María y J. I. López Vigil, San Pablo y María Magdalena frente a frente

Como anuncia RD, mañana 15 de noviembre, a las 7 de la tarde, se presenta en el Colegio M. U. Chaminade,Paseo Juan XXIII,Madrid el nuevo libro de los hermanos López Vigil sobre Pablo y María Magdalena, con el que reasumen y completan su serie de libros radiofónicos sobre Jesús, sobre Dios y sobre el principio de la Iglesia.

Un tal Jesús

José Ignacio y María López Vigil publicaron una radio-novela y un libro de titulado Un tal Jesús. La Buena Noticia, contada al pueblo de América Latina .
Los libretos, escritos de un modo provocador, popular, interpelante fueron hasta 144, si no me equivoco, y se publicaron en 33 casetes que circularon, se vendieron, se piratearon y se escucharon por doquier, en radios de América Latina, por cientos y miles de grupos, familias y personas que quisieron conocer de un modo impactante quién era, qué decía y cómo se portaba, en su tiempo y en el nuestro, “un tal Jesús”, el moreno de Nazaret.


La cosa empezó el año 1977, las grabaciones se extendieron desde el 1979… El año 1981 empezó la distribución del libro, que se publicó entero (casi dos mil páginas) en Ediciones Lóguez, Salamanca/España, 1982 (aunque hay otras ediciones, unas más legales, otras más pirateadas). Los casetes se pueden encontrar ahora en forma de PDF, tanto bajo pago como gratis…

Cierta jerarquía católica se sintió molesta (aunque no en todas partes), y en algunos lugares de América el libro no recibió el imprimátur canónico, siendo objeto de amenazas y condenas de diverso tipo. Por lo que yo sé, tuvo mejor suerte en España donde recibió el imprimátur de la diócesis de Madrid, firmado por Mons. Martín Patino SJ, Vicario de la Diócesis.

Escuchado por radio o leído como, Un tal Jesús… fue uno de los últimos fenómenos de masas de la “catequesis” católica en general (y en especial de la catequesis de la liberación).

Paro la obra de los hermanos L. Vigil no ha terminado con ese libro, sino que han seguido en estos últimos años dos libros: Otro Dios es Posible y San Pablo y María Magdalena.

Otro Dios es Posible


Pues bien, María y José Ignacio, los hermanos López Vigil siguen en la brecha, y han publicado hace poco Otro Dios es Posible. 100 entrevistas con Jesucristo I‒II, Fe Adulta, Madrid 2017, un libro que María resumió de forma provocativa en un trabajo

Pues bien, desde hace algunos meses se ha venido publicando en diversos medios (búsquese sin más en google) un trabajo de María López Vigil, sobre el tema del libro “Otro Dios es Posible”, con el título Bienaventurados los ateos porque encontrarán a Dios. Ese título es doble:

‒ Es un título de crítica: Tenemos que ser ateos frente a un tipo de Dios, Dios del puro mito, Dios del Todo/Cosmos que parece aniquilarnos, Dios de los poderes establecidos, las certezas impuestas, la opresión de la mente, las iglesias/instituciones de poder…

‒ Es un título de desafío y búsqueda... Pero podemos creer en el Dios en quien creía Jesús, el moreno de Nazaret, como M. L. Vigil le llama, en su bellísimo castellano de Cuba. Algunos pensarán que M. L. Vigil ha dejado de creer en Dios... Otros dirán que está empezando a creer de verdad ahora.

Bienaventurados los ateos porque encontrarán a Dios (Extracto)
María López Vigil


Los dogmas del Catolicismo, la religión en la que nací, ya no me dicen nada. Las tradiciones y creencias del Cristianismo, tal como las aprendí, me parecen cada vez más ajenas. Son respuestas. Y ante el misterio del mundo yo tengo cada vez más preguntas.
Sentimientos parecidos a los míos los descubro en mucha otra gente, sobre todo jóvenes, sobre todo mujeres, que no niegan a Dios, pero que buscan una espiritualidad que alimente de verdad el sentido de sus vidas. Y en busca de ese tesoro, donde poner su corazón, toman distancia, se apartan, revisan, hasta rechazan, la religión aprendida.
¿Qué nos pasa? ¿Qué me ha pasado? Que he crecido, que he leído, que he buscado, que vivimos en un mundo radicalmente diferente al mundo tribal, rural, premoderno, en el que se fraguaron los ritos, dogmas, creencias, jerarquías y tradiciones de mi religión. El sistema religioso que nos han enseñado habla de un concepto anticuado del mundo. Ya no podemos caminar con esos “zapatos”, ya no me sirven…

¿Cómo creer en el infierno sin convertir a Dios en un tirano torturador como los Pinochet o los Somoza? ¿Cómo creer en el pecado original, que nunca nadie cometió en ningún lugar, que es solamente el mito con que el pueblo hebreo explicó el origen del mal en el mundo? ¿Cómo creer que Jesús nos salvó de ese pecado si esa doctrina no es de Jesús de Nazaret sino de Pablo de Tarso?

¿Cómo creer que Dios necesitaba de la muerte de Jesús para lavar ese pecado? Jesús el profeta, ¿un cordero propiciatorio que aplaca con sangre la cólera divina? ¿Cómo creer que Jesús nos salvó muriendo, cuando lo que nos puede “salvar” del sinsentido es que nos enseñó a vivir? ¿Cómo creer que como el cuerpo de Jesús y bebo su sangre, reduciendo así la Eucaristía a un rito materialista, mágico y evocador de sacrificios arcaicos y sangrientos que Jesús rechazó?

Sin embargo, dejando ya en mi camino tantas creencias de la religión aprendida, no dejo a Jesús de Nazaret. Porque, así como mi padre, mi madre y mis hermanos son mis referentes afectivos, y así como pienso, hablo y escribo en español y esa lengua es mi referente cultural, Jesús de Nazaret es mi referente religioso y espiritual, mi referente ético, el que me es más familiar para tantear el camino que me abre al misterio del mundo.
Hoy, sabiendo, como sé, de la majestad inabarcable del Universo en el que vivimos, con sus miles de millones de galaxias, no puedo creer que Jesús de Nazaret sea la única y definitiva encarnación de esa Energía Primera que es Dios. Eso no lo creyó Jesús. Esa elaboración dogmática, hecha posteriormente y en contextos de luchas de poder, escandalizaría a Jesús. Hoy, en vez de afirmar “creo que Jesús es Dios”, prefiero decirme y decir:

“Quiero creer en Dios como creyó Jesús”.


¿Y en qué Dios creía Jesús, el Moreno de Nazaret? Nos enseñó que Dios es un padre, también una madre, que se preocupa por buscarnos, el pastor que busca a su oveja, la mujer que busca su dracma, que nos espera con ansia, que siempre acoge, que se indigna ante las injusticias y ante el poder que explota y oprime, que toma partido por los de abajo, que no quiere pobres ni ricos, que quiere que a nadie le sobre y a nadie le falte, que apuesta por la equidad y la dignidad de todos, que nos quiere hermanos, que nos quiere en comunidad, que no quiere señores ni siervos, tampoco siervas, que nos da siempre oportunidades, que se ríe y festeja, que celebra banquetes a los que invita a todos, que es alegre y es bueno, que es un abbá, una immá. Jesús no quiso fundar ninguna religión y, por eso, no es responsable de ninguno de los dogmas construidos desde el poder sobre la memoria apasionada de quienes lo conocieron...

Jesús propuso una ética de relaciones humanas. Inspiró un movimiento espiritual y social de hombres y mujeres que buscando a Dios buscaran la justicia y construyeran su sueño, el Reino de Dios, que él concibió como una utopía contrapuesta a la realidad de opresión, injusticia, que le tocó vivir en su país y en su tiempo.

Cuando ninguna persona es sagrada todas las personas se vuelven sagradas. Cuando ningún objeto es sagrado todos los objetos merecen ser cuidados. Cuando ningún tiempo es sagrado todos los días que me es dado vivir se convierten en sagrados. Cuando ningún lugar es sagrado veo en la Naturaleza entera el sagrado templo de Dios. Esto también nos lo enseñó Jesús.
La irreverencia, la provocación, la gracia, el humor, la audacia y la novedad de la espiritualidad de Jesús de Nazaret han sido aprisionadas desde hace siglos en la dogmática cristológica. Esa dogmática nos hace prisioneros de un pensamiento único, nos encierra en una jaula. No nos deja volar porque no nos deja preguntar, sospechar, dudar… Los barrotes de esa cárcel provocan miedo. Miedo a desobedecer la palabra autorizada de quienes “saben de Dios”, las jerarquías de la religión. Miedo a ser castigados por pensar y por decir lo que pensamos…


Si Dios es, es belleza.
El derroche de belleza de la Naturaleza las estrellas del cielo, los ojos de los perros, la forma de las hojas, el vuelo de los pájaros, los colores y sus matices, el mar, todo ese inconmensurable y siempre sorprendente listado de hermosuras, todas parecidas, todas diferentes, todas relacionadas, esabelleza que yo no puedo ni abarcar ni entender, que deslumbra mis ojos y mi mente, que la ciencia nos descubre y nos explica, siento que tiene “la firma” de Dios. En el fondo de toda la belleza que veo en todo lo que existe yo siento a Dios.

Si Dios es, es alegría.
En la fiesta, en la música y el baile, en las formas indefinibles que adopta la alegría cuando es profunda, en la palabra, en la compañía, en la celebración, en los logros, en el esfuerzo de creatividad, y muy especialmente en las risas y en las sonrisas de la gente, yo siento que Dios es más cercano que nunca.

Si Dios es, es también justicia.
Es la justicia que la historia que conozco y en la que vivo no le ha garantizado nunca a la gente buena. Que no le garantizó a aquel campesino pobre y analfabeto que me definió la fe como “un amor”.
Pero Dios siempre está más allá de todo amor, de toda belleza, de toda alegría, siempre inalcanzable, innombrable, indescifrable, siempre más allá de la idea que de Dios me hago, más allá de mi propio deseo y nostalgia.


Nuevo libro. Frente a frente… San Pablo y María Magdalena…


Éste es el libro que presentamos mañana, a las 7 de la tarde, en el Colegio Mayor Chaminade, de Madrid. He preparado algunos temas y preguntas, para dialogar sobre ellos con J. Ignacio L. Vigil y los otros “dialogantes” de la mesa. De lo que allí diga José Ignacio y de lo que digamos los demás dependerá mi reflexión posterior. Pero ya desde ahora quiero evocar algunos temas:

1. La oposición entre María Magdalena y Pablo es muy importante para entender el Nuevo Testamento y el origen de la Iglesia cristiana, y en esa línea este libro me parece interesantísimo.

2. Básicamente estoy de acuerdo con la temática y desarrollo del libro aunque, quizá, aceptado su propuesta de fondo podríamos matizar algunos temas, empezando por el mismo tema Dios. Quizá tengamos que partir del Dios que buscan los hermanos Vigil para reformular el conjunto del libro (y la visión de Jesús como revelación de Dios).

3. Sin duda, hay que reintroducir a María Magdalena en la visión de Jesús y del cristianismo primitivo, como hace este libro…, pero este intento no es nuevo, sino que lo ha realizado de alguna forma todo el Nuevo Testamento.... y así lo hacen los cuatro evangelios y el libro de los Hechos de los Apóstoles, de formas distintas.

4. Por otra parte, gran parte del Nuevo Testamento aparece como una “respuesta” a Pablo, como un intento de introducir lo bueno de Pablo (que escribe sus cartas entre el 49‒56 d. C.) en una visión más amplia de Jesús.

5. Marcos (hacia el año 70 d.C.) retoma evangelio paulino de la entrega de Jesús por amor, pero completa la visión de Pablo, contando la “historia de Jesús”. La vida entera de Jesús, eso es el evangelio, que se apoya en el testimonio de las mujeres, especialmente en el María Magdalena (Mc 15‒16)..

6. El evangelio de Mateo (hacia el 80 d.C.) retoma el fondo paulino de Marcos… pero se opone a la visión paulina de la Carta a los Efesios (que presenta a Pablo como fundador de la Iglesia), retomando la perspectiva más judeo‒cristiana de Pedro, a introduciendo como primera “visión” del resucitado la de María Magdalena.

7 Lucas (tanto en el Evangelio como en libro de los Hechos, hacia el 85‒90 d.C.) acepta la visión paulina, pero la matiza de un modo muy fuerte, desde la misericordia de Dios y desde la afirmación de que la misión cristiana empieza desde los judeo‒cristianos de Jerusalén, no desde Pablo (aunque Pablo sea muy importante, llevando el evangelio hasta Roma).

8. La Carta a los Hebreos (hacia el 90 d. C.) ha sido entendida como propia de Pablo… pero cambia totalmente una visión “sacrificial” de la vida. El único sacrificio es el amor, entendido en forma plena como servicio a los demás… El único templo es el mundo entero: Abrirse a Dios en gesto de comunión de vida.

9. La Carta de Santiago (hacia el 90 d.C.) acepta la visión de fe de Pablo, pero la matiza poderosamente,
diciendo que la fe no es aceptar unas verdades, ni tener un sentimiento interno, sino un modo de vida en amor hacia todos… Por eso la verdadera religión a su juicio es cuidar‒atender a huérfanos y viudas.

10. El Apocalipsis (hacia el 95 d.C.) discute con Pablo… y rechaza su visión de los “idolocitos”, según la cual se puede comer cualquier cosa, con tal de tener fe. Por el contrario, el Apocalipsis dice que la fe consiste y se expresa en el rechazo de una comida injusta de este mundo.

11. La primera carta de Pedro (hacia el 90 d. C.) acepta la teología de Pablo, pero la presenta desde la perspectiva de Pedro, insistiendo en la necesidad de vivir una experiencia de libertad como “extranjeros” en el mundo, en gesto de amor intenso.

12. Finalmente, la segunda de Pedro (hacia el 110 d. C) dice que a Pablo hay que aceptarlo en la Iglesia, pero entendiéndolo bien… No como muchos que lo malinterpretan.

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