J. J. Hernández Alonso, Jesús de Nazaret. Sus palabras y las nuestras

Juan José Hernández Alonso, Jesús de Nazaret. Sus palabras y las nuestras, Presencia Teológica 244, Sal Terrae, Santander, 632 págs.

Es como si hubiera estado esperando este libro cuarenta años, desde la publicación del anterior (La nueva creación. Teología de la Iglesia del Señor, 1976). Culmina así en mi memoria académica una larga generación de teología, todo un inmenso postconcilio de tramas eclesiales y desiertos académicos.

Juan José Hernández Alonso (=Juanjo) publicó aquel libro para obtener la cátedra de Eclesiología de la Universidad Pontificia de Salamanca (el año 1976), pero ese mismo año tuvo que abandonar la Universidad, por los bandazos de aquella universidad… y de la teología dominante hispana.

Ahora, tras una larga travesía al exterior de la academia teológica salmantina, Juanjo ha vuelto con esta nueva obra, que le ha llevado (y nos ha llevado) de la Iglesia a Jesús, fundador y alma de la Iglesia, cuarenta años después (2016), ni uno más ni uno menos.


El año 1976 nos habló de la Iglesia del Señor, pero la academia teológica de Salamanca no escuchó su palabra, y así tuvo que emigrar... durante cuarenta años, por desiertos de filología y cultura inglesa, fértiles en otro plano, pero alejados de su tierra teológica.

El año 2016, jubilado ya de su docencia inglesa, ha vuelto a escribir sobre experiencia viva de Jesús, ya fuera de la academia teológica de Salamanca, pero dentro del éxodo pascual de la Iglesia, en el camino de la Nueva Creación, que es su camino.

Una historia y una vida digna de contarse.
Imagen 1. Libro
Imagen 2. Presentación en Ciudad Rodrigo. Juanjo en el centro. A su derecha: D. José Sánchez (obispo emérito) y E. Yildiz,Fac. de Letras de Salamanca. Izquierda: D. Raúl Berzona (obispo de C. Rodrigo) y J. C. Sánchez, Director del Centro Teológico.
3. Libro de eclesiología
4. Presentación en el Casino de Salamanca


Tienen su historia los libros. Una primera parte: La teología de la Iglesia

Habent sua fata libelli (tienen su destino los libros…). Así reza un adagio latino del siglo II d.C., atribuido a Terenciano Mauro. Ese dicho se cumple de forma ejemplar en este libro de Juanjo, nuestro autor.

Juan José H. Alonso había nacido en Aldehuela de Yeltes, Salamanca (1934), ordenándose como presbítero de la diócesis de Ciudad Rodrigo. Cursó estudios de teología en la Universidad Gregoriana de Roma (1955-1959), y se especializó después en la Universidad de Münster, Alemania, realizando un trabajo de investigación sobre La Pertenencia al Cuerpo Místico, bajo la dirección del Prof. H. Volk, que fue la base de su tesis doctoral en Teología, defendida en la Universidad Pontificia de Salamanca (1970).

A partir de aquel momento fue durante un fecundo sexenio (1970-1976) profesor de Eclesiología en la misma Universidad P. de Salamanca, donde coincidimos durante cuatro años, siendo colegas y amigos (1972-1976). Como culminación de esa etapa que debía ser “preparatoria”, publicó a modo de “habilitación” su tratado de Eclesiología, uno de los más importantes que se escribieron en castellano a partir del Concilio Vaticano II, con el título La nueva creación. Teología de la Iglesia del Señor (Sígueme, Salamanca 1976), un libro de 522 páginas, que marcó una etapa en los estudios de esa materia.

Muchos de los que en aquel momento enseñábamos en Salamanca pudimos reconocernos en esta obra, que implicaba el primer intento serio de recepción y recreación de la Eclesiología del Vaticano II, vinculando los principios de la eclesiología patrística con la gran la renovación del siglo XIX, partiendo de autores como Möhler y Newman. Recuerdo bien esa obra (que aún conservo y consulto con mimo). Nos impactó sobre todo por su interpretación mistérica (no jurídica) de la iglesia, entendida básicamente como “servidora del Reino”, recuperando de esa forma los elementos básicos de la teología de los evangelios.

En esa línea, el Prof. Hernández Alonso analizaba de un modo especial las imágenes de la Iglesia como Pueblo de Dios y Cuerpo de Cristo, retomando los fundamentos y sentido bíblico del tema, para culminar (conforme al título del libro) con una visión de la Iglesia como “nueva creación”, vinculando de esa forma la “obra” de Cristo que es la iglesia con la obra originaria de Dios, que es la creación, para situar así la Iglesia en el contexto universal de la creación y de la humanidad.

Desde esa perspectiva, esta obra recuperaba la pluralidad armónica de las perspectivas del Nuevo Testamento, poniendo de relieve la armonía entre episcopado, primado y colegialidad, en clave de comunión, un amor hecho de vida y diálogo concreto, que no se puede imponer de forma jurídica. Por eso, el autor culminaba su trabajo poniendo de relieve la necesidad de conservar la tradición en forma creadora, sin limitarse a repetir el pasado, pues sólo se conserva aquello que se renueva.



Los más ingenuos creímos que el Prof. Juan José H. Alonso ganaría con esa obra la Cátedra de Iglesia, para quedar ya fijo en la Univ. de los Obispos de España, "rica"en aquel tiempo. Pero pasó entonces algo que no he podido entender nunca, uno de los conocidos vaivenes de la Univ.Pontificia de Salamanca (es decir, de un tipo de teología y “jerarquía” hispana) y, en vez de obtener la cátedra, el mismo año de la publicación de su obra, el Prof. J. J. H. Alonso tuvo que dejar la Universidad Pontifica, pasando a la Facultad de Filología Inglesa de la Universidad Civil de Salamanca, donde ha enseñado Inglés y Cultura Norteamericana hasta su jubilación.

Tras 40 años: Una segunda parte, la Historia de Jesús



Pero los “amores primeros” son difíciles de olvidar y así, puntualmente, a los cuarenta años de la obra anterior, libre ya de las obligaciones académicas, por el placer de investigar y enseñar de un modo libre, por amor a la Iglesia de Jesús y, en especial, al Jesús de la Iglesia, en pleno madurez, el Prof. J. J. H. Alonso (Juanjo), nos ha sorprendido a los amigos de entonces con publicación de este libro enciclopédico, que es una especie de gran Curso de introducción a Eclesiología, en línea bíblica, teológica y pastoral.

El libro se titula Jesús de Nazaret, sus palabras y las nuestras, indicando así que las suyas han de hacerse nuestras, pues “sus hechos y palabras anunciaron proféticamente el camino del Reino de Dios”, ese camino que es la Iglesia. Así “con curiosidad, humildad, admiración esperanza” en Jesús ha escrito Juanjo este libro.

Es ciertamente, un libro escrito con “curiosidad”, es decir, con espíritu inquieto. Se nota bien que Juanjo no es especialista académico en Cristología, ni en historia de Jesús, pues los “azares” académicos le dejaron cuarenta año fuera de eso que pudiéramos llamar “el seminario de Jesús”, con palabras de tradición norteamericana que él domina muy bien. Eso significa que él no ha tenido que someterse al “corsé” académico, con sus preguntas pre-establecidas, sino que se ha dejado admirar por las palabras y obras del “galileo universal”, siguiendo la mejor bibliografía hispana e inglesa, y en menos medida también alemana.

Es reconfortante descubrir a sus “autores”, aquellos que el han permitido adentrarse mejor el en “universo Jesús”. Lógicamente, entre los hispanos no entran los salmantinos, sino más bien los de Deusto, Comillas y Barcelona, con Senén Vidal, J. P. Meier, J.D. Dunn, D. Crossan… y otro muchos, los que mejor han estudiado el tema en los últimos decenios… Están ellos, pero está, sobre todo, el texto de los evangelios y los testimonios de la historia antigua, con la fe secular de la Iglesia, releída desde la perspectiva actual.

De esa manera, con gran precisión literaria, con sencillez de forma, con gran profundidad de fondo, J. J. Hernández Alonso ha ido tejiendo y trenzando una obra que es al mismo tiempo un manual académico de Cristología histórica (el más completo que conozco en castellano), como si fuera un libro de clase para alumnos, y un camino de catequesis para iniciar en la vida y fe de Jesús a quienes quieren conocer el fundamento del cristianismo y de la vida de la Iglesia. Siendo manual de “texto” y catequesis, este libro está escrito para gentes que tienen un fondo cristiano, pero que no forman parte de eso que pudiéramos llamar la “iglesia militante” de los que asisten domingo a domingo a sus cultos.

Este es un libro escrito para la “iglesia a las puertas” (sean puertas de salida o de entrada y vuelta, que en el fondo es parecido). Por eso es normal que Juanjo lo haya querido presentar ante todo en el Aula Magna del Palacio de Anaya, por la Facultad de Filología de la Universidad de Salamanca (cf. RD 10, 11, 2017) y en el marco incomparable del Casino de Salamanca (lunes 6 de Marzo del 2017; cf. http://salamancartvaldia.es/not/142835/sacerdote-juan-jose-hernandez-acerca-vida-persona-jesus-nazaret/).

Éstos son quizá los dos lugares “cultura abierta” más importantes de Salamanca (y quizá de España). En ellos ha querido hablar Juanjo de Jesús de Nazaret, conforme al mensaje de su libro, que él ha escrito con humildad y maestría, en un camino que quiere estar abierto a todos los lectores, más allá de la Universidad Pontificia donde (según creo) no ha sido presentado, después de cuarenta años.

Un libro vivo

J. J. Hernández es un hombre de mundo abierto, de cultura germana y anglosajona, que sigue siendo un pensador admirado del campo charro, su tierra, junto al río Yeltes, rico en dehesas y gentes de bien, en el camino de Ciudad Rodrigo, su diócesis, donde ha presentado también su libro, ante su obispo en “activo”, D. Raúl Berzosa, y su obispo dimisionario y amigo, D. José Sánchez González, que le ha escrito (a su estilo inolvidable) un prólogo de compañero (cf. http://salamancartvaldia.es/not/130842/lleno-presentacion-libro-sobre-jesus-nazaret-juan-jose-hernandez/ ).

Yo debería seguir presentando paso a paso este libro, pero pienso que será mejor pararme, para que sean mis propios lectores los que vayan y lo lean. Les digo que no quedarán decepcionados. Estos son sus temas:

‒ Cap 1-3 (págs. 23-212). Contexto y presupuestos: Introducción para la lectura, el mundo del AT, el entorno de Jesús.

‒ Cap. 5-6 (págs. 213-292). Los dichos y los hechos de Jesús, su mensaje, sus acciones poderosas.

‒ Cap. 7-10 (pags. 293-350). Los títulos de Jesús. En estas páginas centrales de su libro, Juanjo recoge la mejor controversia y aportación de la teología de sus tiempos de estudiante (1960-1976), cuando se estudiaban con pasión los títulos de Jesús, es decir, la controversia cristológica del tiempo de su vida. Estos son, a mi juicio, los capítulos más hondos del libro, releídos con la hondura que da el tiempo, desde la perspectiva actual (2016), una cristología de la vida de Jesús.

‒ Cap 11-13 (págs. 361-483). Conflicto final, Última Cena, muerte… Todo lo anterior recibe su sentido cristiano porque Jesús ratificó con su vida (muriendo por ello) el camino de sus hechos y sus dichos, su esperanza y tarea de Reino, en un camino abierto a la Iglesia, tal como ha sido ratificado y hecho presente por la resurrección.

Cap 14 (págs. 483-462). Termina el libro con una “cristología explícita”, es decir, con una presentación de la fe eclesial en Jesús, partiendo de los cuatro primeros concilios para detenerse al fin en la confesión actual de la fe, tal como la entiende una teología nueva, abierta al diálogo universal con la vida del hombre, con la búsqueda de las religiones.

Ciertamente, yo debería comentar más ampliamente este libro, pero pienso que a esta altura del discurso ya no es necesario. Sin duda, con el purismo de profesor también “jubilado” podría grandes valores, pequeñas lagunas, en temas y en bibliografía… pero no es tiempo para eso. Es tiempo para dejar el libro en manos de sus lectores… y para desear un encuentro personal con Juanjo, después de tantos años.

Apenas nos hemos visto en esto años. Quizá él no se ha dejado ver… Quizá el que no se deja ver soy yo, con Mabel, a 12 Km. de Salamanca… Me entero de las cosas a “toro pasado”. Así fue con lo del Casino, así con lo del Palacio Anaya. Pero esta vez tenemos que vernos, Juanjo. Felicidades por el libro y gracias por lo que dices y por lo que eres, tras 40 años. Aquí me tienes, en San Morales.

Volver arriba