que la verdadera libertad nace cuando entregamos nuestra vida, cuando actuamos buscando el bien de los demás, cuando construimos familia y comunidades basadas en el amor, asumiendo los sacrificios que sean necesarios".
"Esta es la libertad que llena el corazón y da sentido a nuestra existencia", ha insistido el obispo vizcaíno, que ha rechazado que, como "muchos dicen", a Dios no se le vea "por ningún lado". A su entender, "el mundo está lleno de sus huellas" pero, "con nuestras gafas oscuras, nos cuesta reconocerlas".
Según ha advertido, "nos obsesionamos con lo que está mal y no vemos los reflejos del amor que están por todas partes". No obstante, ha admitido que es "cierto que a veces el mal aparece con toda su fuerza" y, de hecho, se ve "con claridad" en "los asesinatos cotidianos" en Gaza y también "aparece en la indiferencia de muchos gobiernos que dicen defender los derechos humanos, pero no hacen nada para acabar con la barbarie".
De igual modo, ha añadido, se refleja "como indiferencia" cuando se decide "cambiar de canal para no sentirse perturbados por el horror".

"El mal puede hacer mucho daño y aparece como fuerte. Pero al final resulta ser una máscara de apariencia y pretensión. Como los Nazgûl de Tolkien en El Señor de los Anillos, cuando finalmente son vencidos, vemos que tras la fachada amenazante son puro artificio, tan solo humo. El mal nunca tiene la última palabra y como se nos ha dicho, 'las puertas del infierno no prevalecerán'", ha planteado.
Segura ha subrayado que se necesitan "mujeres y hombres sin complejos, que actúen sin miedo a la incomprensión o al rechazo, convencidos de que el amor es más fuerte que la muerte".
El obispo ha aludido a quienes "culpan a la religión de alimentar violencia" y, aunque es "cierto que la fe se ha utilizado para servir causas indignas", ha subrayado que "el Hijo de María no se defendió como un poderoso guerrero, aceptó morir crucificado".
Asimismo, ha apelado a "aprender del Holocausto y de las grandes guerras del siglo XX", en las que "se apilaron millones de cadáveres" pero "no fue la religión la causante". "De hecho, la violencia se alimentó de ideologías profundamente antirreligiosas. Ahí están Hitler y Stalin. Por el contrario, el cristiano sabe que la paz y el perdón son el verdadero camino y la única bandera que puede llevar a la victoria", ha concluido.