Francisco: "Que tu libertad sea una libertad al servicio de los demás, no de uno mismo" "La pandemia nos ha enseñado que nos necesitamos unos a otros, los demás no son un obstáculo para nuestra libertad"

Francisco, durante su intervención en la audiencia general de hoy
Francisco, durante su intervención en la audiencia general de hoy

"Vayan adelante, y no os olvidéis de los pobres. Que tu libertad sea una libertad al servicio de los demás, no de uno mismo"

"Especialmente en este momento histórico, necesitamos redescubrir la dimensión comunitaria, no individualista, de la libertad"

"Somos libres al servir; nos encontramos plenamente en la medida en que nos entregamos; poseemos la vida si la perdemos". Pero, ¿cómo se explica esta paradoja? "Por el amor", porque "la libertad crece con el amor"

"La libertad guiada por el amor es la única que libera a los demás y a nosotros mismos, que sabe escuchar sin imponer, que sabe amar sin forzar, que construye y no destruye, que no explota a los demás para su propia conveniencia y les hace el bien sin buscar su propio beneficio"

"Quien ha recibido el don de la liberación provocada por Jesús no puede pensar que la libertad consiste en mantenerse alejado de los demás, sintiéndolos como una molestia; no puede ver al ser humano encerrado en sí mismo, sino siempre formando parte de una comunidad"

"Vayan adelante, y no os olvidéis de los pobres. Que tu libertad sea una libertad al servicio de los demás, no de uno mismo". El Papa Francisco hizo un llamamiento a la libertad comunitaria contra los riesgos del individualismo, durante la Audiencia general de los miércoles. Con un especial recuerdo a las hermanas de Torres Acosta, en su saludo en español, a quienes agradeció que "se quedan toda la noche cuidando a los enfermos, sólo duermen un poco de día".

"Especialmente en este momento histórico, necesitamos redescubrir la dimensión comunitaria, no individualista, de la libertad: la pandemia nos ha enseñado que nos necesitamos unos a otros, pero no basta con saberlo, sino que hay que elegirlo concretamente cada día", proclamó el Papa, quien insistió en que "los demás no son un obstáculo para mi libertad, sino la posibilidad de realizarla plenamente", porque "nuestra libertad nace del amor de Dios y crece en la caridad".

De la esclavitud a la libertad

Bergoglio centró su reflexión en la Carta a los Gálatas, en la que Pablo recalca cómo, con la Resurrección, "hemos pasado de una religiosidad hecha de preceptos a una fe viva, que tiene su centro en la comunión con Dios y con los hermanos. Hemos pasado de la esclavitud del miedo y del pecado a la libertad de los hijos de Dios".

Audiencia con el Papa Francisco
Audiencia con el Papa Francisco

Y es que "la libertad no es un modo de vivir libertino, según la carne, o según el instinto, los deseos individuales y las pulsiones egoístas; al contrario, la libertad de Jesús nos lleva a estar al servicio de los demás". O dicho de otro modo, "se expresa plenamente en la caridad".

Es la "paradoja del Evangelio", recalcó el Papa: "Somos libres al servir; nos encontramos plenamente en la medida en que nos entregamos; poseemos la vida si la perdemos". Pero, ¿cómo se explica esta paradoja? "Por el amor", porque "la libertad crece con el amor".

No al amor de telenovela

"Pero cuidado: no con el amor intimista de telenovela, no con la pasión que simplemente busca lo que queremos y nos gusta, sino con el amor que vemos en Cristo, la caridad: este es el amor verdaderamente libre y liberador", advirtió el Papa, quien con Pablo subrayó que "la libertad no es hacer lo que se quiera".

Las religiosas españolas citadas por el Papa
Las religiosas españolas citadas por el Papa

Este tipo de libertad, "sin un fin y sin referencias, sería una libertad vacía". Citando de nuevo a Pablo, Francisco reclamó "que nadie busque su propio interés, sino el de los demás". "A los que tienen la tentación de reducir la libertad sólo a sus propios gustos, Pablo les pone delante la necesidad del amor. La libertad guiada por el amor es la única que libera a los demás y a nosotros mismos, que sabe escuchar sin imponer, que sabe amar sin forzar, que construye y no destruye, que no explota a los demás para su propia conveniencia y les hace el bien sin buscar su propio beneficio".

La libertad conduce a los pobres

"En definitiva, si la libertad no está al servicio del bien, corre el riesgo de ser estéril y no dar frutos", concluyó el Papa, quien insistió en que "la libertad animada por el amor conduce a los pobres, reconociendo en sus rostros el de Cristo". "Acordarse de los pobres", recordó, tal vez rememorando las palabras que el cardenal Hummes le dijo al ser designado Papa, hace casi nueve años.

Audiencia general en el Aula Pablo VI
Audiencia general en el Aula Pablo VI

Frente a ello, la visión individualista de la libertad, "mi libertad termina donde empieza la tuya". Esa no es la libertad de Jesús. "Quien ha recibido el don de la liberación provocada por Jesús no puede pensar que la libertad consiste en mantenerse alejado de los demás, sintiéndolos como una molestia; no puede ver al ser humano encerrado en sí mismo, sino siempre formando parte de una comunidad".

Saludo en español

Queridos hermanos y hermanas: 

Seguimos profundizando en el concepto de libertad que san Pablo ofrece a los gálatas. La  “vida nueva” en Cristo es una llamada a la libertad, pero, ¿cómo se expresa esta libertad? El  Apóstol presenta dos ideas contrapuestas. Por un lado, una falsa concepción de la libertad, que  considera que “todo es lícito”, que vive según el instinto, las pulsiones y los deseos egoístas,  siguiendo los criterios del “me gusta” o “no me gusta”. Esa es una libertad vacía, que nos deja  vacíos por dentro. 

Por el contrario, la verdadera libertad —la libertad en Cristo— no busca el propio interés,  sino que está guiada por el amor y se expresa en el servicio a los demás. Somos verdaderamente  libres cuando amamos y servimos gratuitamente a quienes nos rodean, de modo particular a los  pobres. El amor nos hace libres, nos lleva a elegir y obrar el bien, nos mueve a servir. Por otra parte,  no olvidemos que la caridad tiene una dimensión social, es decir, que no deja a nadie al margen,  sino que busca el bien de todos. 

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española. Pidamos a Jesús —modelo de  caridad y servidor de todos— que nos libere de nuestras esclavitudes y nos ayude a ser  auténticamente libres, impulsándonos a amar con gestos concretos de misericordia y caridad. Que  Dios los bendiga. Muchas gracias.

Primero, Religión Digital
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