John Henry Newman (1801-1890). Doctor de la Iglesia universal

El  19 de septiembre del 2010, en las afueras de Birmingham, Inglaterra (donde está enterrado ) el Papa Benedicto XVI beatificó a H. Newman, una de las mayores personalidades de la cultura inglesa (anglosajona, europea) del siglo XIX.  

Newman fue canonizado el  13 de Octubre de 2019 por el papa Francisco en Roma. El pasado 1 de Octubre 2025,  en  la Plaza de San Pedro ,  el Papa León XIV le ha declarado  Doctor de la Iglesia Universal,.

La ceremonia coincidió con la clausura del Jubileo del Mundo de la Educación, dedicado a la reflexión sobre el papel de la Iglesia en la formación integral de la persona.“ Newman nos enseña —dijo el Papa— que el conocimiento sin fe se vuelve estéril, y que la educación verdadera florece cuando está al servicio de la verdad y de la santidad.” 

Canonisation of Blessed John Henry Newman — The Oxford Oratory

La noticia en Radio Vaticana

En su homilía del 1. XI, 2025, en la misa de su declaración como Doctor de la Iglesia, el papa León XIV  insistió en la importancia de la educación cristiana y  anunció que San John Henry Newman será Co-patrono de la misión educativa de la Iglesia, junto a Santo Tomás de Aquino. Ambos, dijo, representan la unión entre la razón que busca la verdad y la conciencia iluminada por la fe.

 “Su figura será un faro para las nuevas generaciones que tienen sed de infinito y que, por el camino del estudio, buscan el rostro de Dios”, afirmó el Santo Padre-

 John Henry Newman (1801–1890) fue sacerdote, teólogo y cardenal inglés. Convertido del anglicanismo al catolicismo, dejó una profunda huella en la teología moderna con su pensamiento sobre la conciencia, la fe y la educación. Su proclamación como Doctor de la Iglesia por León XIV reconoce su influencia duradera y su ejemplo de fidelidad a la verdad (Radio Vaticana) .

Reflexión personal

 Newman ha sido y sigue siendo un reto, para miles y millones de personas. Yo soy de los que he crecido al Cristianismo leyendo algunas de sus obras, en especial su Apologìa… Hoy quiero recordarle con admiración.  

 No sé si me alegro que de que haya sido Doctor declarado Doctor de la Iglesia. Para mí ya era “doctor,  un compañero y maestro en el camino de la búsqueda y sentido de la fe, un hombre con quien he podido dialogar, y sigo dialogando, a pesar (o en virtud) de sus grandes problemas. Pocos como él me han abierto caminos para comprender mejor la tradición cristiana.

 Newman empezó siendo pensador cristiano de la iglesia de Inglaterra, de línea protestante, anglicano.. Fue predicador y profesor en la ciudad universitaria de Oxford, donde sus sermones y sus publicaciones tuvieron gran influjo entre profesores y estudiantes. Formó parte del «movimiento de Oxford» que quería poner de relieve el origen apostólico de la Iglesia de Inglaterra, destacando así sus relaciones con el catolicismo.

Fue uno de los intelectuales más conocidos de Inglaterra, y el año 1845 se convirtió al catolicismo, ordenándose sacerdote dos años después. A partir de entonces vivió en Londres, donde estableció una comunidad u Oratorio de San Felipe Neri, dedicándose al estudio y a la publicación de libros de tipo teológico, histórico y espiritual. Es quizá la personalidad más destacada del catolicismo (e incluso de cristianismo) inglés del siglo XIX, uno de los mayores escritores y pensadores cristianos de todos los tiempos.

Citations et prières chrétiennes: - St John-Henry Newman

Después de su "conversión" a la comunión católica,  llevó una vida oculta, pues eran muchos los que, en las altas esferas de la Iglesia Católica, se sentían incómodos con su visión del catolicismo. A pesar de ello, en un gesto de gran lucidez, cuando Newman tenía ya 88 años de edad y estaba casi a punto morir, el Papa León XIII le nombró Cardenal de la Iglesia Romana (el año 1889).

Newman, creyente, hombre de comunión,  buscador y testigo de una verdad en comunión

Newman ha sido y sigue siendo un reto, para miles y millones de personas. Yo mismo soy soy de los que he crecido al Cristianismo leyendo algunas de sus obras, en especial su Apologìa… Hoy quiero recordarle con admiración.  . No sé si me alegra que beatifiquen a Newman. Para mí ya era “beato”, un compañero de camino, un hombre con quien he podido dialogar, y sigo dialogando, a pesar (o en virtud) de sus grandes problemas. Pocos como él me han abierto caminos para comprender mejor la tradición cristiana.

 Fue escritor y teólogo inglés de origen anglicano. Fue predicador y profesor en la ciudad universitaria de Oxford, donde sus sermones y sus publicaciones tuvieron gran influjo entre profesores y estudiantes. Formó parte del «movimiento de Oxford» que quería poner de relieve el origen apostólico de la Iglesia de Inglaterra, destacando así sus relaciones con el catolicismo. Fue uno de los intelectuales más conocidos de Inglaterra, y el año 1845 se convirtió al catolicismo, ordenándose sacerdote dos años después.

A partir de entonces vivió en Londres, donde estableció una comunidad u Oratorio de San Felipe Neri, dedicándose al estudio y a la publicación de libros de tipo teológico, histórico y espiritual. Es quizá la personalidad más destacada del catolicismo (e incluso de cristianismo) inglés del siglo XIX, uno de los mayores escritores y pensadores cristianos de todos los tiempos.

Después de su "conversión" a la universalidad cristiana  llevó una vida oculta, pues eran muchos los que, en las altas esferas de la Iglesia Católica, se sentían incómodos con su visión del catolicismo. A pesar de ello, en un gesto de gran lucidez, cuando Newman tenía ya 88 años de edad y estaba casi a punto morir, el Papa León XIII le nombró Cardenal de la Iglesia Romana (el año 1889). Entre sus obras, traducidas casi todas al castellano, podemos destacar.

Sacerdote, escritor y teólogo inglés de origen anglicano. Fue predicador y profesor en la ciudad universitaria de Oxford, donde sus sermones y sus publicaciones tuvieron gran influjo entre profesores y estudiantes.

 Formó parte del «movimiento de Oxford» que quería poner de relieve el origen apostólico de la Iglesia de Inglaterra, destacando así sus relaciones con el catolicismo. Fue uno de los intelectuales más conocidos de Inglaterra, y el año 1845 se convirtió al catolicismo, ordenándose sacerdote dos años después.

A partir de entonces vivió en Londres, donde estableció una comunidad u Oratorio de San Felipe Neri, dedicándose al estudio y a la publicación de libros de tipo teológico, histórico y espiritual. Es quizá la personalidad más destacada del catolicismo (e incluso de cristianismo) inglés del siglo XIX, uno de los mayores escritores y pensadores cristianos de todos los tiempos.

Después de su “conversión” al catolicismo, sin dejar de ser anglicano y universal, llevó una vida oculta, pues eran muchos los que, en las altas esferas de la Iglesia Católica, se sentían incómodos con su visión del catolicismo. A pesar de ello, en un gesto de gran lucidez, cuando Newman tenía ya 88 años de edad y estaba casi a punto morir, el Papa León XIII le nombró Cardenal de la Iglesia Romana (el año 1889).  Entre sus obras, traducidas casi todas al castellano, podemos destacar.

  1. Apología "pro vita sua". Historia de mis ideas religiosas (Madrid 1977). Éste es una especie de libro de “confesiones” donde Newman presenta el proceso de su pensamiento y de su vida cristiana, tal como vino a desembocar en su conversión al catolicismo. Es el mejor testimonio del ambiente religioso de Inglaterra en la primera mitad del siglo XIX, desde la perspectiva de un hombre de gran lucidez, que quiere formar parte de la Iglesia Universal, que ha existido desde la era apostólica, con disputas y luchas internas, pero sin perder su unidad. Así aparece el rasgo quizá más significativo de la visión religiosa de Newman: su forma de entender la “carnalidad” y universalidad de la Iglesia, que mantiene la comunión de Cristo en medio de conflictos incesantes; desde ese fondo, en un entorno religiosamente dividido, él decidió asumir la unidad católica, como signo de fidelidad a los principios de la Iglesia.
  2. El asentimiento religioso (Barcelona 1960). Obra clave del pensamiento cristiano donde Newman analiza el despliegue y la racionalidad de la fe, en un contexto social donde la Iglesia ha perdido ya su función dominante y donde los creyentes no pueden ya apoyarse sin más en la tradición y en la presión social del ambiente. Es la primera gran obra de teología escrita desde fuera del “sistema” religioso y eclesiástico que había dominado no sólo en la Edad Media sino en los comienzos de la Edad Moderna. Newman ha querido mostrar el sentido de la fe y su despliegue en un contexto social donde la mayoría no son creyentes, en un ambiente donde no puede utilizarse ya un tipo de racionalidad filosófica y social asumido mayoritariamente por la sociedad. El asentimiento religioso es “racional”, pero de otra manera, en clave de sentimiento interior, de intuición cordial y de búsqueda en la que se implica toda la persona. Newman publicó también muchas otras obras, sobre todo sermones, que han ido marcando los elementos básicos de la identidad cristiana en una época en la que tuvo que vivir aislado de la sociedad dominante e incluso de la Iglesia Católica, que sentía miedo de muchas de sus afirmaciones
  3. Otras obras. Discursos sobre el fin y la naturaleza de la educación universitaria (Pamplona 1996); Discursos sobre la fe (Madrid 2000); El sueño de un anciano (Madrid 1954)…. En todas ellas, Newman aparece como un virtuoso de la palabra, un hombre de diálogo, amigo de sus amigos, quizá elitista e imperial… menos cercano a los pobres y esclavos, menos metido en el mundo real de los problemas de la clase obrera,  inmenso pensador, una experiencia fuerte de vida cristiana.

PARA SITUAR A NEWMAN EN LA TRADICION PROTESTANTE Y ANGLICANA  

La Reforma protestante del siglo XVI  introdujo un principio de profundidad cristiana, pero también de división y enfrentamiento en un momento en que Europa estaba asumiendo tareas nuevas, con el Humanismo, la Reforma, los descubrimientos geográficos (en África, Asia y América), el afianzamiento de los estados nacionales y los nuevos avances científicos. De esa forma, los pueblos de occidente se dividieron en tres o cuatro centros de poder, difíciles de armonizar:

(a) El centro latino del sur, con el predominio de España, se mantuvo fiel al Papa.

(b) El centro germano muy dividido, de manera que amplias zonas asumieron la nueva experiencia protestante, mientras otras (Austria, Baviera etc.) siguieron vinculas a la Iglesia de Roma.

(c) Parte del centro anglosajón tendió a separarse del papado, por razones quizá más políticas que religiosas, creando una iglesia nacional anglicana.

(d) El centro francés se mantuvo en gran parte fiel al Papa, pero con una política autónoma, dictada por la necesidad de un Estado, no por principios de política cristiana, ni por el evangelio, que es comunión de creyentes.

          En el momento en que los pueblos de Europa se elevaban y emergían, como potencia múltiple, sobre el resto del mundo (desde el siglo XVI), el Papa dejó de ser para muchos el vínculo de unidad religiosa y cultural que había querido ser (y que en cierto sentido siguió siendo para los católicos), convirtiéndose en signo de disputa y división, y hasta de violencia. Las razones de esa disputa fueron de tipo social y político. Aquí destacaremos las de tipo religioso, empezando por Martín Lutero (1483-1546):

 De la protesta a la creación de una nueva Iglesia

 La iglesia medieval había insistido en los sacramentos y en la institución, de manera que el cristianismo podía identificarse con ritos y estructuras de tipo religioso, que los creyentes aceptaban de un modo obediente y sumiso. En contra de eso, Lutero destacó el valor individual de la vida cristiana. En principio, él no quiso separarse de la iglesia, sino reformarla, volviendo a su origen, partiendo de Alemania, donde propagó su nueva visión del cristianismo, traduciendo para ello la Biblia al alemán. Pero la misma radicalidad de sus propuestas y la dureza de la reacción católica, mezcladas con otros motivos culturales y políticos, hicieron que su reforma y «protesta» desembocara en la creación de otra iglesia, con sus instituciones y su jerarquía

 Libertad creyente, fe en Dios

Lutero destacó la libertad interior de los cristianos, pero una libertad vinculada a la gracia de un Dios, que se dirige de un modo personal a cada uno de los creyentes, hablando con él y buscando una respuesta. Por eso, frente a una «fe objetiva» de los católicos, que parece fijada por las autoridades jerárquicas, Lutero insiste en la «fe personal», propia de cada creyente, que acoge la voz del Espíritu Santo e interpreta por sí mismo la Escritura y el dogma cristiano. A su juicio, la estructura jerárquica y sacramental de la iglesia de Roma no respondía al evangelio; se necesitaban nuevas instituciones, capaces de expresar la experiencia de Jesús, tal como la había formulado San Pablo.

 La Reforma luterana ha suscitado divisiones y rupturas religiosas y sociales, pero ella ha sido también (y sigue siendo) una bendición para el conjunto de la cristiandad, pues ha permitido poner de relieve elementos antes menos desarrollados del evangelio, abriendo caminos de autonomía personal y de libertad creyente que ha sido muy valioso para la historia posterior de Europa y de la humanidad (aunque ha faltado experiencia y compromiso social de comunión y desde los pobres, en gesto de apertura universal). En ese sentido podemos afirmar que hay rasgos del protestantismo que han llegado a extenderse y convertirse en valores de todos los cristianos o, aún más, del mundo occidental en su conjunto. Pero, al mismo tiempo, la Reforma ha sido un reto no cumplido del todo y un riesgo, pues ha podido dar la impresión de que el cristianismo es un principio de disputa y división interhumana.

91-1547). Iglesia nacional de Inglaterra

 El anglicanismo nació buscando la independencia política y religiosa de la Iglesia de Inglaterra respecto de Roma, pero aceptando para un tipo de dependencia respecto del rey, que actúa así como “protector” de la fe, un tipo de papa civil, no eclesiástico. El tema surgió con ocasión de la “crisis” matrimonial del rey Enrique, en los años 1535 y 1542. Enrique había sido en principio “defensor de la fe” católica, en contra de Lutero, y ese título se lo concedió el Papa León X el año 1521 (Defensor Fidei). Pero después, por razones familiares (su divorcio de Catalina de Aragón y su matrimonio con Ana Bolena) y por intereses políticos (para crear su propia iglesia nacional), se separó de la comunidad católica de Roma, presidida por el Papa.

 Hubo iglesia anglicana, pero no galicana.

El Rey, protector de la Iglesia. En principio, más que una comunidad protestante (Luterana o Calvinista) estrictamente dicha, la confesión anglicana constituye la iglesia nacional de Inglaterra, de donde se ha extendido a sus colonias. Hubo en Francia diversos intentos de crear una Iglesia Galicana, independiente de Roma, pero nunca se expresaron de un modo consecuente como en Inglaterra, donde el Rey se hizo cabeza y “protector” de la Iglesia, resolviendo así, a su modo, los problemas antiguos de la relación entre Iglesia y Estado. Actualmente, esta iglesia está constituida por una federación de iglesias episcopalianas (dirigidas por obispos), vinculadas históricamente a Inglaterra. Algunas son muy parecidas a la católica, aunque han recibido también elementos protestantes.

 Aportación histórica y significado actual

La iglesia anglicana ha marcado el desarrollo de occidente, por la importancia que Inglaterra y después Estados Unidos han tenido en la historia moderna (del XVII al XX). Ciertamente, las iglesias anglicanas conservan un vínculo de unión, expresado en las “conferencias de Lambeth” (un distrito de Londres), donde se reúnen cada diez años sus obispos, entre los que sobresale, por motivos históricos, el de Canterbury, sede primada de Inglaterra. Pero, una vez que han salido de Inglaterra (o que sus colonias se han independizado), esas iglesias se han distinguido mucho entre sí y en algún sentido podría añadirse que, tomada en sí misma, la comunidad anglicana es la más amenazada de las grandes iglesias de la actualidad, entre un protestantismo muy fraccionado y un tipo de nostalgia respecto a la gran unidad católica, representada por el Papa. Ella ha ofrecido sin duda una gran aportación al conjunto de la cristiandad, sobre todo en países de misión, pero algunos piensan que corre el riesgo de perder su identidad en la gran marea de los cambios actuales.

La herencia del protestantismo luterano, calvinista y anglicana

Las diversas ramas de la reforma protestante han seguido manteniéndose a lo largo de los siglos XVI- XIX, expandiéndose en nuevas iglesias (como la metodista y la baptista), pero también en congregaciones y comunidades de diverso tipo, que a veces han tendido a convertirse en grupos cerrados (que algunos llaman sectas).  De esa manera, la cristiandad occidental, antes unida bajo el Papa, se dividió en grupos a veces enfrentados. La Iglesia dejó de ser un “imperio cristiano unificado”, como habían querido los “reformadores” de antaño (de Justiniano a Carlomagno y a Gregorio VII), para convertirse en un mosaico cambiante de comunidades movidas por el Espíritu de Cristo y/o por los signos de los tiempos.

 Riqueza y pluralidad evangélica

Incentivo y riesgo protestante. Estas divisiones del protestantismo han tenido un elemento positivo, pues reflejan la riqueza del mensaje de Jesús y la pluralidad humana, de manera que nos obligan a entender la unidad en forma de comunión dialogal, no de imposición de un grupo sobre otro. Pero ellas pueden convertirse en riesgo, allí donde son simplemente protestantes (viven de la protesta contra un mal catolicismo romano), viviendo bajo el signo de la discordia y el enfrentamiento, como ha sucedido en las guerras de religión y en los diversos movimientos de control (inquisición, persecución) que se han venido sucediéndose en diversos países de Europa. 

En sentido artístico, el protestantismo ha empezado a ser más sobrio que el catolicismo, de manera que al principio ha podido parecer una regresión. Pero después, sobre todo a partir del siglo XVIII, el área cultural protestante ha producido algunos de los genios más altos de la pintura (Rembrandt), de la literatura (J. Milton), de la filosofía (Kant, Hegel) y, sobre todo, de la música (a partir de J. S. Bach). De todas formas, otros genios de la literatura (como Shakespeare) no pueden tomarse estrictamente como representantes del protestantismo o del catolicismo. Y los grandes músicos germanos de los siglos XVIII y XIX, muy influidos por el protestantismo (Bach…) pueden ser igualmente católicos (Beethoven, Mozart).  

Creatividad racional. El protestantismo rechazó no sólo un tipo de jerarquía sacral católica, sino, al mismo tiempo, una forma de escolástica, entendida en forma ontológica (al servicio de Iglesia). De esa manera, al quedarse sin un “regulador” eclesial, sin base ontológica previa, el protestantismo (especialmente en Alemania, Holanda, Inglaterra) ha podido ser el “humus” del nuevo pensamiento filosófico‒social, económico y político que (con la colaboración de un tipo de judaísmo “emancipado” también del rabinato) ha marcado hasta el día de hoy no sólo el pensamiento, sino la vida del mundo occidental. Ciertamente, han existido muy buenos pensadores católicos, en el principio de la modernidad (como Galileo y Descartes) y otros de origen judío (de Espinosa a Marx), pero sin los grandes protestantes (de Locke y Hume a Kant, Fichte,  Schelling y Hegel) resulta impensable la modernidad.

Recrear la unidad

Newman se hizo católico… pero conservando su espíritu evangélico, de fondo luterano,  de manera que con él somos todos “protestatante” en un sentido radical, por asentimiento de fe, por libertad personal, por comunión con Cristo y con la iglesia de los Santos Padres, de Ignacio de Antioquía a Agustín de Hipona.

Newman se hizo católico…pero conservando y ampliando el espíritu anglicano,  anglo-sajón, que ha marcado un tipo de libertad mundial…pero con inmensos defectos de imposición y “libre” mercado de ideas y luchas económicas que debe convertirse y retornar a la comunión de vida en fe  humana, de asentimiento (comunión de unos con otros) y diálogo mutuo de todos los cristianos y de todos los hombres y mujeres de la tierra

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