Saiz Meneses preside un emotivo funeral en el que destaca "su vida entregada hasta el final" Sevilla entera despide a 'su' cardenal: "Amigo fue un hombre que buscaba la unidad, la concordia, que tendía puentes"

Funeral por fray Carlos Amigo en la catedral de Sevilla
Funeral por fray Carlos Amigo en la catedral de Sevilla

"El pasado miércoles compartí un largo rato con él, con el hermano Pablo y el hermano Luis Miguel; pudimos charlar sin prisas, y rezar juntos. Hablamos de Nuestro Señor y del encuentro definitivo con Él, también de María Santísima, y de san Francisco de Asís. Él escuchaba atentamente y asentía. Al cabo de unos momentos nos dejó, con gran paz y serenidad"

"No se trata de añadir años a nuestra vida, sino vida a nuestros años. Vivir la vida intensamente, desde el amor, desde la donación de uno mismo. Y vivir los años que Dios quiera, sin intentar acortarlos ni alargarlos por nuestra parte. Así ha vivido don Carlos, con una entrega generosa hasta el final"

"Era un hombre espiritual y a la vez muy cercano, muy humano, muy misericordioso. Sabía escuchar, sabía esperar, sabía acompañar a las personas, a los grupos y a las instituciones"

"Desde la libertad de espíritu y, a la vez, desde la fidelidad al Señor y a la Iglesia, desarrolló su ministerio episcopal con gran intensidad y amplitud. Inteligencia, cultura, pedagogía, capacidad, entrega, formación, oración, y una actitud profunda de acogida"

Sevilla es una ciudad de contrastes, de luto y Feria. Y hoy volvió a demostrarlo, saliendo a la calle para despedir a su último cardenal, fray Carlos Amigo, en una ceremonia -"emotiva no, lo siguiente", decían quienes pudieron seguirla-, antes de bajar a celebrar la Feria de Abril. De celebrar la vida, de eso se trata, también hasta el final, como fue el caso de fray Carlos.

"El pasado miércoles compartí un largo rato con él, con el hermano Pablo y el hermano Luis Miguel; pudimos charlar sin prisas, y rezar juntos. Hablamos de Nuestro Señor y del encuentro definitivo con Él, también de María Santísima, y de san Francisco de Asís. Él escuchaba atentamente y asentía. Al cabo de unos momentos nos dejó, con gran paz y serenidad". Así lo puso de manifiesto el arzobispo de Sevilla, José Ángel Saiz Meneses, en una sentida homilía, en la que reveló los últimos momentos del cardenal, siempre acompañado por su fiel Pablo Noguera.

El último paso por su calle

Saiz y el hermano Pablo acompañaron el cortejo fúnebre desde su salida en el palacio arzobispal hasta su entrada en la catedral, a los pies de la Giralda, siendo recibido con un aplauso atronador. El paso por la calle 'Cardenal Amigo Vallejo', a hombros del clero sevillano, será de las que se recuerden en la capital hispalense. 

Y es que "no se trata de añadir años a nuestra vida, sino vida a nuestros años. Vivir la vida intensamente, desde el amor, desde la donación de uno mismo. Y vivir los años que Dios quiera, sin intentar acortarlos ni alargarlos por nuestra parte. Así ha vivido don Carlos, con una entrega generosa hasta el final, respondiendo con generosidad y alegría a las peticiones de servicios pastorales que se le solicitaban", señaló el arzobispo de Sevilla, que en apenas unos meses en la capital andaluza ha sabido entender lo que Sevilla quiere a 'su' cardenal. Hoy de cuerpo presente, antes de ser inhumado en la capilla de San Pablo.

Un día soleado acogió el último paseo de fray Carlos por su ciudad de adopción, el lugar en el que pasó 27 años de vida y pontificado, y de donde salió (o "le salieron") sin hacer ruido, y llevándose el cariño perenne de todo un pueblo que hoy, en su despedida final, volvió a volcarse. Regresó Amigo en muchas ocasiones a Sevilla, siempre pidiendo permiso, siempre llamado por hermandades, cofradías, Cáritas, parroquias, amigos, instituciones. Costará olvidar su presencia firme y rotunda, amable y afable.

Inteligencia, capacidad, entrega, acogida

"Desde la libertad de espíritu y, a la vez, desde la fidelidad al Señor y a la Iglesia, desarrolló su ministerio episcopal con gran intensidad y amplitud. Inteligencia, cultura, pedagogía, capacidad, entrega, formación, oración, y una actitud profunda de acogida", destacó en su homilía Saiz Meneses, tras repasar la extensa biografía humana y episcopal de este hombre de Dios. 

"Era un hombre espiritual y a la vez muy cercano, muy humano, muy misericordioso. Sabía escuchar, sabía esperar, sabía acompañar a las personas, a los grupos y a las instituciones", señaló el actual arzobispo de Sevilla, quien destacó su estilo "alegre, sencillo, entrañable".

Unidad, concordia, puentes

"Un hombre que buscaba la unidad, la concordia, que tendía puentes, que fomentaba el diálogo interreligioso, ecuménico, intraeclesial, y también en el seno de la sociedad; que tenía una palabra amable y una sonrisa a punto para todas las personas con las que se encontraba, de cualquier edad y condición", destacó, ante el asentimiento de una abarrotada catedral. 

"Era acogedor con todos, acompañaba y dinamizaba todas las iniciativas nobles; impulsó muchos proyectos pastorales y sociales en todo el territorio diocesano", señaló el prelado, quien incidió en que Amigo "ha entrado en todos los ámbitos y estructuras, en todas las familias, en todos los corazones. En Sevilla cuidó y atendió las parroquias, acompañó la vida consagrada, activa y contemplativa, potenció los movimientos y realidades eclesiales, se entregó con generosidad a las hermandades". 

"Dios siempre llega puntual"

"La suya ha sido una vida entregada hasta el final", porque "no tiene sentido reservarnos, cuidarnos, para poder vivir muchos años", como hizo Amigo, incluso en los últimos tiempos, en los que "ha ido insistiendo de modo significativo en lo más esencial, repitiendo que todo lo debemos hacer para gloria de Dios, que debemos trabajar por Cristo Nuestro Señor, que nos hemos de volcar con los más frágiles, con los más vulnerables, que debemos dedicar más tiempo al silencio y la oración; en los últimos tiempos repetía que “Dios siempre llega puntual”". Para algunos, en el caso de Amigo, Dios siempre llegaría demasiado pronto. 

El adiós emocionado del hermano Pablo

Particularmente emotiva fue la intervención del hermano Pablo Noguera, secretario fiel del cardenal durante varias décadas, que expuso el carisma de don Carlos, su cariño a Sevilla, su dedicación por entero al pueblo que se le encomendó, su disponibilidad y, por encima de todo, la alegría que siempre quiso contagiar allá donde fue.

Una intervención que fue coronada por una larga ovación de la asamblea que, de esta manera, rendía su último homenaje al cardenal de Sevilla. Posteriormente se entonó el ‘cántico del Hermano Sol‘. El nuncio apostólico dio lectura al telegrama enviado por el papa Francisco al arzobispo de Sevilla, y el secretario general de la Archidiócesis, Isacio Siguero, hizo lo propio con el remitido por los Reyes de España.

Homilía de mons. Saiz Meneses en la Misa exequial de don Carlos Amigo Vallejo by Jesús on Scribd

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