El purpurado gallego trata, en vano, de influir en la renovación episcopal en España Rouco logra ser recibido por el Papa antes que la nueva cúpula de la CEE

El purpurado gallego y su delfín ya visitaron al Nuncio para tratar de encontrar una salida al obispo auxiliar de Madrid. Roma supo al momento las intenciones del que fuera vicepapa español

"Como no se pongan las pilas los influyentes, los puntos estratégicos van a ser ocupados por los de siempre y con las manos negras de siempre...", advierte un prelado

Francisco lo dejó claro: serán el Nuncio y los cuatro cardenales en activo (Omella, Osoro, Blázquez y Cañizares) los que piloten el cambio. El de Villalba no se da por enterado

No se cansa. No lo deja. Inasequible al desaliento, y después de comprobar cómo en Nunciatura no se le daba una solución, el cardenal de Madrid, Antonio María Rouco Varela, ha tirado por elevación y ha logrado ser recibido por el Papa Francisco (algunas amistades siguen siendo influyentes, como apuntábamos en un artículo anterior) una semana antes de que Bergoglio reciba a la nueva cúpula episcopal española.

Así nos lo consigna el Bolletino de hoy. Una reunión conocida por la Conferencia Episcopal, y que no ha causado extrañeza en sectores episcopales. "Es lo de siempre. No entiende que su tiempo ha pasado", afirma un conocedor de la cita, y también del anterior encuentro de Rouco y Martínez Camino (el auxiliar no estuvo con el Papa, pero sí se halla con el purpurado en Roma) con el Nuncio Bernardito Aúza. Sobre el tapete, la 'injusta' situación de Camino, al que se le busca una diócesis residencial (se dice que Rouco quiere que suceda a su fiel Fidel Herráez en Burgos). No habían salido de la Avenida Pío XII cuando en Roma ya se sabía de la visita, y del contenido de la reunión.

La táctica 'envolvente'

Y es que en el Vaticano conocen perfectamente la situación de Camino y, por ende, la de Rouco Varela. "No quiere que Francisco cambie lo que le costó construir en veinte años", afirma un alto cargo curial, que confirma que el Papa está al tanto de "la envolvente" que el sector conservador ha intentado, primero con el Nuncio, después con el mismo Papa y la Congregación de Obispos. 

Rouco y Francisco

De hecho, algunas fuentes aseguran que Rouco Varela ha entregado al Santo Padre una 'lista' (que también le ha llegado a monseñor Ouellet, uno de los grandes apoyos del purpurado en Roma) con posibles candidatos al episcopado en España. A la cabeza, su delfín Camino, 'bloqueado' en Madrid desde su jubilación.

Un 'otoño caliente' en España

El Papa no tiene la menor intención de hacer caso al sector conservador (Rouco, Sanz, Herráez, Munilla, Camino, Catalá...), pero no se niega a escucharlos. Con todo, el encuentro verdaderamente importante para el futuro de la Iglesia española tendrá lugar el 19 de septiembre, cuando los cardenales Omella y Osoro y el secretario Argüello rindan visita a Bergoglio. A partir de ahí, comenzará a moverse el tablero.

Francisco sí podría conceder alguna salida a Martínez Camino (seguramente no la que él desea), pero no aflojará un milímetro en su deseo de aggiornar la Iglesia española. Para eso vino Aúza. Para eso los obispos votaron lo que votaron en marzo

"Como no se pongan las pilas los influyentes, los puntos estratégicos van a ser ocupados por los de siempre y con las manos negras de siempre...", advierte un prelado, conocedor de la situación. La 'hoja de ruta', no obstante, sigue estando clara: los cuatro cardenales en activo (Omella, Osoro, Blázquez y Cañizares) tienen el encargo de trabajar, junto al nuncio, en la renovación episcopal en España. No otros. Aunque es cierto que , a diferencia de la actual cúpula, el sector conservador actúa como un solo hombre, con una sola voz. En este caso, la de Rouco Varela.  

Algo ha logrado: retrasar (que no bloquear) algunas ternas, y provocar temor entre algunos sectores renovadores. Pero no ha logrado hacer mella en el Papa Francisco. Que, ojo, sí podría conceder alguna salida a Martínez Camino (seguramente no la que él desea), pero no aflojará un milímetro en su deseo de aggiornar la Iglesia española. Para eso vino Aúza. Para eso los obispos votaron lo que votaron en marzo. 

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