Regresamos al resumen semanal después de dos semanas de (creemos) merecido reposo. Pero la actualidad no ha parado, ni mucho menos. A lo largo de estos quince días hemos asistido a numerosas polémicas, muchas informaciones y más de un frente abierto.

Este 16 de agosto, un día después de la Asunción, León XIV cumplió sus primeros cien días como Papa. Buen tiempo para hacer balance del comienzo de un pontificado que se mueven buscando la unidad, pero sin dar marcha atrás a las reformas de Francisco. Pueden leer el magnífico artículo de nuestro director sobre este tema.

Boletín gratuito de Religión Digital
QUIERO SUSCRIBIRME

Un León XIV que se dio un auténtico baño de masas en Tor Vergata, ante un millón de jóvenes, muchos de ellos españoles, que demuestran su ‘músculo’ para este tipo de eventos. Una buena noticia que hay que tomar con cuidado, como ha demostrado la intervención de las Hijas del Amor Misericordioso, y su vinculación con retiros como Effetá o Emaús. Un tema del que seguiremos hablando. 

También lo haremos del affaire Belorado, que en estas semanas ha asistido a un nuevo episodio del vodevil, con traslados forzados de las monjas mayores hacia Orduña, una sentencia de desahucio que veremos quién y cómo cumple y la sensación de tristeza ante una huida hacia adelante cuyo final sigue siendo imprevisto. Pierde la Iglesia, pierden las ex monjas. Y no gana nadie.

En Francia, acabamos de conocer cómo el obispo de Toulouse da marcha atrás y revoca el nombramiento como canciller de un sacerdote condenado por violación de menores, después de que la Conferencia Episcopal le pidiera reconsiderar su decisión. Algo que no nos imaginamos que pueda suceder en España. Y eso que tenemos temas para hacerlo.

El último, la polémica desatada por VOX (con el apoyo del PP) prohibiendo la celebración en espacios públicos de festividades musulmanas en Jumilla. La crítica de la CEE fue duramente respondida por el líder de la ultraderecha patria, Santiago Abascal, quien acusó a los obispos de estar callados ante Sánchez para no ver suprimidos sus privilegios fiscales o por temor a que estallen más casos de pederastia. 

El inusitado ataque del ‘católico’ Abascal a la Iglesia ha contado con un aliado para nada inesperado, pero que en esta ocasión ha traspasado la barrera del odio: el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz, quien terció en la polémica llamando ‘moritos’ a toda la población musulmana en España, y achacándoles la responsabilidad de los asesinatos a cristianos por parte de grupos terroristas islámicos en otros rincones del mundo. Unas palabras que, en pleno ferragosto, ha provocado un nuevo incendio, no tan real como aquellos que asolan nuestras tierras (olé a la solidaridad de las diócesis de Plasencia, Astorga, Zamora, Ourense y demás con los afectados por el fuego), pero muy presente: el de explotar la supuesta comunión entre los obispos españoles. Que no contestarán a Sanz, que cumple así sus objetivos.

Entre tanto, esperamos al inminente plácet (seguramente en el primer Consejo de Ministros tras el verano) al nuncio Pioppo, y un otoño calentito en lo religioso. Pero antes habrá que acabar este verano que, como casi siempre, no nos deja descansar de noticias. Intenten hacerlo ustedes, leyendo, como siempre, #primeroRD.