Los obispos, de ejercicios; la Conferencia Episcopal, en silencio

Concluyen los tradicionales ejercicios que los obispos españoles celebran, después de Navidad, en Collado Villalba. Unos ejercicios que, este año, han venido marcados por el temporal de hielo y nieve -'Filomena' retrasó un día su comienzo-, la pandemia -los asistentes tuvieron que realizarse las preceptivas PCR antes de poner ingresar- y las consiguientes restricciones de movilidad que han impedido a muchos acudir, como era su deseo. Otros, simplemente, han preferido no hacerlo. ¿Por la presencia como director del jesuita José Luis Rodríguez Olaizola, sj.? Habría que preguntarle a los que han faltado.

Algo que, lamentablemente, no sabemos. ¿La razón? El rotundo silencio que, por primera vez en años, ha manifestado la Conferencia Episcopal respecto a los ejercicios de este año. No hubo nota alguna por parte de los responsables de comunicación del episcopado, ni envío de información a sus compañeros de otras diócesis. ¿Se querían ocultar los ejercicios del Episcopado?

Tanto es así, que personal de la Casa de la Iglesia nos llegó a decir que, "en puridad, ni podemos asegurar que se estén realizando. Entendemos que sí, pero no sabemos nada". De hecho, sí hubo una previsión de información sobre "ejercicios espirituales 10-16 de enero" en la web de la CEE pero, como comprobarán pinchando el link, "No se ha encontrado la página que buscas".

Sí sabemos que hubo menos obispos de los habituales, y que las razones son dos (además del temporal, que fue sobrevenido: y los que no querían asistir lo tenían decidido antes). En primer lugar, el sector más conservador, que mostró a los responsables del episcopado sus reticencias a ser "espiritualizados" por Olaizola, a quien el sector más ultramontano del episcopado, el clero y el laicado español ha convertido en uno de sus blancos preferidos (señal de que lo está haciendo bien); en segundo lugar, las restricciones de movilidad (se hace complicado demostrar que asistir a unos ejercicios es una 'actividad esencial').

Eso sí: pese a que desde la Conferencia Episcopal no se ha hecho nada, la Oficina de Prensa del Arzobispado de Pamplona sí estimó conveniente informar del comienzo de los ejercicios en un tweet. Curiosamente, el responsable de ambos organismos es la misma persona. Al menos, así sabemos que tanto el arzobispo de Pamplona, como su auxiliar, estuvieron. Algo es algo. Pero también un indicador de cómo, lamentablemente, funcionan las cosas. Incluso, en tiempos de Francisco, Omella y Osoro. Y Argüello.