El arzobispo de Bogotá celebró con solemnidad las exequias de un sacerdote casado Sacerdotes con familia: la apuesta valiente del cardenal Luis José Rueda Aparicio
"Hace exactamente un año, en una Eucaristía marcada por la ternura, la solemnidad y la esperanza, el cardenal Luis José Rueda Aparicio presidió las exequias del padre Gabriel Malagón Suárez, sacerdote que, tras recibir dispensa, formó una familia profundamente cristiana junto a su esposa Clarita y sus tres hijos"
"Aquella celebración fue mucho más que un rito fúnebre: fue un gesto profético. El cardenal, hombre de mirada profunda y corazón sencillo, cercano al estilo pastoral del papa Francisco y la serenidad de León XIV, celebró aquella liturgia con la dignidad reservada a un monseñor. Así lo llamó: arcipreste Gabriel"
"Reconociendo no solo su ministerio sacerdotal, sino su liderazgo espiritual entre los llamados 'sacerdotes con familia', sin dudas, el cardenal Rueda ha comenzado a construir una tienda de campaña donde caben todos, todos, todos: los sacerdotes con familia, sus esposas, sus hijos, sus nietos, sus sueños"
"La homilía del cardenal, que hoy rescatamos como documento eclesial de alto valor, fue un canto a lo provisional, a lo compartido, a lo peregrino"
"Reconociendo no solo su ministerio sacerdotal, sino su liderazgo espiritual entre los llamados 'sacerdotes con familia', sin dudas, el cardenal Rueda ha comenzado a construir una tienda de campaña donde caben todos, todos, todos: los sacerdotes con familia, sus esposas, sus hijos, sus nietos, sus sueños"
"La homilía del cardenal, que hoy rescatamos como documento eclesial de alto valor, fue un canto a lo provisional, a lo compartido, a lo peregrino"
En la Iglesia de Bogotá, algo nuevo está brotando. No es concesión, es comunión. No es ruptura, es semilla plantada del Reino. Hace exactamente un año, en una Eucaristía marcada por la ternura, la solemnidad y la esperanza, el cardenal Luis José Rueda Aparicio presidió las exequias del padre Gabriel Malagón Suárez, sacerdote que, tras recibir dispensa, formó una familia profundamente cristiana junto a su esposa Clarita y sus tres hijos. Aquella celebración fue mucho más que un rito fúnebre: fue un gesto profético.
El cardenal, hombre de mirada profunda y corazón sencillo, cercano al estilo pastoral del papa Francisco y la serenidad de León XIV, celebró aquella liturgia con la dignidad reservada a un monseñor. Así lo llamó: arcipreste Gabriel, reconociendo no solo su ministerio sacerdotal, sino su liderazgo espiritual entre los llamados “sacerdotes con familia”. Sin dudas, el cardenal Rueda ha comenzado a construir una tienda de campaña donde caben todos, todos, todos: los sacerdotes con familia, sus esposas, sus hijos, sus nietos, sus sueños.
Una tienda de campaña compartida
La homilía del cardenal, que hoy rescatamos como documento eclesial de alto valor, fue un canto a lo provisional, a lo compartido, a lo peregrino. En ella tejió una imagen poderosa: la vida como tienda de campaña, inspirado en San Pablo. Y en esa tienda, dijo, caben los hijos, los nietos, los hermanos del presbiterio, los amigos, los discípulos. Caben también los sueños de una Iglesia más misericordiosa, más fraterna, más abierta.
Gabriel, itinerante de la Escuela de Contemplación .S.A.L.M.O.S., supo construir esa tienda con Clarita, con sus hijos y con tantos hermanos sacerdotes que peregrinaron junto a él. El cardenal lo reconoció como parte de una comunidad viva, que no se detiene, que avanza hacia la casa grande, el corazón de Dios:
“Gabriel y Clarita construyeron una tienda de campaña… ahí caben sus hijos, María Clara, Laura Sofía y Juan Santiago, y cabrán los nietos también.” “Vamos caminando como miembros del pueblo de Dios, aprendiendo el uno del otro.” “Mientras podamos soñar, estamos en camino a la eternidad.”
Sacerdotes con familia: una comunidad en marcha
El cardenal Rueda Aparicio no ha limitado su gesto a una sola liturgia formal. Desde hace años, ha convocado, escuchado y acompañado a los sacerdotes que, tras recibir dispensa, han formado familia. Los llama con afecto y claridad: sacerdotes con familia. Los reúne, dialoga con ellos, les devuelve protagonismo. En Bogotá, este grupo ha crecido en fraternidad, espiritualidad y misión. Entre sus líderes están el padre Hans Schuster y el mismo Gabriel Malagón, ambos reconocidos como “arciprestes” por el cardenal.
A las exequias asistieron decenas de sacerdotes, y muchos los miembros de “sacerdotes con familia” y sus esposas; en un gesto de comunión que no puede pasar desapercibido, porque es el de una Iglesia que se atreve a amar siempre:
“Dichosos los misericordiosos, porque obtendrán misericordia”, proclamó el cardenal desde el altar. Y añadió: “Su nombre es misericordia, y su misericordia es eterna.” “Si toda la vida nuestra se llena de misericordia… aún la muerte la viviremos con gozo.”
Estas palabras no fueron solo consuelo. Fueron programa. Fueron profecía. El cardenal está convencido de que la misericordia es el rostro de Dios, y que la Iglesia debe parecerse a ese rostro. Por eso, su apuesta por los sacerdotes con familia no es una excepción: es una señal de los tiempos.
Una invitación a soñar con profundidad
Desde la Escuela de Monjes Urbanos .S.A.L.M.O.S., queremos animar a este grupo a seguir reuniéndose, con una visión cada vez más profunda, más contemplativa, más profética. Que sus encuentros, además de fraternales y sino espirituales, sean un aporte de nuevas visiones a la Iglesia. Que se sigan enriqueciendo con retiros como los que dirigía Gabriel, incluso en los espacios del Seminario Mayor, con la presencia del arzobispo. Que se conviertan en semilla de renovación para toda la Iglesia.
Queremos también destacar la figura del padre Rafael Dussan, “sacerdote con familia” con una visión avanzada, lúcida y sensiblemente artística. Su testimonio, recogido en un artículo reciente, merece ser conocido y replicado. Con él, sabemos que hay una generación que no renuncia a su vocación, que le encuentra nuevos matices al ejercicio del sacerdocio y que puede transformar desde el amor la misión eclesial.
Una Iglesia que se atreve a amar
El gesto del cardenal Rueda Aparicio no es aislado; es un hombre que se preocupa por lo social, por una evangelización con mayor profundidad, por un clero más contemplativo; es todo un Abad para los futuros Monjes Urbanos. Habla sin miedo por la reconciliación del país, que se atreve a sentar en la misma mesa a políticos de líneas opuestas, como acto profético, aunque los invitados no siempre logren entender la profundidad de sus gestos. Es parte de una Iglesia que, como dice el papa Francisco, “se atreve a amar más allá de las estructuras”. Es una apuesta por la misericordia, por la inclusión, por la comunión. Es una tienda de campaña que se arma y se desarma, pero que nunca deja de avanzar.
Que esta tienda de campaña siga creciendo. A otros cardenales y obispos les decimos: ¡atrévanse! Escuchen, acompañen, celebren. La vida de estos sacerdotes con familia no es una renuncia, es una transformación. Y en ella, la Iglesia puede encontrar caminos nuevos para anunciar el Evangelio con ternura, profundidad y verdad. Que la Iglesia, como dijo el cardenal, se alimente de esperanza, de fe, de amor. Y que los sacerdotes con familia sean reconocidos no como excepción, sino como otra expresión viva del Evangelio.
Las frases más relevantes de la sentida homilía
La vida como tienda de campaña
- “Somos como una tienda de campaña… una casa pasajera, una casa provisional”.
- “La tienda de campaña generalmente es compartida, y así es nuestra vida también”.
- “La arquidiócesis no es la eternidad… la que es eterna es la casa del corazón de Dios”.
- “Gabriel y Clarita construyeron una tienda de campaña… ahí caben sus hijos, Laura y Juan Santiago, y cabrán los nietos también”.
Peregrinación existencial y comunidad
- “Estamos peregrinando y nos alimenta la esperanza”.
- “Mientras podamos soñar, estamos en camino a la eternidad”.
- “Vamos caminando como miembros del pueblo de Dios, aprendiendo el uno del otro”.
- “Con esa comunidad, con esa tienda de campaña que es nuestra comunidad, hemos crecido todos en la amistad, en la fraternidad, en el amor pleno”.
Misericordia como rostro de Dios
- “Dichosos los misericordiosos, porque obtendrán misericordia”.
- “Su nombre es misericordia, y su misericordia es eterna”.
- “Dios nos trata con misericordia… y Jesús dice: dichosos los que se parezcan a Dios”.
- “Si toda la vida nuestra se llena de misericordia… aún la muerte la viviremos con gozo”.
Gabriel como arcipreste y testigo
- “Gabriel era arcipreste… tal vez lo necesitaba el Señor allí”.
- “Gracias Clarita, por tener un corazón femenino, misericordioso, comprensivo, fiel”.
- “Gabriel hizo una peregrinación… y ustedes, sus hijos, peregrinaron con él”.
- “Aquí estoy Señor, me has tratado con misericordia y estoy listo, cuando Tú quieras, donde Tú quieras y como Tú lo quieras”.
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