Misa de los Quilombos 3



Entrada
Estamos llegando de las ricas cocinas,
estamos llegando de los ricos burdeles,
carne vendida somos:
hemos venido a amar.

Estamos llegando de las viejas senzales,
estamos llegando de las nuevas favelas,
margen del mundo somos:
hemos venido a danzar.

Estamos llegando de los trenes de los suburbios,
estamos llegando colgados como locos,
con la vida entre los dientes llegamos:
hemos venido a cantar.

Estamos llegando de los grandes estadios,
estamos llegando de la escuela de samba,
sambando rebeldía llegamos:
hemos venido a contonearnos.

Estamos llegando del vientre de las Minas,
estamos llegando de las tristes chabolas,
gritos silenciados somos:
hemos venido a reivindicar.

MEMORIA PENITENCIAL
Herederos de un Imperio de exterminio,
hijos de la secular dominación,
queremos reparar nuestro pecado,
venimos a celebrar una nueva opción.


Espiritualidad de la liberación

2. La espiritualidad es patrimonio de todos los seres humanos

Toda persona está animada por una espiritualidad o por otra, porque todo ser humano -cristiano o no, religioso o no- es un ser también fundamentalmente espiritual. Toda mujer y todo hombre son más que pura biología. Es ese algo más, mucho más, lo que les distingue del simple animal. Las religiones y filosofías suelen designar esa realidad misteriosa, pero real, como "espíritu". Perder esa dimensión profunda es dejar de ser humano, es embrutecerse. Paul Tillich habla de esta "dimensión perdida" como de la gran tragedia de nuestros tiempos materialistas y consumistas.

Cantemos al Dios de la novedad

Todos aquellos y aquellas que intentan
vivir una vida coherente y nueva,
como la aurora de cada día,
alégrense con lo que de nuevo han hecho
y todavía siempre harán
el Dios de la novedasd.
Él nos garantiza un nuevo Cielo y una Tierra nueva:
la Tierra Prometida en la palabra de su Alianza
y registrada en las Bienaventuranzas
de su hijo Jesús, nuestro hermano.

Cantemos a ese Dios vivo
la canción invencible de la esperanza,
incluso en la noche neoliberal.
De noche Abraham pudo ver
las estrellas de la promesa.
Bailemos la danza de la igualdad y del compartir
contra los altos muros del lucro y la exclusión.
Las murallas de la Jericó del capital
caerán bajo las trompetas de los pobres organizados.

Sentémonos en la rueda ecuménica,
en la hierba humilde de la libertad,
rociada por el sudor del pueblo campesino y obrero
y bautizada con la sangre de tantos testigos...
Pedro Casaldáliga, obispo
Al acecho del Reino
Antología de textos 1968-1988
Ediciones Edymion. Nueva Utopía, Madrid 1989
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