A propósito de Illinois ¿Habrá reportes de abuso a menores en el tercer mundo?

No tenemos una jerarquía interesada en las víctimas

encubridores

Cada cierto tiempo aparecen los reportes e informes de casos de abuso a menores por parte de miembros del clero en alguna parte del mundo. Hoy es Illinois. En cuanto aparecen, saltan los defensores de la difunta cristiandad (esa horrenda mezcla de religión, poder e imperialismo que hoy es apenas una cobarde mafia en las sombras) a decir que todo lo que la iglesia hace está bien y que el problema es que hay curas "amariconados" - según Olivera Ravasi - que son pederastas. No mentir Javier, no mentir, qué bárbaro.
Saltan también las multitudes de catequizados con wifi con sus tonterías de los aviones que se caen y la lógica de que a más cercanía a dios, más acción de satanás, porque no hay gente más satanista que los entusiastas del catecismo. Y más indolente.
Cuando saltan, como una barrera en un tiro libre, cubren por completo la inacción de las autoridades eclesiásticas, los esfuerzos de obispos, arzobispos, cardenales, tribunales eclesiásticos y nunciaturas porque nada pase con esos casos, que nada suceda con las denuncias, que nadie haga caso a las víctimas.
Últimamente también sale el Papa Francisco, con un argumento que no le saldrá bien, diciendo que la cultura del abuso y el encubrimiento está presente en todas partes y que especialmente es un problema de las familias (Como si todos los victimarios fueran iguales, como si toda violencia tuviera la misma cura), mientras que esos reportes e informes dejan claro que hay elementos específicos de la cultura, el sistema y los procedimientos eclesiales que favorecen el abuso y que lo hacen distinto a esos otros crímenes que se dan en otros escenarios. Elementos que él conoce bien, porque los ha denunciado en otros frentes, pero en éste parece olvidarlos en sus declaraciones recientes.
En muchos de nuestros países del llamado tercer mundo no tendremos reportes. Así tengamos focos desastrosos como la arquidiócesis de Medellín o Villavicencio, los Legionarios o el Sodalicio. Así tengamos casos de curas virales con sus apostolados de internet. No los tendremos porque no tenemos una jerarquía interesada en las víctimas, ni en los marginados, ni el evangelio, ni 'pastores' según el corazón de nadie, son pura amígdala, pura codicia, pura embriaguez de su pretendido poder. No los tendremos porque se deben tantos favores entre ellos y se conocen tantas cosas escandalosas unos de otros (escandalosas en su universo del dogma asexuado y estéril) que gastarán lo que les quede de vida y de ministerio en lograr que nada pase. No los tendremos hasta que no sean los creyentes de a pie, esos para los que la iglesia no supone una ventaja sino una entrega, los que miremos cara a cara a estos impostores y les exijamos verdad, respuestas, y que agarren sus cositas y se vayan por donde vinieron, o se pongan de últimos y allá nos encontremos todos para servir a los que sufren.
Si el CELAM ha tenido el descaro de promulgar una política de cuidado sin tener informes de los países que agrupa, ¿podemos esperar que algo pase desde las instancias eclesiásticas frente a este tema?.
Ojalá pase. Pero no crean que saldremos ilesos.
Tomarán nuestra fragilidad para dañarnos, que en eso son expertos.
Pero quién dijo que estamos aquí para salvar el pellejo. Nadie, ¿verdad?.
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