El Colegio de Consultores y los consejos Presbiteral, Pastoral y de Asuntos Económicos del Obispado de Lleida han aconsejado al obispo, Salvador Giménez, "utilizar todos los instrumentos legales que la administración de justicia pone a su alcance para recurrir" la sentencia de un juzgado de Barbastro que ha ordenado entregar 111 obras a las 43 parroquias de la Franja de las que son originarias, a demanda del Obispado de Barbastro.
El obispo de Lleida ha convocado este jueves en una sesión conjunta a los miembros del Colegio de Consultores y de los Consejos Presbiteral, Pastoral y de Asuntos Económicos para valorar la situación creada a partir de la sentencia, y les ha comunicado que, tal y como avanzó el miércoles en rueda de prensa la consellera de Cultura, Mariàngela Vilallonga, la Generalitat aportará los recursos necesarios para defender al Museu de Lleida, ha informado el Obispado en un comunicado.
Giménez ha explicado la situación y cómo se ha desarrollado el litigio desde su inicio, destacando, según el Obispado que "siempre había estado dentro del marco canónico de la Iglesia hasta que el Obispado de Barbastro ha iniciado la vía civil".
Los miembros asistentes, alrededor de 40 personas, ha sido no utilizar todo esto como un enfrentamiento entre dos comunidades, "sino una investigación de la verdad", señala el Obispado.
En este sentido, el Obispado señala que "hay el convencimiento de que los argumentos que se han presentado por este obispado son correctos y llenos de razón, y no se han valorado o tenido en cuenta en la redacción de la sentencia".
El conflicto entre los dos obispados surgió en 1995 con la segregación de 111 parroquias de La Franja (Huesca) de la diócesis de Lleida y que se añadieron a la de Barbastro, que pasó a denominarse Barbastro-Monzón y comenzó a reclamar las obras a Lleida.
Todas las resoluciones de la Iglesia -la primera en 1998- fueron favorables a Aragón, el momento más complicado llegó en 2005, cuando la Congregación para los Obispos ordenó la entrega de las obras.
El entonces obispo de Lleida, Francesc Xavier Ciuraneta, presentó un recurso de súplica en la Signatura Apostólica y a la vez pidió permiso a la Generalitat para devolver las obras y obtuvo negativas en ambos casos.
