El hecho añade un nuevo capítulo al sainete eclesial Las exclarisas de Belorado denuncian el envenenamiento de sus perros en Asturias: "Nos sentimos perseguidas"

El incidente se produce apenas seis meses después de la apertura en Arriondas de su llamado restaurante de clausura, que se complementa con la venta de dulces y el desarrollo de un proyecto de cría y entrenamiento de perros, además de la gestión de un núcleo zoológico en el mismo concejo
Las monjas excomulgadas de Belorado han denunciado ante la Guardia Civil el presunto envenenamiento de varios de los perros que residen en sus instalaciones en el concejo asturiano de Parres, donde gestionan un restaurante y un núcleo zoológico. La denuncia formal se ha presentado en la Comandancia de la Guardia Civil de Arriondas, según han informado las propias religiosas, que han pedido que se abra una investigación y han aportado información que, aseguran, puede ayudar a esclarecer lo ocurrido.
Las exclarisas sostienen que viven una situación de acoso: "Nos sentimos perseguidas", han afirmado, convencidas de que lo sucedido responde a un intento de atacar sus actividades, boicotear sus proyectos y frenar su proyección emprendedora.
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Una de las hermanas y portavoz de la orden, Sor Sión, ha relatado que hace unos días hallaron "una galleta de harina llena de unos puntitos negros" en las inmediaciones de los animales. Tras consultar con veterinarios y criadores de perros, sostiene que se trataba de cebos envenenados. Según su testimonio, ya habían sufrido la muerte de un perro en "circunstancias extrañas" y otros ejemplares, en particular varias pastoras alemanas, habían mostrado síntomas de enfermedad: "Adelgazaban, tenían malas digestiones y decaían de manera inminente". "Gracias a Dios actuamos con rapidez y los llevamos a veterinarios", añade.
"Ya habían sufrido la muerte de un perro en 'circunstancias extrañas' y otros ejemplares"
El incidente se produce apenas seis meses después de la apertura en Arriondas de su llamado restaurante de clausura, instalado en el hotel Ribera del Chicu. El negocio, con el que buscan asegurar su sustento tras la ruptura con la Iglesia, se complementa con la venta de dulces y el desarrollo de un proyecto de cría y entrenamiento de perros, además de la gestión de un núcleo zoológico en el mismo concejo.
Desde su excomunión en mayo, las religiosas de Belorado han estado en el centro de la atención pública por su enfrentamiento con la jerarquía eclesiástica, el proceso de desahucio del convento burgalés y la investigación judicial sobre la presunta venta de lingotes de oro. Ahora, la denuncia por envenenamiento de animales añade un nuevo capítulo a un conflicto que trasciende ya lo religioso para instalarse en la vida civil y empresarial de las exmonjas en Asturias.
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