El lema elegido para su Ministerio: 'Para que tengan vida' La columna, el agua, la cruz y el cayado: los símbolos episcopales del nuevo obispo de Plasencia

La columna, el agua, la cruz y el cayado: los símbolos de Monseñor Brotóns
La columna, el agua, la cruz y el cayado: los símbolos de Monseñor Brotóns

La columna, el agua, la cruz y el cayado son los cuatro elementos que configuran el logo episcopal de don Ernesto Jesús Brotóns Tena, Obispo Electo de Plasencia, cuya ordenación se celebrará el próximo 15 de octubre

Él mismo explica su significado, añadiendo: "El diseño del logo se debe a la disponibilidad, paciencia y buen hacer de mi amigo José Abad Villa. Gracias, de verdad y de corazón"

"La columna y el agua evocan la entrañable y secular tradición del Pilar de Zaragoza. El agua, a su vez, es signo y fuente de vida. La cruz, el misterio de entrega, amor y vida, el misterio de salvación. El cayado, la figura del Buen Pastor"

(Diócesis de Plasencia).- La columna, el agua, la cruz y el cayado son los cuatro elementos que configuran el logo episcopal de don Ernesto Jesús Brotóns Tena, Obispo Electo de Plasencia, cuya ordenación se celebrará el próximo 15 de octubre, a las 11 horas, en la Plaza de San Nicolás. Al logo le acompaña el lema Para que tengan vida, extracto del Evangelio de San Juan (Jn 10,10).

Ernesto Brotons
Ernesto Brotons

Don Ernesto explica que “la columna y el agua evocan la entrañable y secular tradición del Pilar de Zaragoza”, su ciudad natal y donde ha desarrollado su labor sacerdotal. Además, destaca que “el agua es signo y fuente de vida”. La cruz simboliza el “misterio de entrega, amor y vida, misterio de salvación”. Por último, incluye el cayado como figura del Buen Pastor que “reposa sobre la cruz y la columna”. Al logo acompañará el sello, de forma redondeada, que incluye el logo y, rodeándolo, el nombre de don Ernesto, su cargo episcopal y el lema elegido para su Ministerio: ‘Para que tengan vida’.

*A continuación les mostramos el logo y la explicación en palabras de don Ernesto.

El logo episcopal

Cuatro son los elementos que configuran el logo episcopal: la columna, el agua, la cruz y el cayado.

La columna y el agua evocan la entrañable y secular tradición del Pilar de Zaragoza, tan significativa para mí. De todos es conocida la presencia de María, en carne mortal, a orillas del Ebro, animando al apóstol Santiago, y a su pequeño grupo de discípulos, en la siempre difícil tarea de anunciar el Evangelio. Como signo de su cuidado maternal, nos dejó el Pilar y nos rogó construir un templo, es decir, edificar su Iglesia. Hoy, como entonces, Madre y discípula, María sigue sosteniéndonos y acompañándonos en la misión. Este detalle quiere ser memoria tierna y agradecida de mi tierra y de mi Iglesia Madre, en la que he crecido como persona, creyente y sacerdote. Ante esta columna, ante la Virgen del Pilar, como tantos otros, he orado y puesto mi vida bajo su amparo. Siempre he salido fortalecido. Junto a ella y de su mano, pronuncié un «fiat» confiado a la llamada al episcopado.

El agua, a su vez, es signo y fuente de vida. “Para que tengan vida” (Jn 10,10) reza mi lema episcopal, tomado del discurso joánico del Buen Pastor. Evoca, sin duda, la presencia siempre viva, vivificante y fecunda del Espíritu (cf. Jn 7,37-39), el Espíritu de la Vida que impregna y anima la creación entera, alma de la Iglesia que nos abraza en el Bautismo, nos une y configura a Cristo, y hace con Él de nuestra existencia una verdadera Eucaristía, entrega y ofrenda gozosa al Padre por nuestros hermanos. Su triple trazado evoca la corriente de amor de Dios uno y trino en la que todos, sin excepción ni descarte alguno, estamos inmersos.

En el centro de la columna y del logo (también insinuada en el conjunto del mismo) está la cruz, misterio de entrega, amor y vida, misterio de salvación. El Buen Pastor da la vida por sus ovejas. No hay amor más grande. Al igual que la reproducida en el logo de esta querida diócesis que me acoge como condiscípulo y pastor, su forma se inspira en una de las antiguas y hermosas cruces de la Torre del Melón de la Catedral Vieja. A esta Iglesia Esposa de Plasencia me doy y entrego.

Por último, el cayado, figura del Buen Pastor, de cuyo pastoreo el Señor ha querido hacerme partícipe. Reposa sobre la cruz y la columna. No hay pastoreo bueno y fiel sin entrega de la vida, sin abrazar la cruz, con Jesús y como Él, conducidos por su Espíritu. María acompaña, sostiene y alienta en la tarea.

El diseño del logo se debe a la disponibilidad, paciencia y buen hacer de mi amigo José Abad Villa. Gracias, de verdad y de corazón.

+ Ernesto Brotóns

El Buen Pastor

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