Los orígenes de Jesús

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Mi colega y amigo M. Ofilada ha puesto en FB una nota sobre mi antiguo libro Los orígenes de Jesús. La cuelgo en RD, y añado, para quien quiera, la condena que aparece en el Índice de libros del Opus Dei, para poner  finalmente la introducción del libro (según dos versiones on line que aparecen en Google). Gracias a Macario, y buen día a todos
1. COMENTARIO DE MACARIO OFILADA
(Macario, de la Academia de Lengua Española de Filipinas, filósofo y teólogo, y sobre todo colega y amigo, es  corresponsal de RD. Publicó este comentario en su página de FB: Tong Tong Ofilada, 11.6.20. La recojo aquí agradecido, por si a alguien le interesa)

Foto del perfil de Tong Tong Ofilada, La imagen puede contener: Tong Tong Ofilada, sonriendo, gafas y primer plano

Un libro calificado de demasiado atrevido, incluso peligroso en su día por algunos amigos teólogos ya fallecidos (Bandera, García Cordero, Llamas) y que ha causado quebraderos de cabeza a su autor. Pero también ha merecido la alabanza de otros amigos exegetas también ya fallecidos (como Espinel). A mi juicio, su único defecto consiste en haber seguido demasiado de cerca la exégesis protestante de entonces, es decir, su afán de aliarse con lo corriente entonces en escuelas protestantes sobre todo germánicas. Pero desde la perspectiva de hoy, no puede decirse que es una obra problemática para un católico como yo.
Es una cristología desde abajo muy amansada, por así decirlo; carece de la agresividad ideológica de algunos (como Küng) o de unas nociones no del todo cristianas (como Peris, Balassuriya, Dupuis). En otras palabras, las claves empleadas por el autor son judeo-cristianas pero un poco sesgadas. El libro no propone tesis muy atrevidas pero sí dan que pensar y repensar.
No es un libro completo pese a su extensión material pero sí ha tocado unos temas candentes.Si bien está escrito con brío juvenil y tal vez arrogancia propia de un escritor novel, puedo decir que la lectura de estas páginas, muy sosegadas ahora desde la aparición de obras católicas más atrevidas (por ejemplo, Maier, Pagola, Crossan por mencionar unos escritores paradigmáticos), puede brindar material para una espiritualidad cristiana más comprometida, es decir, más humana y solidaria, rompiendo una especie de gnosticismo que vive de antiguos mitos imperialistas y de dominación. No dudo en calificar a este libro, agotado desde hace mucho tiempo, como clásico de la década de los años turbulentos de los setenta.
Lástima que las obras cristológicas posteriores (desde un enfoque bíblico) del autor no tengan con la intensidad quizá pueril del autor Xabier Pikaza a quien deseamos hacer llegar desde este muro nuestra felicitación.
Espero que ello no signifique cansancio o fugacidad o madurez en el sentido de prudencia innecesaria. Con este libro el autor perdió para siempre el Nihil Obstat de la iglesia, perdió la cátedra y empezó a deambular por las calles de Salamanca y Roma por un tiempo. Por mi parte, creo que su verdadera aventura teológica comienza con este libro clave en su dilatada bibliografía.
C. Index de libros prohibidos del Opus Dei

PIKAZA, Xabier Los orígenes de Jesús. Ensayos de cristología bíblica Sígueme, Salamanca 1976, 526 pp.

  1. Pikaza divide su obra en dos partes: "La pregunta por el origen en la historia de Jesús" (pp. 17-172), y "Formulaciones pascuales del origen de Jesús" (pp. 173-444). Concluye con unas "Notas para un planteamiento trinitario del origen de Jesús" (pp. 465-506).
  2. Su exégesis se acerca al principio luterano de lasola scriptura: no cita al Magisterio —porque "los textos del NT no se pueden interpretar a la luz de las definiciones dogmáticas posteriores" (p. 253)—, ni a los Padres de la Iglesia. Atribuyendo la creación de pasajes del NT a primitivas comunidades cristianas o a la elaboración arbitraria de los Evangelistas, afirma que, "exegéticamente", "lo más probable es la concepción no virginal de Jesús y la existencia de verdaderos hermanos (de Cristo)" (p. 37; 274-307, 424); niega que naciera en Belén (p. 25), etc.
  3. Otros errores explícitos que sostiene: el Espíritu Santo no es Persona divina (p. 498); visión adopcionista de Jesús, "que se nos revela extraordinariamente positiva" (p. 269): Jesús "es hijo de Dios desde lo humano" (p. 121), "no tiene naturaleza divina, eternamente realizada e inmutable (...) es hijo de Dios en el proceso de su hacerse personal" (p. 234), y su preexistencia, "no constituye un elemento necesario de la fe" (p. 257), etc.
3, LOS ORÍGENES DE JESÚS
Ensayos de cristología bíblica,  XABIER PIKAZA
SALAMANCA - 1976

Principio del índice:
1. Los datos del origen de Jesús
 Nazaret o Belén. La patria física y la patria teológica .  
II. Los padres de Jesús o la madre de Jesús
III. Los hermanos de Jesús
IV. Israel, la patria espiritual V. El maestro de Jesús, Juan Bautista
2. La disputa en torno al origen
  Jesús, hijo del Diablo  
  Jesús actúa con la fuerza del espíritu de Dios (Mt 12, 28)   
 El origen divino de Jesús
 Jesús y la paternidad de Dios 
 La triple revelación de Dios en Jesús 
Conclusión teológica a la primera parte: relaciones de Jesús con el Padre
INTRODUCCIÓN 

  La presente obra ha nacido como efecto de una doble preocupación: la recogida de materiales para elaborar una mariología bíblica y la búsqueda de una comprensión trinitaria del NT. A medida que profundizábamos en esta doble exigencia hemos descubierto las dificultades que entraña tanto un trabajo como el otro; ambos tendrán que descansar durante un tiempo que presumimos será largo.

Mientras tanto, hemos hallado muchos datos sobre el tema del origen de Jesús y pensamos que pueden ser interesantes; por eso los hemos ordenado, siguiendo una lógica interna, y los ofrecemos ahora al público. Curiosamente, de una mariología o de un tratado sobre la trinidad hemos venido a desembocar en unos «fundamentos de cñstologia neotestamentaria».

El trabajo lo componen, ante todo, un conjunto de ensayos entorno al origen de Jesús. Acentuamos lo de «ensayos»; por eso no será posible encontrar aquí una respuesta definitiva a ninguno de los problemas que suscita la figura de Jesús en el NT y en la vida cristiana. Sin embargo, sospechamos que el conjunto del trabajo ofrece una visión unitaria, determinada sobre todo a partir de' la procedencia de Jesús (sus relaciones con los hombres y con Dios) en los diversos niveles de explicitación y comprensión del NT. Esa unidad a que aludimos es muy sencilla. En primer lugar tratamos del origen de Jesús desde el nivel de su historia, de su vida y su mensaje sobre el mundo: en ese plano se suscitan los problemas de su patria, su familia y maestros, su dependencia respecto de Dios o lo diabólico...

Después nos ocupamos de ese mismo origen, pero formulado ya a partir de la experiencia de la pascua y desde dentro de la iglesia; tratamos de los títulos cristológicos más significativos (hijo del hombre, hijo de Dios...), nos ocupamos de las representaciones que aluden a su procedencia (concepción virginal, preexistencia...) y nos centramos finalmente en las diversas teologías que han hablado de este tema (sinópticos,  Pablo, Juan, Apocalipsis...); de todo esto trata la segunda y más extensa parte de nuestra obra. Entre ambas hemos introducido una especie de intermedio que se ocupa del sentido de la muerte y de la pascua en el trasfondo del problema del origen.

Sabemos muy bien que este trabajo no se puede presentar como libro de moda en un momento en que la atención de los lectores cristianos está centrada en temáticas mucho más concretas y comprometidas. Sin embargo, abrigamos la confianza de que, a pesar de su volumen y aparente sequedad, pueda ocupar un lugar dentro de nuestra literatura teológica en virtud de estas razones:

1.En primer lugar, todos los problemas cristianos se reducen en última instancia a una visión o interpretación del sentido de Jesús; por eso, un estudio que intente penetrar con un mínimo de seriedad en la exigencia y fundamentos de su obra ofrece garantías de valor y permanencia. En este campo, nos movemos en la línea de dos obras de cristología que acaban de aparecer en lengua castellana y que precisamente por ser recientes no hemos podido tener en cuenta como merecían. Nos referimos a los libros de J. I. González Faus (La humanidad nueva. Ensayo de cristología, Madrid 1974) y O. González (Jesús de Nazaret. Aproximación a la cristología, Madrid 1975).

  1. Muchas obras de teología reflejan la preocupación de un tiempo y están escritas para un momento o circunstancia bien determinada. En ese aspecto, nuestro libro no pretende ser de moda; pero juzgamos que su lectura podrá seguir siendo valiosa aun cuando cambien bastantes de las perspectivas teológicas actuales. Por eso, a quien intente conocer la última respuesta a los problemas candentes del momento le recomendamos otras lecturas. Sin embargo, si alguien quiere precisar lo que supone el descubrimiento de Jesús como hijo de Dios, si quiere llegar a comprender mejor los fundamentos bíblicos de la cristología sospechamos que podrá sentirse a gusto entre las páginas de nuestro libro.
  2. Evidentemente, esta obra intenta ser unitaria. Sin embargo, dada la multiplicidad de problemas que plantea puede tomarse como libro de consulta para aquellos que intenten precisar el sentido de alguno de los aspectos o perspectivas del origen de Jesús en el NT. Habrá personas que se interesen por los apartados más técnicos del libro, como son los que se ocupan del sentido del origen de- Jesús en una perspectiva apocalíptica, epifánica o dentro del esquema teológico de Pablo y de Juan. Otras se interesarán quizá por los aspectos más controvertidos en el momento actual (preexistencia, concepción por el espíritu) o por aquellos que pueden ofrecer un aspecto más hiriente (los datos de la patria y la familia, las relaciones de Jesús con lo diabólico, el mito del nacimiento del héroe divino en Ap y Jn).

Dentro de los riesgos lógicos que comporta, nos parece que esta multiplicidad de perspectivas puede ser valiosa. Estas razones nos han empujado a publicar la presente obra, a pesar de reconocer que muchos de sus problemas están planteados de una forma demasiado apresurada e imperfecta. Reconocemos que puede ser duro y arriesgado lo que decimos, por ejemplo, de la concepción por el espíritu, la preexistencia o las relaciones de Cristo y el espíritu; lo sabemos muy bien y sabemos que nuestra manera de enfocar el problema no puede ser definitiva. Sin embargo, hemos pensado que merece la pena estudiar esos temas con un mínimo de honradez, con abertura y, al mismo tiempo, con un poco de miedo, pues se trata de buscar caminos que son en parte nuevos.

Evidentemente, ninguna de las cosas que decimos quiere ser definitiva. Sin embargo, juzgamos que el conjunto ofrece cierto valor y puede ayudar a resolver mejor algunos problemas prácticos en los que se debate la teología del momento. Mirando ahora hacia atrás, hacia el trabajo de los dos últimos años, debemos manifestar nuestro agradecimiento a las personas que en todo ese tiempo nos han sostenido con su amistad y con su certeza de que nuestro esfuerzo merecía la pena. Entre ellos quisiéramos recordar especialmente a los compañeros mercedarios, sacerdotes y estudiantes, de la comunidad de Salamanca y a las personas de las que hacemos mención en la dedicatoria.
A P. C. y a tantos amigos comunes de ayer y de mañana (Salamanca 1976)
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