¡Que nuestro silencio, por fin, sea su Grito!
¡Que nuestra pobreza,por fin, sea su Reino!
No hay mañana. ¡El Reino es hoy!
| Alfonso Olaz
¡Señor! ¡Dios mío! ¡Fuego consumidor!
No hables de Jesús por ti.
Porque Él también se avergüenza
cuando lo nombras
sin llevar su Cruz,
cuando lo proclamas sin vivir su Evangelio.
No hables de Jesús para tu gloria,
para que te aplaudan,
para que digan:"¡Mira qué buen cristiano!"
Si quieres que Jesús hable por ti,
entrégale la voz,abandona el escenario,
quémate en el anonimato del amor.
Que no hablen bien de ti.
Que no te construyas monumentos de palabras.
¡Señor! ¡Dios mío! ¡Fuego consumidor!
No hables de Jesús por ti.
Porque Él también se avergüenza
cuando lo nombras
sin llevar su Cruz,
cuando lo proclamas sin vivir su
Evangelio.
No hables de Jesús para tu gloria,
para que te aplaudan,
para que digan:"¡Mira qué buen cristiano!"
Si quieres que Jesús hable por ti,
entrégale la voz,abandona el escenario,
quémate en el anonimato del amor.
Que no hablen bien de ti.
Que no te construyas monumentos de palabras.
Porque solo Jesús hablará por ti
el día en que tu vida sea el único Evangelio-
que quede abierto sobre la mesa del mundo
Y en este camino, no busques lo que no tienes.
No acumules seguridades,ni títulos, ni razones.
Si lo necesitas, pídeselo.
Como el mendigo que estira la mano en el umbral del Templo.
Como el hijo que sabe que todo es Gracia.
Por tanto:
Calla.
Para que Él hable.
Sirve.
Para que Él reine.
Pide.
Para que Él te llene.
Hoy, Cristo pasa.
No pasa para ser tu argumento,
pasa para ser tu Salvación.
¿Le dejarás ser tu única Palabra?
¡Que nuestro silencio, por fin, sea su Grito!
¡Que nuestra pobreza,por fin, sea su Reino!
No hay mañana. ¡El Reino es hoy!