Daniel Palau compareció tras el anuncio de su nombramiento episcopal con el obispo Xabier Gómez De la "masía episcopal" de Barcelona a la tierra de los caracoles, el salto de un sacerdote que "será un buen obispo"

(Agencia Flama).- El obispo electo de Lleida, el presbítero barcelonés Daniel Palau, llegaba temprano este miércoles por la mañana a Sant Feliu de Llobregat. Lo hacía unas horas antes de dirigirse “con respeto y temor”, ante los medios de comunicación reunidos en la Casa de la Iglesia, tanto en la diócesis donde ha estado incardinado desde que tomó las riendas de dos parroquias en Corbera de Llobregat como en la que lo estará próximamente, la de Lleida, donde sustituirá a Salvador Giménez.

Aún poco familiarizado en ser el objetivo de las cámaras, Palau estaba acompañado por el obispo Xabier Gómez en un primer paseo por el Claustro del edificio, y con quien el hasta ahora decano de la Facultad de Teología de Cataluña accedía a una sala de prensa minutos antes de las doce del mediodía —”como nos piden desde periodistas, trabajadores del obispado y sacerdotes diocesanos como Josep Maria Domingo, Juan Peñafiel, Javier Aymerich, José Torrente, Anton Roca, así como Salvador Bacardit, párroco del Seminario Conciliar de Barcelona.

"Seguro que será un buen obispo", remarcaba Bacardit a Flama al escuchar las primeras intervenciones de Daniel Palau, "ya que conozco sus cualidades humanas, espirituales, pastorales y académicas desde que llegó al seminario barcelonés". Precisamente la silla que Palau ocupaba desde el pasado 10 de enero y que dejará vacía en una Facultad de Teología de Cataluña "convertida en masía de obispos", como definía Palau, será para Bacardit "una plaza que esperamos reemplazar, si bien echaremos mucho de menos a Daniel".

Detallando cada una de las parroquias por donde hizo su trayecto pastoral y remarcando el “sentimiento” que siguen despertando en él las etapas formativas tanto en la Facultad de Teología de Cataluña como en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, el presbítero se dirigía a una diócesis de Lleida que todavía admitía no conoce “aún pronto” sus comunidades y de vivir con serenidad, confianza y esperanza son la respuesta a una invitación de Dios para madurar en la esperanza y en el camino de la fe“.

El primer obispo nombrado en España por León XIV y un sacerdote que rompe con una dinámica que en las últimas décadas ha colocado en Lleida prelados ya elevados al episcopado en otras diócesis, también tenía palabras este miércoles 21 de mayo para realidades sociales como la de los extranjeros que frecuentan la capital del Segrià para trabajar en el campo. Una opinión que, desde Cáritas Sant Feliu, era "fruto de la mirada social que siempre ha tenido Daniel, un aspecto que le ha predominado siempre", en palabras de su director, Ramon Carbonell, que también felicitaba a Palau.

"Es un amigo que hará un servicio muy especial y que nos contagia su ilusión", continuaba Carbonell, para quien "será muy bonito tener a alguien tan cercano formando parte de un episcopado como el catalán, que estos últimos años se ha proporcionado de obispos jóvenes que tienen ganas de conocer el territorio". En este caso será en Lleida, donde Palau tendrá que pasar "de la sartén a los caracoles", como comentaba alguien de los presentes este miércoles en Sant Feliu, y donde "podrá seguir viendo los partidos del Sant Andreu", como decía otra voz sobre su equipo de fútbol preferido, quien comparte clasificación en la Segunda RFEF con el Lleida CF.