En Santiago de Compostela, el arzobispo llama a abrir el corazón al Espíritu y a vivir la fe con compromiso y cercanía La plaza del Pilar de Zaragoza acoge un Pentecostés histórico

La emblemática plaza zaragozana se transformó en el escenario vibrante de un encuentro público y festivo con la participación de más de tres mil personas que acudieron para ser testigos de la vitalidad de la archidiócesis
La convocatoria, que prometió y cumplió con creces una noche verdaderamente memorable, fue posible gracias a la valiosa y coordinada colaboración de diversas entidades y grupos, cuya dedicación y esfuerzo resultaron fundamentales para el éxito del evento
Y en Santiago de Compostela, la catedral celebró Pentecostés con una eucaristía donde jóvenes recibieron el sacramento de la Confirmación y renovaron su compromiso cristiano
El arzobispo Francisco José Prieto destacó la importancia de la fe como un camino de entrega y comunión, invitando a los fieles a ser testigos del Evangelio y promotores de la paz en una ceremonia llena de simbolismo y emoción
Y en Santiago de Compostela, la catedral celebró Pentecostés con una eucaristía donde jóvenes recibieron el sacramento de la Confirmación y renovaron su compromiso cristiano
El arzobispo Francisco José Prieto destacó la importancia de la fe como un camino de entrega y comunión, invitando a los fieles a ser testigos del Evangelio y promotores de la paz en una ceremonia llena de simbolismo y emoción
| Iglesia en Aragón
Ayer sábado 7 de junio, la Archidiócesis de Zaragoza llevó a cabo un evento de inédita magnitud y un gran impacto: «Pentecostés 2025». La emblemática Plaza del Pilar se transformó en el escenario vibrante de un encuentro público y festivo con la participación de más de tres mil personas que acudieron para ser testigos de la vitalidad de la Archidiócesis.
Este evento, concebido para ser completamente gratuito y abierto a la participación de todos —desde familias completas hasta jóvenes entusiastas, adultos y mayores—, se distinguió notablemente de las celebraciones habituales por su ambicioso y extraordinario despliegue artístico. Durante aproximadamente dos horas y media y bajo la presentación de Gabriel Gutiérrez y Daniel Latorre, Pentecostés 2025″ ofreció un programa multidisciplinar de altísima calidad que contó con la participación distintas realidades aragonesas y diocesanas.
La actuación teatral, la expresión de la danza, la riqueza de la música y la tradiciónpilarista se fusionaron de manera magistral en un recorrido artístico, multimedia y testimonial que fue diseñado con la clara finalidad de celebrar la potente presencia misionera de la Iglesia en nuestra tierra aragonesa y, al mismo tiempo, compartir el gozo y la alegría inherentes a la fe con el multitudinario público asistente. Cada segmento del espectáculo contribuyó a crear una atmósfera de celebración y recogimiento.

La convocatoria, que prometió y cumplió con creces una noche verdaderamente memorable, fue posible gracias a la valiosa y coordinada colaboración de diversas entidades y grupos, cuya dedicación y esfuerzo resultaron fundamentales para el éxito del evento.
Entre los participantes que enriquecieron esta velada única se encontraron los Infanticos del Pilar y la Capilla de Música Ntra. Sra. del Pilar, cuya maestría musical envolvió la plaza; la histórica Cofradía del Rosario de Cristal, que aportó la bellísima carroza de la venida de la Virgen; la Junta de Hermandades y Cofradías de Zaragoza, cuya implicación demostró la unidad cofrade de la ciudad; la talentosa Escuela de Danza Coppelia, que deslumbró con sus coreografías; el equipo de actores de Teatro con Botas, que aportaron profundidad y dinamismo al evento; y el carismático grupo de música «El árbol de Zaqueo», cuyas voces invitaron a la unión gozosa de todo el público.
Además de estas brillantes actuaciones, el arzobispo también se dirigió a todos los presentes remarcando que la archidiócesis de Zaragoza es «asamblea de llamados para la misión». Asimismo, invocó los dones del Espíritu Santo para toda la comunidad reunida. Como colofón, junto a las animadas canciones de «El árbol de Zaqueo», se sucedieron varios testimonios de católicos comprometidos de la archidiócesis.
«Pentecostés 2025» se enmarcó a la perfección dentro de la programación diocesana establecida para el curso 2024-25, cuyo lema central, «Asamblea de llamados para la Misión», buscó de manera explícita dinamizar la conciencia comunitaria y vocacional de todos los bautizados.

Fotografías: Jesús Fuertes.
El arzobispo compostelano llama a abrir el corazón al Espíritu y a vivir la fe con compromiso y cercanía
La Catedral de Santiago de Compostela acogió este domingo la Solemnidad de Pentecostés con una Eucaristía presidida por el arzobispo, monseñor Francisco José Prieto Fernández. La celebración, que marca el final del tiempo litúrgico de la Pascua, estuvo llena de simbolismo y emoción, especialmente por la participación de un grupo de jóvenes que recibió el sacramento de la Confirmación y por la iniciación cristiana de un joven, quien fue bautizado, confirmado y recibió la Eucaristía por primera vez.

Monseñor Prieto estuvo acompañado en el altar por el Vicario de Pastoral, Javier Porro Martínez, el delegado para el Primer Anuncio y para la Juventud e Infancia, Javier García Rodríguez, así como por miembros del Cabildo, sacerdotes, religiosos, religiosas y numerosos fieles, muchos de ellos peregrinos llegados de distintos puntos de España y del extranjero.
Durante su homilía, el arzobispo dirigió un mensaje especialmente cercano a los jóvenes que recibieron los sacramentos: “A quienes culmináis, no concluís, el camino de iniciación cristiana, os digo que tomaréis en primera persona, fortalecidos por el don del Espíritu, el don de la vida de Dios. Dios que se os ha dado”.
A lo largo de su predicación, monseñor Prieto subrayó que vivir la fe no es una tarea aislada ni superficial, sino un camino de compromiso compartido y transformador: “Es un camino que uno recorre de manera personal, pero no en solitario”. También pidió a todos los presentes, especialmente a los jóvenes, que no vivan la fe como un trámite, sino como una vocación: “La vida no es una acumulación de acontecimientos (…). Tiene una intensidad de compromiso, de entrega, de donación”.

En este sentido, el arzobispo alertó sobre los peligros de la indiferencia, el miedo y el egoísmo. “Por favor, no os encojáis los hombros. No miremos para otro lado. No pensemos que la vida es una tarea solitaria”, dijo. “No somos pantallas digitales, somos presencias unos para otros. He ahí el mayor regalo que Dios os ha hecho: ser presencia para el que está a tu lado”.
Al reflexionar sobre la festividad de Pentecostés, en la que los discípulos recibieron el Espíritu Santo, Mons. Prieto Fernández explicó que ese mismo don sigue actuando hoy en la vida de los cristianos. “El miedo nos encierra, nos esclaviza. Pero cuando el Señor está en el centro, los miedos se disipan y llega la paz. ‘Paz a vosotros’, dice Jesús”, afirmó, resaltando que esta paz es mucho más que una palabra: es una vocación y una tarea.
El prelado compostelano destacó la importancia de «ser artífices y artesanos de paz«, resaltando el papel fundamental de cada persona en la construcción de un mundo más justo. Así, subrayó que la reconciliación y el perdón son esenciales, pues no puede haber paz sin ellos, ni sin justicia. Además, enfatizó que este compromiso es una misión que Dios encomienda a todos los bautizados, confirmados y alimentados en la Eucaristía. Con palabras llenas de esperanza, recordó que cada creyente está llamado a ser testigo de la fe y a llevar el mensaje de paz al mundo.
Monseñor Prieto también hizo una llamada a la unidad en la diversidad, recordando que la Iglesia no es uniformidad, sino comunión: “Qué hermosa es la diversidad, qué riqueza la diferencia que a todos nos une”. En este sentido, evocó las palabras recientes del papa Francisco durante la apertura del Año Jubilar 2025, invitando a “tender puentes, abrir puertas y derribar muros”.
