Su elección para el 'senado papal', signo de Francisco para el futuro de la Iglesia española El Papa señala a Omella, y apunta a los obispos españoles

El cardenal Omella, con el Papa Francisco
El cardenal Omella, con el Papa Francisco

Francisco confía en Omella, por más que algunos obispos -y responsables de la Casa de la Iglesia, con 'mano' para retocar discursos y hacer decir al presidente de la CEE cosas que él no piensa (léase cheque escolar)- estarían dispuestos a hacer cualquier cosa por evitar un nuevo cuatrienio del purpurado, que este viernes cumple 77 años

Francisco le ha declarado perfectamente capaz para su consejo asesor, con un mandato de 5 años, que Omella concluiría con 82 años, un año más tarde que el final de su hipotético segundo mandato al frente de la Casa de la Iglesia

Decíamos: ¿Se atreverán los obispos españoles a enmendar la plana a Francisco buscando otro candidato para la presidencia?, y respondíamos que sí. Siguiente pregunta: ¿Lo conseguirán?

Este viernes, en rueda de prensa, el portavoz de la CEE ha recordado una instrucción que "recomienda encarecidamente" que los prelados que tengan más de 75 años no puedan presentarse a cargos directivos en las conferencias episcopales

Este lunes, el cardenal Omella entrará a formar parte del 'senado papal', y eso, necesariamente, debe verse reflejado, y refrendado, en una Conferencia Episcopal española que, tristemente (y mira que ha tenido oportunidades) continúa sin 'querer' al Papa Francisco

Puede que muchos obispos españoles 'no quieran' al cardenal Juan José Omella, pero resulta evidente que el Papa Francisco sí. Y el espaldarazo dado hace un mes, cuando el presidente de la CEE fue nombrado miembro del C-9, el consejo de cardenales que asesora al Papa, lo demuestra. Este lunes, Omella toma posesión de esta nueva responsabilidad, el 'Senado' papal.

A un año de las elecciones a la Presidencia de la Casa de la Iglesia, y cuando muchos ya estaban preparando la sucesión del arzobispo de Barcelona, la pregunta resulta obvia: ¿Se atreverán los obispos españoles a enmendar la plana a Francisco buscando otro candidato a la presidencia? La respuesta, también obvia, por mucho que a los sectores más sensatos -que los hay- en la Conferencia Episcopal: Sí. Otra cosa es que la estrategia les salga, más aún teniendo en cuenta que, muy probablemente, en la Plenaria de noviembre haya que elegir un nuevo Vicepresidente (aunque esa designación tendría que refrendarse en abril de 2024), y que esta situación afectará, y mucho, determinadas estrategias.

Osoro, y Omella, en el CEU
Osoro, y Omella, en el CEU CEU

Lo que está claro es que Francisco confía en Omella, por más que algunos obispos -y responsables de la Casa de la Iglesia, con 'mano' para retocar discursos y hacer decir al presidente de la CEE cosas que él no piensa (léase cheque escolar)- estarían dispuestos a hacer cualquier cosa por evitar un nuevo cuatrienio del purpurado, que este viernes cumple 77 años y que, en puridad, no debería presentarse a la reelección. Pero resulta que Francisco le ha declarado perfectamente capaz para su consejo asesor, con un mandato de 5 años, que Omella concluiría con 82 años, un año más tarde que el final de su hipotético segundo mandato al frente de la Casa de la Iglesia.

¿Qué pasará? Veremos, aunque tendremos algunas pistas una vez se despeje el horizonte que deje el cardenal Osoro cuando el Papa (y el propio Osoro, no veamos fantasmas donde no los hay) nombre nuevo arzobispo de Madrid. En ese momento, Osoro cesará también como vicepresidente, siendo el obispo de más antigüedad entre los miembros de la Comisión Ejecutiva quien ejerza su función hasta la próxima plenaria (noviembre). Y no es lo mismo que el vicepresidente sea Argüello que lo sea, pongamos un ejemplo absurdo (por falta de apoyos, no por capacidad, y por no 'quemar' a candidatos con opciones reales) el obispo de Bilbao, Joseba Segura. Pensando en futuribles batallas para la presidencia, claro.

No es lo mismo que el vicepresidente sea Argüello que lo sea, pongamos un ejemplo absurdo (por falta de apoyos, no por capacidad, y por no 'quemar' a candidatos con opciones reales) el obispo de Bilbao, Joseba Segura. Pensando en futuribles batallas para la presidencia, claro

Decíamos: ¿Se atreverán los obispos españoles a enmendar la plana a Francisco buscando otro candidato para la presidencia?, y respondíamos que sí. Siguiente pregunta: ¿Lo conseguirán? En estos meses, la Iglesia española se la juega, y es más que probable que los movimientos que ya se han iniciado (para mayor disgusto del Nuncio, que cada vez parece más fuera de España que nunca) sigan concretándose, y veamos un cambio de rostros notable entre los obispos que, el año que viene, habrán de votar, y delinear, de una vez por todas (ya llegamos tarde, muy tarde), una Iglesia española abierta al proyecto del Papa Francisco.

Es tiempo de dejar los miedos atrás y entregarse a una Iglesia de la escucha, de la esperanza y de la alegría, y no una Iglesia con la estrategia (también mediática, en un modelo -y personas- que ya está tardando en cambiar) del silencio, la persecución y el miedo. 

El cardenal Omella, ante el retrato del Papa en Añastro
El cardenal Omella, ante el retrato del Papa en Añastro J.L.

Este lunes, el cardenal Omella entrará a formar parte del 'senado papal', y eso, necesariamente, debe verse reflejado, y refrendado, en una Conferencia Episcopal española que, tristemente (y mira que ha tenido oportunidades) continúa sin 'querer' al Papa Francisco. Cuando algunos siguen levantando vientos de fin de pontificado, no estaría de más que alguien recordara a los mitrados de nuestro país que el Pontífice sigue vivo, y activo.

Que este lunes arranca una nueva etapa, en la que habrán de agudizarse, y agilizarse, las reformas desde el Vaticano. Y que el cardenal Omella será uno de los puntales (no me atrevo a llamarle 'papable', la verdad) de este apasionante momento del pontificado. Con el Sínodo de 2024 y el Jubileo de 2025, el proceso de cambios se acelera. Y tenemos al líder de los obispos españoles en el puesto de mandos de la Curia vaticana. Convendría no olvidarlo. O recordárselo a quienes procuran hacerlo.

Porque parece que lo olvidan: este viernes, en rueda de prensa, el portavoz de la CEE ha recordado una instrucción del dicasterio de los Obispos que "recomienda encarecidamente" que los prelados que tengan más de 75 años no puedan presentarse a cargos directivos en las conferencias episcopales. "Acaba ese mandato, lo mismo que el vicepresidente, la Ejecutiva… la plenaria de 2024 será muy divertida", apuntó, con sorna, García Magán. Una norma que el Papa, en el caso de Omella, se ha saltado a la torera.

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