II Conversaciones de la editorial PPC y del Instituto Superior de Pastoral Carlos Osoro: "La belleza de la Amoris Laetitia está en el camino del amor"

(José M. Vidal).- La 'Amoris Laetitia' no son las dudas de los cuatro cardenales resistentes a la primavera de Francisco. Ni el caos o la confusión doctrinal, que dicen los rigoristas. "La belleza es el corazón" de la exhortación de Francisco. O eso, al menos, es lo que sostuvieron los ponentes de las II Conversaciones de PPC y del Instituto de Pastoral, que se están celebrando en el auditorio de la Fundación Pablo VI de Madrid.

Lo quiso dejar muy claro, desde el principio, el director de PPC España, Pedro Miguel García, al decir que "el documento del Papa ha sacudido nuestras conciencias" y, quizás por eso, "seguimos cautivados, después de cuatro años, por el impulso reformista de Francisco".

A su juicio, la AL es "el gran texto moral, que estábamos esperando desde el Vaticano II" y que ahora la Iglesia tiene que aplicar. De ahí el título de estas II Conversaciones: 'Amoris laetitia y los desafíos pastorales para la Iglesia española hoy'.

Para posibilitar "un espacio de comunicación pastoral y llevar a cabo el proyecto de conversión que nos propone el Papa en este documento", el Instituto Superior de Pastoral se sumó a estas II Conversaciones, como explicó su director Antonio Ávila. Y también para hacer honor a su historia, no en vano ha sido el centro que más alentó la recepción del Vaticano II en nuestro país.

Con profesores de la talla de los fallecidos Casiano Floristán, Julio Lois o Jesús Burgaleta. O de los todavía vivos y que por allí estaban, Juan de Dios Martín Velasco o Marciano Vidal. Porque, antes y ahora, el objetivo del centro sigue siendo el mismo, como explicó su actual director: "Seguir la estela del Papa, que nos enseña a leer la realidad con ojos misericordiosos, a juzgarla con el Evangelio y a comprometernos con el cambio social y eclesial movidos por el Espíritu".

En la inauguración se hizo también presente (dicen en Madrid que "es como Dios, porque consigue estar en todas partes") el cardenal Carlos Osoro, que se mostró sumamente contento de "volver a mi casa, la Universidad de Salamanca, donde pasé unos de los mejores momentos de mi vida y donde aprendí a saber escuchar, dialogar con todos y acercarme a todos incondicionalmente".

Al hilo de la lectura continua del día del libro de los Hechos, el cardenal recordó que él, que es un hombre del norte (santanderino) se vio interpelado por el pasaje para "ponerme en camino hacia el sur" de las situaciones de las familias de hoy. Porque "Amoris Laetitia trata de acercarnos a la familia tal y como es en estos momentos".

De ahí que proponga a la Iglesia "salir a los caminos, escuchar y conversar, ser capaces no de imponer, sino de dialogar, como hizo Jesús con los discípulos en el camino de Emaús". Y hacerlo, además, "con pasión, con la pasón de amar a pesar de todo y de experimentar la felicidad de dar". Porque "la belleza de la AL está en este camino del amor".

Belleza y cultura para la 'Alegría del Amor'

La ponencia introductoria de la Jornada corrió a cargo de Fernando Vidal, sociólogo laico, vinculado a la Compañía de Jesús y presidente de la Fundación Rais, dedicada a los sin hogar. Según su presentador, el profesor Fernando Rivas, nació en Vigo hace 50 años, le gusta Julio Verne, escribió cientos de artículos y libros (su curriculum ocupa 32 páginas) y "está enamorado de su mujer". "Eso sí lo tengo claro: que soy de Vigo y que estoy enamorado de mi mujer", matizó Fernando Vidal, antes de meterse en la harina de su conferencia.

Para abrir boca, el conferenciante, autor de 'Luke, examina tus sentimientos' (PPC) comenzó afirmando que la "Al es uno de los mayores retos lanzados a la Iglesia, al mundo y a la familia". Por varias razones. Primero, porque "exige una profunda conversión". En segundo lugar, por su realismo: "Con detalles que hablan de la vida. No va de teoría, va de vida real". Y tercero, por su creatividad, porque "busca la movilización de todos los cristianos como agentes evangelizadores".

Para eso, es necesario, según el profesor Vidal, "profundizar en el discernimiento y en el acompañamiento", dos de las palabras claves del texto papal. Vista desde esas claves, la exhortación puede ser "una gran oportunidad histórica".

Discernimiento y acompañamiento que se plasman, como dice el gran sociólogo Bauman, citando al Papa Francisco, en "la cultura del diálogo". Un diálogo que hay que "promover por todos los medios para reconstruir el tejido social y eclesial", porque "la Iglesia está llamada a ser lugar de diálogo".

Una "casa para la gente", un "lugar para hacerse las preguntas importantes", las que llegan al alma y de cuya respuesta depende nuestra felicidad. Una casa que dé "razón de la belleza" y la "crucialidad de la belleza".

Para eso, Vidal propone anclarse en el "sentimiento como energía creativa", porque "sentir es bajar las cosas al corazón", porque "Dios está al noroeste, es decir donde se encuentra el corazón". De ahí que la Iglesia no deba "abandonar el diálogo espiritual".

Eso exige, a su juicio, "una Iglesia cercana, experiencial, con escuelas de discernimiento, que cuide los sacramentos de la vida y con parroquias que más que el lugar de reunión de los católicos sean las casas de la gente".

Para conseguirlo, Fernando Vidal rompió una lanza por "los puentes del arte", porque "éste sólo crece donde hay espiritualidad, como los berros sólo salen donde hay agua limpia". Y es que "lo que la sociedad necesita es que la Iglesia sea su madre".

En este sentido, pidió que la Iglesia "siga siendo un gran referente para el mundo del arte" y reclamó para ella "la belleza desarmada". Y para eso "necesitamos a los artistas" y "no caer en la tentación de la mayoría moral de los Estados Unidos". Por la belleza y el arte hacia Dios.

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