Antes de Cristo: Henoc, el primero que subió al cielo (ascensión mística)

Tradicionalmente, hoy jueves (13.05.21), pero la liturgia pasado la fiesta  al domingo siguiente (16.5.21). En ese contexto quiero recordar que según la Biblia hubo dos personajes que  subieron (fueron raptados) al cielo antes de Jesús. Uno es Henoc (Gen 5, 22-24), el otro Elías (2 Rey 2, 11-12).

Las ascensiones de Henoc y de Elías (como después la de Mahoma/Muhammad) se distinguen de la de Jesús, pero tienen mucha importancia en la historia del AT y de las religiones. De Henoc dice la Biblia  que «vivió un total de 365 años. Trató con Dios y después desapa­reció, porque Dios se lo llevó» (Gen 5, 21-24).

La apocalíptica le presenta como «joven» (vivió sólo el tiempo de un ciclo solar, 365 años, en un tiempo  en que otros legaban casi a los 1.000 años) y fue «amigo de Dios», que le llevó a su gloria.

El libro del Eclesiástico (Ben Siraj) le presenta como Sabio, Místico yy Predicador de penitencia. Lo mismo hace el libro de los Jubileos, escrito hacia el 130 a. C., que asume y unifica gran parte de las visiones de Henoc, presentándole como figura ejemplar, prototipo de humanidad santa, auténtico "mesías":

 Henoc... fue el primero que aprendió la escritura, la doctrina y sabiduría, y escribió en un libro las señales del cielo, según el orden de sus meses... Vio en visión nocturna, en sueño, lo acontecido y lo que sucederá y lo que ocurrirá al género humanohasta el día del juicio... Estuvo con los ángeles... y ellos le mostraron cuanto hay en la tierra y en los cielos, y el poder del sol, y lo escribió todo. Exhortó a los «vigilantes» que habían prevaricado con las hijas de los hombres, pues habían comenzado a unirse con ellas, cometiendo abominación, y dio testimonio contra todos. Fue elevado de entre los hijos del género humano y lo enviamos al jardín del edén para gloria y honor. Y allí está escribiendo sentencias y juicios eternos y toda la maldad de los hijos de los hombres (Jubuleos 4, 17-19.20-24).

   He desarrollado este motivo en Antropología bíblica y sobre todo en el Gran diccionario de la biblia  con extensa bibliografía Aquí me ocupo sólo de su ascensión mística para enmarcar mejor, partiendo de ella, la Ascensión de Jesús. 

Elías y Enoc. Icono del siglo XVII que se encuentra en el Museo de Historia de Sanok, en Polonia.

(Henoc y Elías, icono siglo XVII

La tradición de Henoc (=Enoc, Enoch, Henok) es muy poderosa, pero los escribas judíos y cristianos no aceptaron sus libros  en el canon de la Biblia, porque les parecieron demasiado visionarios, y porque echaba la culpa de todos los males a los ángeles perversos (vigilantes), no a los hombres pervertidos.

Pero esa figura de Henoc "apócrifo" (su libro es canónico en la iglesia copta/etíope)  se ha vuelto muy popular, y sus libros se venden actualmente en todas las librerías esotéricas.  Se le llama patrono de todos los "videntes", el primero de aquellos que han realizado la travesía del cielo y que han vuelto para contar lo que han visto.

He dedicado a su historia y "ascensión" buena parte de mi libro sobre Antropología y un artículo muy largo de mi Diccionario de la Biblia. Henoc está presente en la cábala, en el Corán  y en las visiones del cielo que se "venden" y ofrecen hoy en los quioscos. No estará mal recordarla.

El Libro de Enoc: Amazon.es: Enoc, Araujo, Fabio: Libros

Vidente místico del juicio de Dios.

Los Vigilantes celestes (ángeles custodios), que debían mostrar a los humanos un camino de concordia en su frágil existencia, han pecado, violando a las mujeres, y haciendo pecar a los varones, introduciendo muerte y destrucción en la historia (1 En 6-8). Sufren y claman los oprimidos desde el mundo. Los Arcángeles buenos (Miguel, Uriel, Rafael y Gabriel) interceden en favor de los sufrientes (1 Hen 9-11). Compadecido del dolor humano, Dios eleva hasta el cielo a Henoc, escriba sabio, para que escuche la palabra de justicia de Dios y proclame su juicio contra los Vigilantes.

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Henoc penetra hasta la entraña del misterio y Dios mismo confirma la sentencia de condena desde la hondura de su absoluto poder. Esta visión de Dios (que puede situarse en la línea de las más famosas de la Biblia: Is 6; Ez 1; Dan 7; Ap 4) está al servicio del talión y sirve para confirmar la sentencia de condena, negando así la gracia. Tres son los planos o momentos de ese ascenso de Henoc, que «sube hasta el misterio» de la gloria y dureza de un Dios que sigue aislado y no se encarna en la historia de los hombres (a diferencia de lo que dirá el evangelio); así los presentamos, de un modo esquemático.

La visión:

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1. – He aquí que la nube y la niebla me llamaban,
el curso estelar y los relámpago me apresuraban y apremiaban,y los vientos en mi visión me arrebataban raudos,
levantándome a toda prisa y llevándome al cielo.
Entré hasta acercarme al muro construido con piedras de granizo,al que rodea una lengua de fuego y comencé a asustarme....
Entré en esta casa que es ardiente como fuego y fría como granizo,donde no hay ningún deleite;
y el miedo me obnubiló y el terror me sobrecogió.
Caí de bruces temblando y tuve una visión:

2. – He aquí que había otra casa mayor....
Su suelo era de fuego;por encima había relámpagos y órbitas astrales; su techo de fuego abrasador.
Miré y vi en ella un elevado Trono cuyo aspecto era como de escarcha y tenía en torno a sí un círculo, como sol brillante,
y voz de querubines.
Bajo el Trono salían ríos de fuego abrasador,de modo que era imposible mirar.
La Grande Gloria esta sentada sobre él, con su túnica más brillante que el soly más resplandeciente que el granizo, de modo que ninguno de los ángeles podía siquiera entrar en esta casa; y el aspecto del rostro del Glorioso y Excelso no puede verlo tampoco ningún hombre carnal.
Fuego abrasador hay en su alrededor, gran fuego se alza ante él, y no hay quien se le acerque de los que hay a su alrededor;
miríadas de miríadas hay ante él, pero él no requiere santo consejo.Los Santísimos (ángeles) que están cerca de él
no se alejan de día ni de noche, ni se apartan de él.

3. Permanecí mientras tanto con el vestido sobre el rostro,
temblando de miedo.Pero el Señor me llamó por su boca y me dijo: -Acércate aquí, Henoc, y escucha mi Santa Palabra.
Me hizo levantar y acercarme hasta la puerta... (1 Hen 14, 8-25).

Al Hilo del Tiempo: Enoc - YouTube

(Henoc y Elías)

Comentario 

El ascenso nos lleva a un tipo de «desierto celeste» donde se cruzan y vinculan los poderes que parecen más opuestos (primera casa), un desierto que aparece después como espacio lleno de atracciones (segunda casa). Centro de ese espacio y realidad originaria es Dios, a quien podemos vislumbrar como Majestad y Gloria sedente sobre un trono. Nunca se ha visto su figura, nadie ha podido contemplar su rostro, ni siquiera los ángeles que habitan más cerca de su fuego. 
Es un Dios que está arriba como Señor-Juez, no se ha encarnado en la historia, no es tampoco principio de gracia, sino majestad imponente, pero los hombres, representados por Henoc, pueden realizar un camino de ascenso interior y contemplarle en la oscuridad.
Nos hallamos por tanto ante una antropología mística, que se expresa en forma de experiencia visionaria. Enoc no sube al cielo después de morir, sino antes, como vidente mistico que ha llegado en visión hasta el trono de Dios.

William Blake | Enoch | The Metropolitan Museum of Art


(W. Blake, Enoch)


En esa línea, superando  los círculos del cosmos, Enoc ha subido y llegado en visión hasta el Séptimo Cielo, donde ha visto al Dios del Cielo,declarando su palabra de condena para los pecadores. No hay en ese Dios ningún atisbo de ternura, no hay diálogo de amor ni corazón: no existe el perdón que los grandes profetas intuyeron al hablar del matrimonio de Dios y de su pueblo (Oseas, Jeremías,  Ezequiel), ni tampoco la entrega amorosa que los cristianos han visto en Jesús a quien contemplan como gracia encarnada.
El Señor a quien busca Henoc subiendo hasta el séptimo cielo es un Dios de juicio y fuego, alguien cuyo rostro no puede contemplarse, pues no no se ha encarnado en el rostro de los pobres (en la línea de la mejor tradición canónica judía y mesiánica cristiana).

GRAN DICCIONARIO DE LA BIBLIA | XABIER PIKAZA | Casa del Libro



Pues bien, ese Dios sin rostro de bondad (ni Henoc le ha contemplado) es Dios de palabra, que puede hablar, diciendo sentencias muy claras de juicio: «Me llamó por su boca y me dijo: Acércate aquí, Henoc, y escucha mi santa Palabra» (1 Hen 10, 24), que será Palabra de juicio y condea.

Henoc judìa sube al cielo y no contempla al Dios de Amor de Jesucristo y de Santa Teresa, sino al Señor de la condena sobre los pecadores.
De esa forma, el  místico Henoc, el primero que  "ha subido al cielo" sigue estando en un plano de talión y juicio de condena, que el evangelio de Jesús ha superado. El Dios de Henoc no es gracia fundante y libertad responsable, abierta al perdón, como fuente de vida que se abre a todos los hombres, sino talión de venganza ya decidida, que planea por encima de la historia. Sólo en ese fondo de talión es posible la gracia, entendida como elección, para los justos o videntes apocalípticos.

San Enoc, patriarca del Antiguo Testamento | Pregunta Santoral

Traslatio Enoch
Antropología del entorno de la Biblia

He desarrollado el sentido de esta visión, desde la mística "para-bíblica" (es decir, del entorno de la Biblia) en el libro ya citado, Antropología Bíblica (Sígueme, Salamanca 2006) en el que dedico un larguísimo capítulo, de casi cien hojas, a los "viajes místicos" de Henoc, que sube al cielo estando vivo, y que ha sido raptado por Dios después de muerto. Este libro de las visiones de Henoc ofrece uno de los compendios visionarios más importantes de la historia de occidente.

Elías y Enoc ascendiendo al cielo – El mundo me rodea y son imágenes

(Beato de Liébana: Enoc y Elías subiendo al cielo) 
Directa o indirectamente, la figura de Henoc ha influído en casi toda la experiencia religiosa posterior, no sólo en Jesús y en la Cábala judía, sino en el mismo entorno de Muhammad, y de un modo especial en los místicos cristianos "del ascenso divino" de los siglos XV-XVI.
  En ese sentido, la mística de la cábala (e incluso algunos cristianos) han cultivado un tipo de "ascenso divino inducido". Un creyente, bien preparado, en un momento de intensa transformacón interior, puede subir por los siete cielos al cielo spremo de Dios, como subió "san Henoc".
   En ese sentido podemos decir que en un tipo de   apocalíptica y también de mística visionaria se ha podido dar una experiencia de ascenso divino del vidente : el mismo Dios escondido, misterio supremo, revela su rostro y dirige su voz al vidente, acompañándole por dentro para que suba ya en esta vida hasta el cielo, en un tipo de Ascensión espiritual.
. Henoc, escriba sabio de la Escritura esotérica (apocalíptica), subió de esa manera a la altura de Dios y pudo  revelar su misterio a a los creyentes como él, a su seguidores. No subió  al Sinaí, como Moisés (Ex 19-34), escriba de la ley común, para recibir la voluntad de Dios, ratificar la alianza y descubrir el modelo celeste del culto de Jerusalén, sino que llega hasta el cielo-cielo, hasta Trono más alto de Dios, para comprender el sentido de la historia, es decir, el pecado de los ángeles perversos (con el castigo que deben sufrir ellos y sus seguidores, los hombres perversos) mientras se salva los justos.

Temas abiertos

Postales: SANTO TORIBIO DE LIEBANA. SAN BEATO . ENOC Y ELIAS (117) ... SIN CIRCULAR - Foto 1 - 197130991

(Beato: San Enoc y san Elías)
Esta figura de Henoc deja muchos temas pendientes en relación no sólo con la Biblia, sino con todo el mundo de la mística en la historia de occidente.San Henoc fue en otro tiempo muy venerado por las  iglesias, y lo sigue siendo en la Etiopía. Pero entre nosotros, cctualmente, Henoc es una figura propia de la religión esotérica, más que de las religiones bíblicas.
Su aventura mística de ascenso por los siete cielos hasta el trono de Dios-Dios, con la revelación del castigo de los perversos (ángeles malos, estrellas, hombres violentos...) sigue en nuestras librerías de tipo más esotérico  qie bíblico, eclesial y teológico
De todas formas, quiero recordar que la Biblia cristiana cita con aplauso a Henoc en Heb 11, 5 y en Judas 1, 14. Recuerdo, además, que los libros de Henoc han sido perfectamente editados en castellano po Díez Maco (Dir), en Apócrifos del AT.
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