Guatemala, 23/08/2020

Estimado Xabier:

He disfrutado leyendo varios libros tuyos, y últimamente, leyendo tu libro sobre las mujeres en la Biblia judía, he recordado varias inquietudes mías, que me gustaría compartirte. 

Yo estudié con los jesuitas 11 años hasta el 1er año de teología.  Me retiré sin acabar...  ahora en mi ancianidad, disfruto de 3 hijos propios y 4 añadidos y 17 nietos.  Pero siempre conservé el gusto por la teología, y después tuve el gusto de completar mi carrera de teología en la Universidad Rafael Landívar, en Guatemala.  Dese el año 2020, trabajo en la facultad de teología y doy clases con todos los alumnos de las diversas facultades.  Me han especializado en una clase: “¿Quién era Jesús de Nazaret?”, y la disfruto mucho ya que es uno de mis temas teológicos favoritos. 

De tu libro sobre las mujeres en la Biblia, me ha interesado sobre todo el tema de la Diosa, por las repercusiones que esa intuición primitiva ha tendido en el culto a la madre de Jesús, María.  Me gustaría escribir un libro sobre este tema, pero me temo que no tengo a mi disposición suficiente material bibliográfico. 

La intuición mía, es que algunos autores han criticado el culto a María, como un resabio del culto a la Diosa o a la misma Reina del cielo, y yo pienso que tienen razón, solo que en vez de verlo como negativo, yo lo veo como positivo, como una intuición profunda de la religiosidad popular. 

De hecho, muchos santuarios marianos han sido fundados sobre sitios de adoración de la Diosa anterior.  Para mí un ejemplo claro es el de la Virgen de Guadalupe en México, fundada sobre el  monte Tepeyac, donde se veneraba a la Diosa “Tonanzín”, la madre de los dioses.  Allí se presenta María al indígena Juan Diego, como “La Madre del Dios verdadero”, y le dice que ella manifestará para sus devotos, “La Misericordia de Dios”, “Nuestra Madre”, que expresa el rostro materno de Dios. 

Y aquí es donde voy, a Jesús le veneramos como Hijo de Dios, es decir, como un ser humano que de alguna manera nos hace presente la bondad y la salvación de Dios.  De hecho, en los evangelios, cuando se da un milagro en la presencia de Jesús, por la fe de las personas, estas no le dan las gracias a Jesús, sino que alaban a Dios, al que reconocen como el dador del don. 

Así, cuando en la Iglesia primitiva se comenzó a dar culto a Jesús, en realidad, el culto de “adoración”, está dirigido a Dios que se revela en Jesús.  Si no caemos en el triteísmo.  El Dios que veneramos en el ser humano Jesús, es el único, el Padre, fundamento de todo lo creado, que se ha manifestado en Jesús como Salvador, y en el Espíritu como Vida y Santificación.

Pues, de la misma manera, yo pienso que sería correcto ver la veneración a María, como la Madre de Dios, o la “Theotokos”, la que da a luz a Dios, como un ser humano que en femenino también nos hace presente a Dios como madre, Hesed o misericordia, atención, origen materno, ya que Jesús por ser un humano limitado, no puede abarcar todo lo que Dios significa para nosotros, entonces, María “Madre de Dios”, vendría a ser como un complemento importante de la imagen de Dios presente en el evento salvador de la Buena Noticia del Reino, que Jesús hace presente, al mostrarnos a Dios como “Abbá”, y María como “Ammá”.

Así, no importa el nombre con el que se reconozca la veneración a María, ya sea adoración, veneración, o hiperdulía, estaríamos hablando de una adoración que se hace a Dios, a través de la humanidad de María. 

En resumen, la idea es que así como en el ser humano Jesús, Dios, el Padre, se manifestó (“se encarnó”, dice la teología descendente) como Salvador, en María, la Madre, se manifiesta (se “encarna”) como Madre, origen, consuelo, misericordia, apoyo, cercanía.  Casi al final de tu libro, al hablar de la madre macabea, llamas a la maternidad “sacramento de Dios”.  Algo así es lo que yo pienso, y que es una veta riquísima sobre la veneración de María, que no se ha profundizado teológicamente.  María estaría siendo (sería) sería la creadora, en el Espíritu, de la nueva creación, al dar a luz a su hijo Jesús, primogénito de la nueva comunidad.

 Ya que veo por tu libro cómo has profundizado en el tema, pienso que un libro tuyo sobre María “La Madre De Dios”, desde el trasfondo de la Diosa, y las otras figuras maternas de la Biblia, podría ser muy interesante. 

Sé que eres una persona con muchas ocupaciones.  Si has encontrado el tiempo para leer mis reflexiones, te lo agradeceré mucho. 

Tu admirador, lector asiduo y amigo,

(CMO)