Pedro Zabala, amigo sabio, profesor de Derecho, riojano de Logroño, la ciudad del puente sobre el Ebro (entre el Euskadi y Castilla, Navarra y Aragón), hombre del mundo, sigue pensando y publicando, pero, sobre todo, buscando, como muestras estas paradojas de la búsqueda.  Todas son tuyas, con el Dios mendicante de Jesús (y de Francisco de Asís  y Juan de la Cruz, con F. Rosenzweig y Ch. de Foucauld...) y con tantos otros (incluidos los grandes místicos sufíes del Dios Loco). Gracias, Pedro, por estar ahí, por ser quien eres, cerca del puente de Logroño de donde, de algún modo, somos todos, sobre el Ebro, amigos, buscadores del Dios Loco.                       

Paradojas de la búsqueda (P. Zabala)

El Lenguaje es una INVENCIÓN humana para interpretar la realidad.

Adán, el mítico protohombre, puso nombre a todos los seres. En la mentalidad semítica dar nombre a las cosas, es la forma de hacerlas suyas.

Teo-logía: Vano intento de definir a Dios. ¿Cómo poner límites a lo Ilimitado?

Para hablar de lo inefable, las paradojas y las parábolas son quizá las dos únicas vías idóneas.

Dios creó al hombre a su imagen y semejanza. Y el hombre creó a dios a su imagen y semejanza: un ídolo.

En la Biblia el mayor pecado es la idolatría. Destruir los ídolos es el mandato divino. También ese al que hemos llamado dios. ¿A qué esperamos para destruirlo?

¿Cómo nos imaginamos a Dios?

Para unos es un varón anciano de barba blanca, Altísimo y Omnipotente, que todo lo ve. Un Juez severo que nos espera para juzgarnos sobre nuestra vida cuando muramos.

Para otros, un niño juguetón con la realidad.

No faltan los que lo ven como un Loco Enamorado mendicante de nuestro amor.

Puede que sea una Madre amorosa, rebosante de la leche de su gracia en sus pechos que nos ofrece continuamente, pero que, sin embargo, desganados rehusamos a menudo,  mamarlos.

EL niño Jesús nacido en un pesebre, es un icono precioso de un Dios que se abaja, acoge la fragilidad humana y entra en nuestra historia.

En el Credo que nos enseñaron se dice “Creo en la Comunión de los Santos”. ¿No desborda la misma Iglesia, pues hay santos dentro y fuera de ella?. ¿Y no hay también una Comunión de los Pecadores, dentro y fuera de la Iglesia?.

La Iglesia no es Una. Para escándalo mayúsculo aparece dividida. Mas está llamada a la unidad. Y quienes nos decimos seguidores de Jesús, hemos de trabajar para que llegue a ser Una, como nuestro Maestro pretendía.

No es Santa, pues además de que hay pecadores en ella, su estructura piramidal, jerárquica y patriarcal es un pecado grave, en contra de la igualdad fraterna que Jesús pretendió.

Ni es apostólica, pues ¿no es un mito que los obispos sean sucesores de los apóstoles?. Por el bautismo todos estamos llamados a ser sacerdotes, reyes y profetas.

Descartes intentó solucionar su duda metódica, afirmando: “Pienso, luego existo”. ¿Cómo podía estar seguro de que era él quien pensaba, sin saber de su existencia?

Existo porque soy amado y puedo amar.

Hay quien afirma que actuamos como lo hacemos, porque Dios nos hizo así, con lo que no somos responsables de nuestras maldades, sino el mismo Dios.

Ser personas auténticas es un proceso que dura toda la vida. Tenemos una libertad, condicionada sí, pero somos capaces de cuidar y de dañar. ¿Cómo respondemos a esa opción?

La respiración tiene dos fases: inspirar, llenar de aire los pulmones y espirar expulsándolo.

El espíritu -la Ruah, femenino en hebreo- es aire.

En la Biblia hay palabras humanas inspiradas por el Espíritu y otras, no.

Leer es interpretar un texto. La relectura interpretativa de la Biblia cuando se hace en comunidad, ¿no tiene tiene más garantía de ser inspirada por el Espíritu?

Después de ser inspirados, ¿no hemos de espirar la Palabra recibida: evangelizar?