Madre de la Humanidad ¿Quieres un Quinto Dogma Mariano?

La Agencia Zenit (www.zenit.org/article-26316?l=spanish), en su edición del 13-02-2008 (ZS08021302), ha publicado una noticia que no por ser ya conocida deja de ser menos novedosa. “Cinco cardenales han enviado una carta invitando a los purpurados de todo el mundo a unirse a ellos para pedir a Benedicto XVI que declare un quinto dogma mariano que «proclamaría la plena verdad cristiana sobre María», definiéndola como «Madre espiritual de toda la humanidad, corredentora con Jesús Redentor, mediadora de todas las gracias con Jesús único mediador, abogada con Jesucristo en favor del género humano».

Como se sabe, el Papa sólo puede definir aquello que cree “toda la Iglesia”. Por eso necesita el voto favorable de los obispos (a los que se envía el la propuesta, para que la acepten) y, con ellos, del conjunto de la “cristiandad”. Por eso os invito a pensar conmigo y a poner en este blog vuestra opinión, pues quiza puedan verla algunos obispos. Podemos incluso mandarla a Roma, los que nos sintamos cristianos. Si quieres participar en esta encuesta o conocer mejor lo que está en su fondo, únete a nosotros, sigue leyendo.

La propuesta

Los firmantes de la carta son cinco de los seis cardenales promotores del simposio internacional sobre la Redención mariana, celebrado en Fátima en 2005 (T. Toppo de la India, L. A. Martínez de Puerto Rico, V. Vithayathil de la India; R. Vidal de (Filipinas, E. Corripio de México y E. Gagnon (ya fallecido). La razón aducida, y presentada al Papa y a los obispos como «votum», o petición, es la siguiente:

.«Creemos que es el momento oportuno para una solemne definición o clarificación sobre la constante enseñanza de la Iglesia respecto a la Madre del Redentor y su cooperación única en la obra de la Redención, así como su papel en la distribución de la gracia y en la intercesión por la familia humana». «Es muy importante [...] que las personas de otras tradiciones religiosas reciban la clarificación, al máximo nivel de auténtica certeza doctrinal que podamos proporcionar, de que la Iglesia católica distingue esencialmente entre el papel de Jesucristo, Redentor divino y humano del mundo, y la única pero secundaria y dependiente participación humana de la Madre de Cristo en la gran obra de la Redención». «Si este esfuerzo resultara coronado por el éxito, una proclamación sería un evento histórico para la Iglesia como Quinto Dogma mariano definido en su historia bimilenaria». «Ha llegado «el momento de la definición papal de la relación de la Madre de Jesús con cada uno de nosotros, sus hijos terrenales, en sus papeles de corredentora, mediadora de todas las gracias y abogada»

Reflexiones sobre el tema:

Llevo más de treinta años pensando sobre el lugar y función de María dentro de la historia de la salvación y de un modo especial en la historia de la fe de los cristianos. Como mercedario he publicado diversos trabajos sobre María como Redentora de Cautivos y Liberadora de oprimidos. Me ha interesado la relación de María con la función de la Mujer y con el Espíritu Santo (como puso de relieve A. Amato, Secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe en el Diccionario de Mariología, Paulinas, Madrid 1988). A pesar de ello, y estando a favor de de la ampliación y profundización del carácter mariano de la Iglesia (y de la función redentora de María), no veo clara esta propuesta de los Cinco Cardenales a favor del Quinto Dogma mariano y así quiero mostrarlo:

1. Esta propuesta va en contra de la línea del Concilio Vaticano II, que no quiso más dogmas mariano, ni presentó a María separada y por encima de la Iglesia, sino dentro de ella. No me parecería positivo desautorizar en este campo al Concilio, cincuenta años después de su celebración (la tramitación del nuevo dogma llevaría unos años, no sería posible, a mi juicio, antes del 2012, coincidiendo con los cincuenta años del comienzo del Concilio)

2. La propuesta es demasiado genérica. Se pide que María sea declarada «Madre espiritual de toda la humanidad, corredentora con Jesús Redentor, mediadora de todas las gracias con Jesús único mediador, abogada con Jesucristo en favor del género humano”. Los dogmas no se suelen formular de esa manera. Decir como dogma que María es Madre de la Iglesia (como hizo ya Pablo VI al final del Vaticano II, un poco en contra del mismo Concilio, para agradar al ala conservadora) me parece demasiado genérico. Pienso que el único modo viable de establecer un nuevo dogma mariano sería llamar a María corredentora y/o mediadora y/o abogada. Por eso insistiré en esos tres conceptos.

3. El tema de María Corredentora forma parte de una gran tradición católica, vinculada a títulos como María de la Merced, Redentora de Cautivos, Liberadora, Auxiliadora, Refugio etc. Pero antes de declarar un nuevo dogma en esa línea habría que precisar el sentido de la Redención, Liberación, Auxiliadora de los cristianos etc, en línea mariana y eclesial. Tengo la impresión de que los cinco cardenales quieren una María Redentora celeste (en clave de devoción interior), cosa que no es mala, pero la temática actual y más intensa de gran parte de la Iglesia se sitúa en la línea de una redención humana integral, en el plano social y de género, en el plano económico y político. Declarar a María Redentora Celeste, sin asumir y potenciar las redenciones terrestres iría en contra de la dinámica cristiana.

4. El tema de María Mediadora/Medianera también forma parte de la tradición católica y merece toda la atención de los cristianos. Pero el tema es parecido al anterior. La Mediación de María no puede separarse de la Mediación de la Iglesia, es decir, de cada uno de los cristianos. El tema consiste en presentar a los hombres y mujeres como mediadores de gracia (de vida, de amor, de libertar), mediadores unos con los otros y para los otros. Ciertamente, María es mediadora especial, con Jesús. Pero lo es dentro de la Iglesia y con la Iglesia. Mientras esto no se asume y desarrolle parece que tiene poco sentido proclamar dogmáticamente la Mediación mariana. El tema no es María Mediadora, sino la Iglesia mediadora concreta de salvación y esperanza, en Cristo, para el mundo.

5. María Abogada de todas las gracias… También este tema tiene una larga trayectoria eclesial, especialmente desde una nueva perspectiva teológica y espiritual que ha vinculado a María con el Espíritu Santo, que es el Abogado/Paráclito. Éste es un motivo que algunos hemos desarrollado de un modo especial, pero es muy posible que esté maduro para definir en esta línea un dogma.

6. ¿Hace falta un nuevo Dogma Mariano? La tradición de la Iglesia ha evitado declarar o definir nuevos dogmas, a no ser en caso de estricta necesidad. No parece que sea necesario un nuevo dogma en este campo. Muchos pensamos que lo que se necesita en este campo no es un nuevo dogma, sino una profundización y recreación de la experiencia y compromiso mariano de la Iglesia, en línea de maduración personal, de liberación femenina y de justicia social. No me parecería bueno invertir de esta manera las intenciones y la dinámica del Vaticano II a los cincuenta años de su celebración. De esta manera, el papa Benedicto XVI tendría que ponerse (y pondría a la Iglesia) un poco en contra de lo que quiso el Vaticano II

7. ¿Un quinto dogma? Hay un primer dogma de toda la iglesia: María Madre de Dios o Theotokos (del concilio de Éfeso: del año 431). Hay dos dogmas “católicos”, de antropología mariana: Inmaculada (1854) y Asunción (1950), que todavía no han sido asumidos por el conjunto de las iglesias. El “cuarto dogma” (maternidad virginal de María) se interpreta de diversas formas, de manera que es difícil valorar estrictamente su sentido en las iglesias y comunidades cristianas. ¿Es necesario un Quinto Dogma? ¿Qué resolvería dentro de la Iglesia? ¿Qué aportaría para su misión? ¿No sería preferible prescindir de nuevos dogmas (como hizo el Vaticano II) e insistir en la presencia y función evangélica de María en la vida concreta de los creyentes, en diálogo con otras iglesias cristianas y con creyentes de otras religiones?

8. No se trata, por tanto, de negar el valor de esas proposiciones (María: Madre, Corredentora, Mediadora, Abogada…), sino de situarlas en su contexto bíblico y eclesial, sin necesidad de un nuevo dogma. No se trata de negar, sino de profundizar de otra manera, en línea teológica y pastoral. Mi conclusión es que no hace falta un nuevo dogma, pero hay otras opiniones y, por eso, desde los presupuestos quehe presentado o desde otro mejore, elevo mi pregunta:

Pregunta

Siendo necesaria la consulta a todas las iglesias, para que el papa pueda definir un nuevo dogma, de un modo infalible:

¿Piensas que sería conveniente definir el Quinto Dogma mariano que proponen los Cinco Cardenales citados?
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