El Papa abre la asamblea de los obispos italianos con un improvisado discurso Francisco: “El Sínodo requerirá paciencia, trabajo, dejar hablar a la gente, al santo Pueblo de Dios”

El camino de la sinodalidad implica presencia, compañía, cercanía. Y eso pareció querer hacer el Papa Francisco esta tarde, cuando acudió a la apertura de la 74 Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal italiana, de la que forma parte al ser Obispo de Roma. El tema era propicio: ‘Anunciar el Evangelio en un tiempo de renacimiento -para emprender un camino sinodal’.

No se pudo escuchar toda la intervención de Bergoglio, aunque estaba anunciada -y, de hecho, se emitía en directo por Vatican News-, pero sí buena parte de la misma antes de que, abruptamente, se cortara la señal de un discurso que el Papa no tenía preparado. De hecho, antes de comenzar a hablar ‘a braccio’ preguntó al cardenal Basseti si había periodistas en la sala, y éste le dijo que no. Aún así, pudieron seguirse en directo ocho o diez minutos de la conversación papal con los obispos italianos, que no tienen desperdicio.

 Antes de su intervención, se escucharon unas palabras introductorias del presidente de la CEI, Gualtiero Bassetti, quien dio las gracias al Papa por su presencia, y recordó a los fallecidos y afectados por el coronavirus (él mismo estuvo a punto de perder la vida). El camino sinodal “es una oportunidad para nuestra Iglesia italiana”, recalcó el purpurado.

Tribunales, seminaristas y sínodo

Francisco comenzó bromeando por la presencia de la asamblea en un hotel: “No sé si estamos en una reunión de hermanos, o en una reunión de quién es el obispo más bello”, para después anunciar que “hoy voy a hablar de las cosas que me interesan”. En concreto, de tres: de los tribunales, de la formación de seminaristas, y del Sínodo.

“Primero, los tribunales: estoy contento con los pasos dados”, apuntó el Papa, subrayando que mantuvo un encuentro con el decano de la Rota al respecto.

En segundo término, los seminarios, donde advirtió: “Tenemos un peligro muy grande, en la formación y la potencia de los seminaristas”. “Hemos visto con frecuencia seminaristas que parecían buenos, pero muy rígidos. La rigidez es uno de nuestros grandes problemas”, clamó Bergoglio, quien también puso énfasis en la formación: “Creo que el cardenal ha recibido una carta del prefecto del Clero sobre la preocupación de la formación sacerdotal. No podemos jugar con los chavales que entran en el seminario”.

El riesgo de la amnesia

Finalmente, “el Sínodo, que comienza a caminar”, recalcó Bergoglio, quien lamentó que uno de los grandes problemas de la Iglesia está “en la amnesia. Perdemos la memoria de lo que hemos hecho, y seguimos adelante”. Él sí quiso recordar cómo hace cinco años, en un encuentro celebrado en Florencia, “dimos un paso adelante”. “Y el Sínodo debe desenvolverse con la luz del encuentro de Florencia, que debe iluminar de lo alto a lo bajo, Florencia; de lo bajo a lo alto, la pequeña parroquia, la pequeña comunidad”.

“El Sínodo debe comenzar desde las pequeñas comunidades, de las pequeñas parroquias. Esto requerirá paciencia, trabajo, dejar hablar a la gente. La sabiduría del pueblo de Dios”, comenzó a explicar Bergoglio, quien añadió, antes de que se cortara la emisión, que “un Sínodo no es otra cosa que hacer explícito lo que dice la Lumen Gentium: la totalidad del pueblo de Dios, todo, es infalible, pero debe explicitarse con la fe”. Y ahí se cortó el vídeo en directo.