Marx y La Biblia

fLa crìtica de Marx a la economía política y a la filosoía occidentales no es para este libro un mero ejemplo. Retracto aquí expresamente la apreciación de mi libro anterior ya citado donde afirmaba la moral; me engañé por superficialidad leyendo las criticas de Marx contra la moral. La verdad es que, como expomgo en el último capítulo, precisamente el agudo sentido moral hace que el pensamiento sea dialéctico y no pueda resignarsrse a que la realidad presente esté sin contradicciones y por tanto permanecen para siempre como está; sólo la filosofía dialéctica es capaz de descubrir en la realidaz pasada y presente la exigencia infrenable de un mundo mas humano. Marx no podía, evidentemente, relacionar esa exigencia con el dios pantocrator que occidente opresor adoraba y adora; hago mío su rechazo de ese ídolo y de todos los ídolos:
cf. capítulo segundo.

Ya varios autores cristianos han señalado que Kar Marx pertenecia a la categoría de los profetas de Israel y que tanto su mesianismo como su pasión por la justicia provenían de la Biblia. Pero señalan esa proveniencia para restarle importancia a Marx diciendo que no es original. Pasmoso procedimiento que muestra cuán incapaz de conversión es la ciencia occidental ante
la voz profética.
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