Satué se despide "con dolor" de Teruel: "Gracias, perdón y adelante"
El obispo electo de Málaga se compromete a "construir juntos una Iglesia en salida, acogedora, sinodal, samaritana, audaz y cercana a quienes son descartados en cualquier periferia"
En su despedida, agradece a los fieles de Teruel y Albarracín "vuestra acogida, vuestro cariño y vuestra disponibilidad para trabajar juntos al servicio de la Iglesia y de los hombres y mujeres de estas tierras"
"Trabajemos juntos, para responder a los retos que hoy nos plantea nuestro mundo y ser el consuelo de Dios para las heridas de nuestra gente"
"Con dolor me veo en la obligación de anunciaros que en pocas semanas dejaré de ser vuestro Obispo, ya que el Santo Padre León XIV me ha confiado la misión de pastorear la Diócesis de Málaga". Estas son las primeras palabras de despedida de José Antonio Satué a los fieles de Teruel y Albarracín, tras confirmarse su designación como pastor de Málaga, sede de la que tomará posesión el próximo 13 de septiembre.
En su mensaje a sus todavía diocesanos, Satué ofrece tres palabras: "gracias, perdón y adelante". En primer lugar, gracias "porque he sido y soy muy feliz aquí", explica. "Hace cuatro años os transmitía la convicción de que esta Diócesis sería para mí la esposa más bella. Esta expectativa se ha visto desbordada por vuestra acogida, vuestro cariño y vuestra disponibilidad para trabajar juntos al servicio de la Iglesia y de los hombres y mujeres de estas tierras", confiesa Satué, que agradece "la alegría de cosechar lo que han sembrado muchos buenos obispos y sacerdotes, religiosas y religiosos, mujeres y hombres turolenses, que han vivido con pasión la consagración bautismal en sus familias, en los pueblos o en la ciudad, en su lugar de trabajo o en las periferias donde hay tanta gente que sufre".
"Gracias también porque he podido sembrar con vosotros semillas de fe, esperanza y amor en tantos rincones de esta Diócesis, semillas cuyos frutos, antes o después y con el favor de Dios, germinarán, fructificarán y otros podrán disfrutar. Por todo ello, ¡gracias de corazón!", señala.
Al tiempo, Satué pide " perdón por mis defectos y excesos, por esas ocasiones en las que no he sabido estar a la altura de la llamada del Espíritu y de vuestra generosidad". Y, sobre todo, " quiero pedir perdón a quienes haya herido con mis silencios, mis actitudes o mis palabras". Finalmente, anima a los fieles a "continuar el camino sinodal que con esperanza venimos recorriendo, tratando de identificar y secundar las inspiraciones del Espíritu Santo".
"No hay excusas para no seguir adelante con esta hoja de ruta, humilde y a la vez tan sugerente", culmina, admitiendo la realidad de que "los últimos obispos de Teruel y Albarracín hayamos permanecido poco tiempo al frente de la Diócesis". "A pesar de las dificultades y el desconcierto que esta situación produce, hay motivos sobrados para continuar desarrollando nuestro Plan Pastoral, con la ilusión de seguir favoreciendo el encuentro de cada persona con el Señor, crecer en comunión sinodal y construir una Iglesia más samaritana y misionera"
"No hay excusas para no seguir adelante con esta hoja de ruta, humilde y a la vez tan sugerente", culmina, admitiendo la realidad de que " los últimos obispos de Teruel y Albarracín hayamos permanecido poco tiempo al frente de la Diócesis". "A pesar de las dificultades y el desconcierto que esta situación produce, hay motivos sobrados para continuar desarrollando nuestro Plan Pastoral, con la ilusión de seguir favoreciendo el encuentro de cada persona con el Señor, crecer en comunión sinodal y construir una Iglesia más samaritana y misionera", argumenta, pidiendo que se "os conceda pronto un nuevo pastor, que camine con vosotros y pueda disfrutar de vuestra calidad humana y cristiana".
"Vértigo y responsabilidad"
En su mensaje a la diócesis de Málaga, Satué admite su "dolor" al dejar Teruel, así como " el vértigo, la responsabilidad y el privilegio de continuar con vosotros una historia de fe que se remonta al siglo IV". "Desde esta historia, que nos contempla, quiero caminar con vosotros, renovando nuestro compromiso evangelizador, caritativo y de comunión", glosa el obispo electo, quien se compromete a " construir juntos una Iglesia en salida, acogedora, sinodal, samaritana, audaz y cercana a quienes son descartados en cualquier periferia".
"Invito, pues, a todo el pueblo santo de Dios que peregrina en la provincia de Málaga y en la ciudad de Melilla a vivir unidos y a mantener viva la esperanza", insiste Satué, quien convoca a "hermanas y hermanos laicos, sacerdotes, consagradas y consagrados, seminaristas, comunidades parroquiales, hermandades y cofradías, movimientos apostólicos, familias y jóvenes" a que "trabajemos juntos, para responder a los retos que hoy nos plantea nuestro mundo y ser el consuelo de Dios para las heridas de nuestra gente", con el ejemplo de San Manuel González y el del cardenal Herrera Oria para "promover incansablemente la dignidad humana, tal como él hizo".