Entrevista al cardenal de Madrid en la clausura del Año Jubilar de San Isidro Carlos Osoro: "Dios tiene futuro, pero es necesaria una nueva evangelización para España"

Carlos Osoro, cardenal de Madrid
Carlos Osoro, cardenal de Madrid

Sobre los abusos: "Es bueno que no nos creamos todos tan limpios. Tenemos que pedir perdón. No se puede esconder ni tapar, nunca. Hay que destapar, descubrir, curar, y hay que abrir y, si es necesario, eliminar, todo lo que no tenga que ver con el Evangelio"

El futuro de los benedictinos: "Aquello no puede ser otra cosa que un monasterio, un lugar de acogida de todos, sin distinción. Que tiene una historia, es cierto. Se ha cambiado la ley, se han hecho las cosas que se tenían que hacer (...). Pero sospecho que (el Gobierno) preguntarán antes. Y por supuesto, yo como arzobispo, defenderé a la comunidad siempre"

Aborto: "Yo defiendo la vida desde el inicio hasta el final. Nadie es dueño de la vida, solo Dios, y esto es desde el inicio hasta el final. Es normal que defendamos esto. Me parece que entrar en la dinámica de que un ser humano o un grupo, o unos votos, son los que decidan sobre la vida es entrar en una dinámica que lleva a la sociedad al absurdo"

"Parece que tenemos que vivir cosas extraordinarias, cuando en lo ordinario es donde vivió San Isidro. Un hombre que oraba, que trabajaba, que ayudaba, que tenía caridad, que no olvidaba a los demás, que construía una familia cristiana"

"Madrid es mucho más, es una ciudad de mujeres y hombres abiertos, de corazones grandes. Olvidar esto sería olvidar otro Madrid que no tiene nada que ver con su esencia"

"Debemos hacer esfuerzos por hacer una nueva evangelización, que ha de ser nueva en ardor, en método y expresión, y esto nos tiene que llevar a todos, empezando por mí, a hacer esta novedad y a llevarla a cabo. Lo que no vale es decir ‘Siempre se hizo así’, esto no vale"

Ataques al Papa: "Bueno... ¿por qué atacaban a Jesucristo, si solo hacía el bien? El Papa está pasando haciendo el bien. A veces la gente busca que le den la razón, y el Papa ni el obispo ni nadie están para dar la razón. Están para anunciar a Jesucristo y acercar a Jesucristo"

"Madrid ha sido la pasión de mi vida". El cardenal de Madrid, Carlos Osoro, vive unos días especialmente emotivos. A punto de cumplir 78 años (lo hará este martes), el prelado cierra este lunes el Año Jubilar de San Isidro, un santo que refleja "la esencia de lo que es Madrid". "Madrid es mucho más, es una ciudad de mujeres y hombres abiertos, de corazones grandes. Olvidar esto sería olvidar otro Madrid que no tiene nada que ver con su esencia", advierte.

En esta conversación, Osoro reflexiona sobre el pasado, el presente y el futuro de la diócesis y de la Iglesia, la secularización rampante de la sociedad, el aborto y la eutanasia, el futuro del Valle de Cuelgamuros y la apuesta por la transparencia y la limpieza frente a los abusos. "Es bueno que no nos creamos todos tan limpios. Tenemos que pedir perdón. No se puede esconder ni tapar, nunca. Hay que destapar, descubrir, curar".

Estamos a punto de cerrar el año jubilar de San Isidro, ¿qué balance hace?

Creo que es positivo. Ha pasado gente de todos los continentes, porque San Isidro es un santo universal en la evangelización que hizo España, no solamente en América Latina sino también en Asia. En Filipinas, San Isidro es un paisano más de allí. Es un santo popular, que ha llegado al corazón de la gente, un hombre que crea una familia, un trabajador. Un hombre que describe una manera de ser cristiano en la vida ordinaria: como esposo, como constructor de la familia, como trabajador, como vecino, como un hombre honrado… un hombre que ha sabido compaginar las cosas de este mundo que hay que hacer para poder seguir viviendo con las cosas de Dios que le iluminaron en toda su vida.

Carlos Osoro, en su biblioteca personal
Carlos Osoro, en su biblioteca personal

-Un modelo de normalidad que es ejemplo en estos tiempos de tanta polarización, de buenos y malos, de gandes gestos…

Es un santo de la vida ordinaria. Siempre digo que la popularidad de San Isidro responde a su normalidad. Era un hombre normal que trabajaba para otros, que no era propietario de nada, pero cercano a la gente, desde esa cercanía que también es una cercanía de Dios. Con una capacidad especial para construir una familia cristiana. Es un santo moderno, de esos que necesitamos.

-Un hombre con virtudes ordinarias, en un momento en que lo normal parece que no está de moda

Parece que tenemos que vivir cosas extraordinarias, cuando en lo ordinario es donde vivió San Isidro. Un hombre que oraba, que trabajaba, que ayudaba, que tenía caridad, que no olvidaba a los demás, que construía una familia cristiana.

-Porque es un santo muy de aquí, pero con un concepto de apertura y universalidad que dice mucho de la ciudad…

San isidro manifiesta la esencia de lo que es Madrid. Un Madrid que nunca se ha cerrado en sí misma. Madrid ha recibido gentes de toda España. Aquí han recalado gentes de todas las provincias en momentos difíciles para buscar aquí trabajo, y ahora está recalando gente de todos los continentes, especialmente de América Latina. Madrid siempre ha sido acogedor y yo creo que es el espíritu que vivió San Isidro Labrador: un espíritu de cercanía, de apertura, de trabajo, de consideración a los demás, de abrir las puertas a todos los que vivían junto a él, y ayudarles en lo que se puede… A mí me parece que es una manifestación de lo que es Madrid. Ese espíritu de San Isidro está en la construcción de Madrid.

San Isidro Labrador
San Isidro Labrador

¿Qué es Madrid para Carlos Osoro?

Para mí ha sido la pasión de mi vida. He recorrido varias diócesis, pero cuando me nombran obispo de otro territorio dejo lo anterior y abrazo lo presente. En estos años que llevo me olvidé de todo lo anterior para vivir y trabajar en Madrid. Dios sabe que no he tenido un día de descanso, que mis vacaciones han sido de pasarme tres o cuatro días a ver a mis hermanos en mi tierra, y volver enseguida a Madrid. ¿Por qué? Porque en verano es cuando se queda la gente de Madrid que no puede salir, y el obispo debe estar con ellos.

-Esta una ciudad muy grande, muy difícil de abarcar…

Es grande, pero la grandeza que tiene en dimensiones la tiene la gente en su corazón también. Yo no me he sentido rechazado en Madrid: es más, por los que más han necesitado, me he sentido muy querido, y yo lo agradezco, y veo cómo la gente te saluda en la calle: jóvenes, mayores, de todo tipo… Es una ciudad que tiene entrañas de familia, y eso lo ha sabido construir, gracias también a la gente que vivió desde el principio aquí, madrileños capaces de acoger a la gente que venía de todos los lugares del mundo.

-¿Con qué se queda de este Año Jubilar?

Yo me quedo con el espíritu de San Isidro: para ser cristiano, no hay que hacer cosas raras, hay que ser normal, y un hombre una mujer como ellos, que acogen a Dios normalizan su vida mucho más. ¿Por qué? Porque le lleva a abrir su vida y su corazón a los que tienen alrededor, no se cierra. En el fondo expresa el espíritu del madrileño: nadie que ha venido a Madrid se ha sentido extraño. Madrid ha acogido a todos en ese espíritu de San Isidro, que sigue vigente. El hombre labrador, el hombre que cuida la tierra, que se ocupa del campo, el hombre que no mira solamente para sí mismo sino mira los demás. Eso está en el espíritu de Madrid: nadie te hace sentirte extraño.

Almeida, Ayuso, Osoro y González, en Roma
Almeida, Ayuso, Osoro y González, en Roma Archimadrid

-¿Eso puede cambiar? En los últimos tiempos hemos asistido a polémicas políticas en torno a la acogida a los refugiados, los CIEs, los MENAs…¿Corre en riesgo esto, o Madrid es mucho más?

Madrid es mucho más, es una ciudad de mujeres y hombres abiertos, de corazones grandes. Olvidar esto sería olvidar otro Madrid que no tiene nada que ver con su esencia.

-Acaba el año jubilar en plena campaña electoral. ¿Qué espera, y qué pediría a esos políticos?

Espero que no olviden nunca a los que más necesitan, y que las preocupaciones fundamentales sean por construir la fraternidad. Este mundo necesita exportar la fraternidad cristiana, y Madrid lo ha exportado. Donde han ido los madrileños, han llevado el espíritu de Madrid. Hay un programa que se llama Madrileños por el Mundo, y a mí me ilusiona ver a la gente de Madrid que está en cualquier parte del mundo y que es capaz de llevar ese espíritu. Esto no lo podemos olvidar nunca. Y este espíritu lo ejemplifica San Isidro, que ha sido capaz de mirar a Dios para saber lo que tiene que hacer aquí en esta tierra y de no olvidar lo que Dios le pide: construir esta tierra de una forma distinta. Quizá esto es lo que lo que expresa más lo que es Madrid, ese espíritu de San Isidro que porque era cristiano veían a los que llegaban como hermanos, y ayudaba a todo el que. Yo creo que este espíritu sencillo, pero profundo, transformador, que cambia la vida, es el que tenemos que lograr y mantener. Y en ello no es secundaria la fe. La fe no es secundaria en Madrid.

Papa y Osoro
Papa y Osoro

-Pero es verdad que tenemos unos datos de pertenencia a la Iglesia muy bajos

Yo soy optimista. Eso sí: debemos hacer esfuerzos por hacer una nueva evangelización, que ha de ser nueva en ardor, en método y expresión, y esto nos tiene que llevar a todos, empezando por mí, a hacer esta novedad y a llevarla a cabo. Lo que no vale es decir ‘Siempre se hizo así’, esto no vale. Hay cosas que hay que hacer seguir haciendo, tenemos que alimentarnos de la Eucaristía, pero también hacer posible que esa Eucaristía sea una especie de mapa que nos hace recorrer la vida y estar en todas las instancias a la manera que nos enseña Jesucristo.

-Durante el Año Jubilar todas las Administraciones colaboraron. De hecho, fueron juntas a ver al Papa Francisco. ¿Cómo está viviendo el Papa este año de San isidro?

Fuimos a darle gracias por habernos concedido este año. Fueron conmigo todos, y fue un momento bonito. Las Administraciones han facilitado que podamos celebrar este año. Fue un día muy sencillo, y el Papa nos habló de lo que para todos significaba este tiempo. Yo estoy contento: no hemos hecho cosas extraordinarias, pero por la Basílica de San Isidro ha pasado gente de todo el mundo. Todos los que vienen a Madrid han pasado por ahí. A mí me ha hecho ver que en lo sencillo, en lo pequeño, en lo humilde, en lo que a veces no no sale en el periódico, está la fuerza del Evangelio como estuvo al principio. Creemos en un Dios que apareció en este mundo.

Osoro, Porras, Barreto y Vidal, en San Antón
Osoro, Porras, Barreto y Vidal, en San Antón

-Ese volver a los orígenes, que es una de las claves de estos diez años de pontificado, y no siempre lo tiene fácil…

El Papa nos ha traído esa gran novedad que es ir a las raíces del Evangelio, dejar de complicarnos e ir a entregarnos. Hacernos presentes en medio del mundo sin más fuerza que la que nos da el evangelio de Jesucristo para aproximarse a todas partes. El Papa ha querido entrar en los corazones de todos los hombres y lo ha hecho de una forma singular. Sus palabras dinamizan la vida y el corazón del ser humano. Son palabras sencillas, pero que siempre traen alguna novedad. Francisco debe tener devoción a San isidro, porque es un Papa que se ha acercado a los hombres en todas las situaciones en las que están, y ha sabido hacerlo,  ha sabido dinamizar la Iglesia para que haga lo mismo.

¿Y por qué se le ataca tanto, a él y a las gentes que hacen eso en la iglesia?

Bueno... ¿por qué atacaban a Jesucristo, si solo hacía el bien? El Papa está pasando haciendo el bien. A veces la gente busca que le den la razón, y el Papa ni el obispo ni nadie están para dar la razón. Están para anunciar a Jesucristo y acercar a Jesucristo.

-Cumple 78 años este martes, justo al término del año jubilar. ¿Cómo está?

Gracias a Dios me mantengo bastante bien, con ganas de trabajar y de anunciar el Evangelio. Por los años, naturalmente, estoy en una etapa yo diría final, cuando Dios quiera, pero muy contento de haber querido anunciar el Evangelio. Durante toda mi vida he ido donde me han mandado, e intentado cumplir el mensaje fundamental de un obispo, que es ponerme al frente de una iglesia particular, y anunciar el Evangelio. Ahí están mis escritos y la tarea que he ido haciendo. No he parado un día. Es más: me cuesta mucho salir de la diócesis. He ido lo mínimo a Roma, porque me parece que donde quería estar era en Madrid.

El cardenal Osoro
El cardenal Osoro

-Hablemos de algunos temas de actualidad. En primer lugar, la crisis de abusos. Madrid, de algún modo es un ejemplo, con el plan Repara. ¿Qué balance se puede hacer de esa actuación frente a esta lacra? Es algo que lamentablemente no deja de actualidad y en lo que la Iglesia tiene algo que hacer, y que decir.

Lo importante es tomar, siempre, posición para que la mentira, la utilización de los demás no puede existir en la Iglesia. Eso no puede existir. Ha sido un momento en que todos nos hemos tomado muy en serio el trabajo para eliminar, limpiar todas esas situaciones, en el fondo es una gracia para la iglesia. Otra cosa distinta es no abandonar a nadie, incluso a los que han cometido esas atrocidades. No abandonarles, recuperarles, situarles en el centro a Jesucristo, buscando la justicia y pidiendo perdón.

Es bueno que no nos creamos todos tan limpios. Tenemos que pedir perdón. No se puede esconder ni tapar, nunca. Hay que destapar, descubrir, curar, y hay que abrir y, si es necesario, eliminar, todo lo que no tenga que ver con el Evangelio.

La mesa de los cardenales en la Plenaria
La mesa de los cardenales en la Plenaria JL

-¿Tiene futuro la Iglesia en España?

Hombre, yo creo que el futuro es de Dios, y Dios tiene futuro. Otra cosa distinta es que quizá tenemos que repensar, lo que supone una nueva evangelización en España. A mí me parece que eso urge. Creo que es necesaria una nueva evangelización para España, y por supuesto para Madrid.

-Vivimos en una cultura en la que ya no deberíamos dar por supuesto que venimos con el carnet de cristianos, ya no se tiene que dar por hecho lo cristiano en la vida del día a día…

Tenemos que tomárnoslo en serio: en la vida de la familia, en la vida profesional, en la construcción de la comunidad. Tomarnos en serio que ser cristiano supone aportar una serie de valores y aspectos esenciales para el hombre y para la mujer cristianos, con una conversión del corazón. No se puede dar por supuesto que todos son cristianos, pero el que siente que sí, y se compromete en los niveles que sea, se tiene que manifestar: tú desde el periodismo, pero también en la vida política, en la vida social, en la vida vecinal, en la empresa donde trabajes… creo que es necesario que retomemos con ilusión y con fuerza la idea de que ser cristiano no es una anécdota. Es la decisión fundamental de una vida que decide ponerse de cara a Dios y acoger los mandatos de Jesús, y también saber confesar que a veces no lo hemos hecho como debemos. No se puede dar por supuesto que todo ya es cristiano, hay cosas que no están siéndolo y los cristianos deben tomar conciencia de esto.

Mujer embarazada
Mujer embarazada

-Esta misma semana, el Constitucional ha avalado la ley de plazos del aborto, 13 años después del recurso…

¿Qué quieres que te diga? Yo defiendo la vida desde el inicio hasta el final. Nadie es dueño de la vida, solo Dios, y esto es desde el inicio hasta el final. Es normal que defendamos esto. Me parece que entrar en la dinámica de que un ser humano o un grupo, o unos votos, son los que decidan sobre la vida es entrar en una dinámica que lleva a la sociedad al absurdo. En esa dinámica no voy a entrar: la Iglesia defiende la vida desde el inicio hasta la muerte, hasta que Dios nos llama, y la defiende con todas las consecuencias, y pone los medios necesarios para mantener esa vida.

Cruz del Valle de Cuelgamuros
Cruz del Valle de Cuelgamuros

-En su día, Franco salió del Valle, ahora ha salido Primo Rivera, existe una Ley aprobada por el Parlamento, que extingue la fundación de los benedictinos. Usted, como máxima autoridad eclesiástica, ¿qué hará si se expulsa a Cantera y los suyos?

Naturalmente, mi defensa a la comunidad es clara. Lo ha sido siempre, lo va a seguir siendo. Yo creo que los políticos tienen también cabeza y piensan las cosas. Aquello no puede ser otra cosa que un monasterio, un lugar de acogida de todos, sin distinción. Que tiene una historia, es cierto. Se ha cambiado la ley, se han hecho las cosas que se tenían que hacer. Pero por otra parte, hubo un gobierno (el franquista), que pidió al Papa una comunidad para hacerse cargo de ese monasterio. Yo creo que eso marca un poco la historia.

-¿Y si otro Gobierno pide cambiar a los que se hacen cargo?

Ellos verán, pero cambiar la identidad… ¿eso qué es? ¿Un museo? Queremos hacer algo diferente. No sé. Sospecho que preguntarán antes. Y por supuesto, yo como arzobispo, defenderé a la comunidad siempre.

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