El presidente de la CEE aboga por una regulación de las migraciones con dignidad y fraternidad Argüello: "Creo que es bastante probable que el papa León XIV pueda venir a España"

"Todos tenemos que aprender una lección: no querernos apropiar del Papa"
“La democracia occidental está en crisis porque busca referentes"
“Sobre la Iglesia española siguen estando demasiado vivos prejuicios que responden a otra época”
"Estamos en una época de una búsqueda espiritual grande. Porque de la propuesta del materialismo consumista en la que seguimos presos, ya empezamos a tener conciencia de que eso provoca mucha insatisfacción"
“Sobre la Iglesia española siguen estando demasiado vivos prejuicios que responden a otra época”
"Estamos en una época de una búsqueda espiritual grande. Porque de la propuesta del materialismo consumista en la que seguimos presos, ya empezamos a tener conciencia de que eso provoca mucha insatisfacción"
| Helena Molero
Con su habitual franqueza, monseñor Luis Argüello a veces protagoniza polémicas en sus declaraciones públicas. El presidente de los obispos españoles, y arzobispo de Valladolid, en esta entrevista habla de espiritualidad, del éxito del libro “El loco de Dios en el fin del mundo”, de Javier Cercas, y de la película “Cónclave”. Tampoco evita el debate de la actualidad con temas como la inmigración o la defensa de los musulmanes de Jumilla tras el veto para que utilicen el polideportivo municipal en sus festividades religiosas.
Tras la controversia suscitada en Jumilla, Monseñor Argüello afirmó: “En el actual contexto polarizado y polarizador, desde que los sentimientos han sido elevados a categoría jurídica, utilizar el odio como argumento de ida y vuelta que ahonda las trincheras es habitual, pero asimétrico”. En su opinión, “cuando la fe no se cultiva y solo se hacen lecturas ideológicas de los valores, la defensa de usos y tradiciones puede quedar reducida a mero folclore o a instrumento inadecuado de la legítima lucha por el poder”.
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Iba a preguntarle por su más reciente polémica para que, si quiere, matice lo que dijo usted sobre el adelanto de las elecciones… Pero también podemos hablar de inmigración, un tema que está dividiendo a la clase política y a la sociedad.
Lo de pedir adelanto de elecciones es un recorte de lo que dije, pero bueno, ése es otro tema. Sobre la inmigración, como presidente de la Conferencia Episcopal he mantenido siempre la misma posición. A la hora de hablar del fenómeno migratorio hay que abordar sus causas y combatir sus mafias. Eso no lo puede abordar un país solo; tiene que hacerlo la Comunidad Europea.
Cuando una persona llega a nuestra tierra, primero hay que acogerla como ser humano que es. Y desde ahí, abordar esa situación. En las últimas intervenciones nuestras, hemos apoyado la Iniciativa Legislativa Popular, respecto a la regularización de inmigrantes que ya están en España, ante la experiencia que se tiene en los grupos de Cáritas.
Se trata de personas que están aquí, trabajando en negro, y no pueden tener acceso a los papeles porque deben tener un empleo. Tampoco pueden acceder a un trabajo porque no disponen de papeles. De alguna forma esa situación habría que desatascarla. Nosotros hemos hablado desde un reconocimiento de dos principios básicos de la mirada cristiana a la realidad. Todos somos hijos de Dios, con una dignidad sagrada, y hay también una fraternidad universal. Luego esto hay que organizarlo; nosotros hemos defendido siempre que las migraciones han de ser reguladas. Pero reguladas teniendo en cuenta estos principios.

El Gobierno central valora la labor de Cáritas…
Sí. De Cáritas y otras entidades. Fui al Congreso de los Diputados, acompañado de Cáritas, para tratar de activar la tramitación de esta Iniciativa Legislativa Popular que el Congreso de los Diputados aceptó por un apoyo de todos los grupos parlamentarios menos Vox. Todos aprobaron esto. Pero luego no se tramita. Muchas entidades de la Iglesia realizan la acogida real de personas, pero necesitan las ayudas públicas para poder hacer estas tareas. Por ejemplo, ahora se está planteando la distribución de los menores que están en Canarias. La dificultad fundamentalmente es presupuestaria, ¿Quién va a correr con los gastos? En el Congreso de los Diputados, el grupo parlamentario socialista dice: “Como no tenemos presupuesto, hay un bloqueo para poder dar ayudas”. Y tirando de ese hilo, en una entrevista con el ABC digo: “Si hay un bloqueo institucional, hay que acudir a lo que dice la Constitución, que es moción de censura, cuestión de confianza, dar la palabra a los ciudadanos”. El periodista me repregunta, ¿entonces usted está a favor de que haya elecciones? Y dije sí, pero también dije todo lo anterior. De eso a decir que los obispos españoles están de acuerdo con PP y Vox… Hay que tener cuidado con los titulares.
Mis declaraciones se han utilizado en otros ámbitos. Como diciendo “los obispos no tienen que meterse en política”. Pero en las mismas fechas he dicho: “sí a los inmigrantes, no a Israel en la guerra de Gaza y una propuesta respecto a la vivienda”. Ahí no me dicen que me estoy metiendo en política. Bueno, sí; me lo dicen otros.
¿Cree que se han sacado de contexto sus declaraciones?
Yo no diría tanto que se han sacado del contexto. No, no, porque todo eso está en la entrevista. Quizá porque no sé simplificar las cosas. Luego viene la reacción institucional. Porque a mí me ha escrito el ministro de la Presidencia, a raíz de eso. Y luego mis declaraciones se han utilizado en otros ámbitos. Como diciendo “los obispos no tienen que meterse en política”. Pero en las mismas fechas he dicho: “sí a los inmigrantes, no a Israel en la guerra de Gaza y una propuesta respecto a la vivienda”. Ahí no me dicen que me estoy metiendo en política. Bueno, sí; me lo dicen otros.Entonces, ¿qué hacemos? ¿No decimos nada? Y unos opinan: A los obispos no les interesa nada, sólo defender la clase de religión. Y si decimos, nos acusan de meternos en política…
Estamos en un momento de relevo en la Iglesia. ¿Cómo vive usted la llegada de León XIV?
Yo la recibí con una alegría especial. Ha sido la primera vez que he visto salir como Papa a una persona con la que había mantenido una relación personal. En el sínodo de los obispos, en la sesión de octubre del 23, el cardenal Robert Prevost y yo coincidimos en el mismo grupo de trabajo dentro de la asamblea sinodal. Entonces pudimos conversar y relacionarnos, además, con lo que supone el sínodo; que no deja de ser una reflexión sobre casi todos los temas de la vida de la Iglesia.
¿Coincidió también con León XIV en los enfoques básicos?
Sí. Y en ese sentido, fue una grata y agradable sorpresa. Yo había conocido también antes a Robert Prevost, siendo prior general de los Agustinos, cuando visitó Valladolid. Es americano del norte y del sur a la vez. Ha estudiado teología y derecho, matemáticas y filosofía. Ha vivido la experiencia de la misión y también la experiencia de servir a la Iglesia en la curia vaticana. Creo que es una persona providencialmente preparada para ser el sucesor de Pedro.

¿Vendrá León XIV a España ?
Yo espero que sí. Hay que asumir también que la Iglesia es muy grande. Y que Europa ha dejado de ser el centro de la Iglesia. Hay unas realidades de Iglesias emergentes en Asia y en África que merecen todo el apoyo del Papa y de la Iglesia universal en su conjunto. Y nosotros hemos de aceptar cualquier decisión que el Papa tome. La orden de San Agustín históricamente está muy vinculada a España.Creo que es bastante probable que el Papa León XIV pueda venir a España.
Pero seguramente el nuevo Papa no irá a Mongolia como el papa Francisco…
El Papa Francisco hizo una apuesta muy grande por visitar lugares a los que le gustaba nombrar como “periferias geográficas o existenciales”. Yo estoy seguro de que el papa León también querrá seguirnos llamando la atención sobre realidades del mundo que, si no fuera por la visita del Papa, nadie las pondría el foco.
Todos tenemos que aprender una lección: no querernos apropiar del Papa. Ni por motivos geográficos ni lingüísticos y, menos aún, por motivos de afinidad pastoral o ideológica. El Papa es el obispo de Roma, preside la comunión y la caridad de todas las Iglesias. Y nos hace caer en la cuenta a todos de que formamos parte de una realidad que nos desborda, que es la Iglesia católica.
¿Ha leído el último libro de Javier Cercas, “El loco de Dios en el fin del mundo”?
Sí. Me ha resultado un libro muy interesante y valioso.Y, además, ayuda a plantearse cuestiones de fondo. Nuestro mundo occidental, más que vivir cuestiones de ateísmo, vive cuestiones de indiferencia, pero al mismo tiempo de búsquedas. El libro de Javier Cercas plantea cuestiones existenciales importantes. Y también ayuda a comprender mejor a la Iglesia, desde su acercamiento al Papa, a la curia, a Roma.
También ha puesto de manifiesto hasta qué punto vivimos en una sociedad sectaria. Porque a Javier Cercas algunos le han echado en cara que con este libro blanqueara a la Iglesia o al papado. Yo creo que es un texto valioso. Y que la persona que desde la Santa Sede le invitó a este acercamiento lo ha hecho bien.

Y apunta Javier Cercas que el papa Francisco en ocasiones atraía más al no creyente que al creyente…
Yo creo que ha sido una apuesta del papa Francisco, que dice: "La Iglesia es una Iglesia en salida". También ha hecho algunas apuestas desde el anuncio del núcleo del Evangelio, traduciéndolo a categorías que al mundo de hoy le preocupan como ha sido la cuestión ecológica. El papa Francisco relacionó el clamor de la tierra con el clamor de los pobres. Y habló sobre el mundo global de convivencia universal desde Fratelli Tutti.
Y ha hecho también de la salida un ejercicio singular de acogida. Y en este sentido, el papa Francisco ha subrayado una acogida a personas que, por unos u otros motivos, pudieran estar, voluntaria o involuntariamente, fuera de la Iglesia o sentirse excluidas. De eso luego cada cual ha hecho las lecturas que ha querido. Pero claramente el Papa ha dicho: yo estoy dispuesto a salir y estoy dispuesto a acoger. Y en eso muchas personas de nuestro mundo se han sentido gratamente sorprendidas: Es como decir, “el Papa viene a nuestro terreno y nos deja entrar en su casa”. Y esto el Papa lo ha hecho muy bien. Aunque también este planteamiento le ha causado algunas dificultades internas, porque hay que decirlo todo.
¿Era anticlerical el Papa Francisco?
Yo creo que el Papa lo que ha hecho es subrayar con especial fuerza lo que significa ser Pueblo Santo de Dios: que todos los bautizados estén llamados a participar de la comunión y misión de la Iglesia. Y que no es buena cosa que la vida de la Iglesia aparezca con un protagonismo excesivo de los clérigos.
Pienso que el anticlericalismo que el Papa ha podido expresar en sus discursos, tirándole de las orejas a los clérigos, es el contrapunto negativo de lo que es, en realidad, su propuesta positiva. Es decir, la comunión y misión de la Iglesia es asunto de todos los bautizados en una corresponsabilidad, y diferenciada, según la vocación de cada uno: "Caminemos juntos". “Y los laicos no depositéis toda la responsabilidad en los clérigos”. Porque también el Papa ha dicho que hay clericalismo de los laicos cuando éstos dicen: "Esto de la Iglesia es cosa de los curas...”.
Yo noto, cuando estoy con periodistas o con políticos, que a veces me observan con una mirada del nacionalcatolicismo. Que esperan o le preguntan a un obispo lo mismo que le preguntarían en los años 50 o 60
¿Qué piensa de la opinión de Javier Cercas sobre la Iglesia española?
Sobre la Iglesia española, me parece que por diversos motivos siguen estando demasiado vivos prejuicios que responden a una época de la que ya hemos salido. Yo noto, cuando estoy con periodistas o con políticos, que a veces me observan con una mirada del nacionalcatolicismo. Que esperan o le preguntan a un obispo lo mismo que le preguntarían en los años 50 o 60. Que haya esta inercia lo entiendo. Pero francamente, creo que tantos años después del Concilio, y tantos años después de la llamada transición democrática, el momento que vivimos unos y otros es distinto. Es como una permanente obsesión por vincular a la Iglesia con algo que la propia Iglesia ha vivido y superado. Creo que es objetivo decir que la Iglesia española contribuyó eficazmente a la transición democrática en los años 70. Tarancón, entonces presidente de la Conferencia Episcopal, tenía el apoyo de los obispos y de la realidad de la Iglesia.
Parece que la Iglesia está de moda: la película Cónclave, el libro de Cercas…
Creo que Cónclave tiene algunas aportaciones, fundamentalmente visuales, de los espacios. En ese sentido, como toda obra de arte, con sus luces y sus sombras, dice algo sorprendente, y que por eso sigue llamando tanto la atención: que la Iglesia sea al mismo tiempo humana y divina, que haya un grupo de hombres con sus pasiones, con sus inquietudes, que son los que tienen que elegir a uno para que sea el sucesor de Pedro. Y al mismo tiempo reconocen que en esa elección hay una inspiración del Espíritu Santo.
Eso siempre resulta sorprendente y atractivo. Hay una estética, un sitio, una fumata que llaman la atención. Como también este otro coloquio sorprendente entre la carne y sus fragilidades y el espíritu. Luego esas fragilidades, yo creo que se releen en cada época según las modas.
¿Y cómo observa la búsqueda existencial que parece plantear Cercas en su libro?
Estamos en una época de una búsqueda espiritual grande. Porque de la propuesta del materialismo consumista en la que seguimos presos, ya empezamos a tener conciencia de que eso provoca mucha insatisfacción. Y ante esto hay unas búsquedas. ¿Por qué la libertad? ¿Por qué el amor? Preguntas que abren a la posibilidad de decir que ha podido haber Alguien que, en un ejercicio de libertad libérrima y de amor apasionado, se ha incorporado a la historia, abriendo algo que no depende sólo de la evolución de la materia.
Son preguntas reales. La democracia occidental está en crisis porque busca referentes. El materialismo, que lo tiene todo, en el fondo busca todo. Y eso genera melancolía. La melancolía del corazón humano que busca y que está bien hecho; a imagen y semejanza del que lo crea. Pero el corazón humano tiene que reconocer que también está herido. Y esa herida no la puede curar por sí mismo. ¿Cuál es la herida? La escisión entre libertad y amor. Es una escisión que todos experimentamos. La libertad o el vínculo que toda relación amorosa supone. El amor vincula. Y la libertad del mundo moderno, que es una libertad desvinculada y autónoma, desvincula. Cuando estamos desvinculados experimentamos la soledad y nos acordamos del tú. Pero cuando estamos en una relación amorosa nos vinculamos, y a veces tenemos nostalgia del yo.
Eso es una herida insuperable que explica lo que pasa en las relaciones de amigos, en las relaciones familiares, en las relaciones entre los partidos políticos y entre el mundo. ¿Cuál es la pretensión cristiana? Que Jesucristo ha curado esa herida. Cuando uno cae en la cuenta, se arrodilla.