El arzobispo de Oviedo capitanea la desobediencia española a la declaración vaticana Sanz vincula el martirio de cristianos en Nigeria con la oposición de los obispos a 'Fiducia supplicans'

Jesús Sanz, arzobispo de Oviedo
Jesús Sanz, arzobispo de Oviedo

"En Nigeria, donde la conferencia episcopal prohibe la aplicación de Fiducia supplicans, viven su fe como los primeros cristianos: como auténticos mártires. 140 cristianos asesinados en Nochebuena y Navidad por grupos islamistas. Serán semilla de nuevos cristianos dando la vida", recalca el arzobispo de Oviedo

El 22 de diciembre, ya achacaba al texto "una prisa poco sinodal y una pretensión ambigua en un documento que confunde y defrauda". "Bendecimos las personas no las relaciones y circunstancias", culminaba entonces

Mezclar churras con merinas. Esto es lo que ha hecho el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz, uno de los pocos obispos declaradamente contrarios a la declaración del Vaticano permitiendo bendiciones pastorales a parejas en situación 'irregular' y uniones de personas el mismo sexo, al vincular el martirio de 140 cristianos asesinados en Nochebuena en Nigeriacon la oposición del episcopado del país a aplicar 'Fiducia supplicans'.

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No, esto no es una inocentada, sino un texto en las redes sociales del prelado. Que dice lo siguiente: "En Nigeria, donde la conferencia episcopal prohibe la aplicación de Fiducia supplicans, viven su fe como los primeros cristianos: como auténticos mártires. 140 cristianos asesinados en Nochebuena y Navidad por grupos islamistas. Serán semilla de nuevos cristianos dando la vida".

Como ya publicamos, no es la primera vez en que el franciscano muestra su oposición a la declaración de Doctrina de la Fe, firmada por el mismo Papa Francisco, una tarea en la que se ha encontrado con su tradicional compañero de fatigas, José Ignacio Munilla. Ya el el pasado 22 de diciembre, Sanz tildaba de "controvertida" la declaración vaticana.

"Innecesaria tras lo dicho por el mismo Dicasterio y avalado por el mismo Papa hace sólo 2 años", recalcaba Jesús Sanz, quien achacaba al texto "una prisa poco sinodal y una pretensión ambigua en un documento que confunde y defrauda". "Bendecimos las personas no las relaciones y circunstancias", culminaba entonces.

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