"Quiero creer que esto no es fruto de la crueldad, sino de la desesperación o el miedo" El obispo de Plasencia, horrorizado tras el hallazgo de un bebé muerto en un parque: "Me cuesta entenderlo"

Ecoparque de Mirabel, donde hallaron el cuerpo del bebé
Ecoparque de Mirabel, donde hallaron el cuerpo del bebé captura de pantalla/Ep

"Aunque ya existen, hemos de poner todos los medios a nuestro alcance para que nadie, ninguna mujer, ninguna familia, se vea nunca en tal trance"

"Creo que, en su misericordia, Dios ha abrazado ya a esta niña. Para Él tiene nombre, rostro. Rezo por sus padres, por su familia. Rezo por todos"

"Me cuesta, sinceramente, entender este hecho". El obispo de Plasencia, Ernesto Brotons, ha mostrado su "dolor, condena y consternación" ante el hallazgo del cuerpo del cuerpo de una niña recién nacida en el ecoparque de Mirabel, y que ha conmocionado a toda la sociedad extremeña.

En una nota publicada en la web de la diócesis, Brotons quiere unirse "al dolor, condena y consternación" tras confirmarse la noticia. "Quiero creer, sin ánimo alguno de justificar nada, que este no es fruto de la crueldad, sino de la desesperación o del miedo", apunta el prelado. "No sería el primer caso", añade.

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En todo caso, reflexiona, "esto nos interpela a todos, a la sociedad en su conjunto, también a la Iglesia y a nuestra Iglesia diocesana". "Aunque ya existen, hemos de poner todos los medios a nuestro alcance para que nadie, ninguna mujer, ninguna familia, se vea nunca en tal trance", recalca.

"La tarea de acoger la vida no acaba nunca"

"Una vez más, reafirmo el valor y la dignidad de toda vida humana, sin exclusión, desde el momento de su concepción", apunta Brotons, quien urge a "una apuesta firme por una cultura de la vida. La tarea de acogerla, defenderla y cuidarla no acaba nunca".

"Creo que, en su misericordia, Dios ha abrazado ya a esta niña. Para Él tiene nombre, rostro. Rezo por sus padres, por su familia. Rezo por todos", finaliza el prelado.

Esta es la nota del obispo de Plasencia

Queridos hermanos y hermanas

Solo unas líneas para unirme al dolor, condena y consternación ante el hallazgo del cuerpo de una niña recién nacida, en el ecoparque de Mirabel.

Me cuesta, sinceramente, entender el hecho. Quiero creer, sin ánimo alguno de justificar nada, que este no es fruto de la crueldad, sino de la desesperación o del miedo. No sería el primer caso. Esto nos interpela a todos, a la sociedad en su conjunto, también a la Iglesia y a nuestra Iglesia diocesana. Aunque ya existen, hemos de poner todos los medios a nuestro alcance para que nadie, ninguna mujer, ninguna familia, se vea nunca en tal trance.

Una vez más, reafirmo el valor y la dignidad de toda vida humana, sin exclusión, desde el momento de su concepción. Urge, sí, una apuesta firme por una cultura de la vida. La tarea de acogerla, defenderla y cuidarla no acaba nunca.

Creo que, en su misericordia, Dios ha abrazado ya a esta niña. Para Él tiene nombre, rostro. Rezo por sus padres, por su familia. Rezo por todos.

Con mi afecto y bendición

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