El destino de Martínez Camino y Munilla, a punto de anunciarse desde la Congregación de Obispos Comienza el 'baile' de obispos en España: Iceta, a Burgos; Escribano, a Zaragoza... y un tercer auxiliar para Omella en Barcelona

Monseñor Iceta
Monseñor Iceta

La marcha de Iceta marca el paso de la renovación en el episcopado vasco, que continuará en las próximas fechas con la salida de Munilla y, más adelante, de Paco Pérez. Elizalde y Joseba Segura, hombres de futuro para Euskadi

Escribano e Iceta, además, son muy jóvenes (para lo que se estila en un obispo): 56 y 55 años respectivamente. Y es que comienzan los tiempos de episcopados 'franciscanos' largos

Omella marca territorio y, además, consigue un tercer obispo auxiliar: Javier Vilanova, rector del seminario Interdiocesano de Cataluña

Fidel Herráez confiaba en poder concluir los fastos del octavo centenario de la catedral. Esa fue otra de las peticiones del cardenal Rouco al Papa Francisco. Ya dijimos que sólo concedió una: la salida de Camino de Madrid

El 'otoño caliente' que adelantábamos ya está aquí. Y, como decíamos, apenas diez días después del encuentro del Papa Francisco con los cardenales Osoro y Omella, previo a la reunión con la nueva cúpula de la Conferencia Episcopal española. Y los nuevos nombramientos no dejan de tener su 'filo': la Santa Sede acaba de hacer público los nombramientos del hasta ahora obispo de Bilbao, Mario Iceta, como arzobispo de Burgos; mientras que Francisco ha designado a Carlos Escribano -prelado de Calahhorra y La Calzada-Logroño-, como pastor de la Iglesia de Zaragoza. Junto a ellos, un nuevo obispo auxiliar para Barcelona: Javier Vilanova, rector del seminario Interdiocesano de Cataluña.

La llegada de Iceta a Burgos es sorpresiva, por dos razones. En primer lugar, porque todos daban por hecho que sería el sucesor de Asenjo en Sevilla, un puesto que quedará vacante (algunos dicen que incluso con un administrador que conoce mejor que nadie la sede) muy pronto. En segundo término, porque el titular de Burgos, Fidel Herráez, confiaba en poder concluir los fastos del octavo centenario de la catedral. Esa fue otra de las peticiones del cardenal Rouco al Papa Francisco. Ya dijimos que sólo concedió una: la salida de Camino de Madrid.

Renovación en Euskadi

Iceta llega a una diócesis metropolitana, pero que, tanto en población como en influencia eclesiástica, social o política, es mucho menor que Bilbao. Sin embargo, no hay que interpretar su designación como un 'castigo', sino un paso más en una carrera que nunca fue meteórica. El hasta hoy obispo de Bilbao ya es miembro de la Comisión Ejecutiva del Episcopado, y su talante le permite capear muy bien entre las distintas sensibilidades, aún presentes, en la Iglesia española. 

Mario Iceta
Mario Iceta

Su salida, además, marca el paso de la renovación en el episcopado vasco, que continuará en las próximas fechas con la salida de Munilla (se habla de él como futuro obispo en Zamora, sede para la que también aspira Martínez Camino, que no quiere ni en pintura Ciudad Rodrigo, aunque se conformaría con León, y teme ser enviado a la otra diócesis que queda vacante en el juego de cromos de Zaragoza) y, algo más tarde, la de Francisco Pérez. Dos nombres marcan el futuro en Euskadi: el obispo de Vitoria, monseñor Elizalde (que lidera la 'joya' de la corona bergogliana en España, el trabajo con inmigrantes), y uno del repóker de auxiliares que ya comentamos en su día, y que están llamados a liderar a la Iglesia española en el futuro: Joseba Segura.

Obispo Carlos Escribano, con el Papa Francisco
Obispo Carlos Escribano, con el Papa Francisco

Escribano regresa al Pilar

En cuanto a Zaragoza, otra sorpresa, tras caerse la candidatura de Fernando Chica por razones aviesas. Algunas ternas lo colocan en Sevilla, aunque son muchos los que piensan que no regresará como obispo residencial a España. El sustituto de monseñor Jiménez será Carlos Escribano, obispo de Calahorra, y que conoce perfectamente la realidad de la sede del Pilar. Un nombramiento, por otro lado, que marca la relevancia de la opinión del cardenal Omella en Roma. Y que seguirá dejándose notar en el futuro más inmediato. 

Escribano e Iceta, además, son muy jóvenes (para lo que se estila en un obispo): 56 y 55 años respectivamente. Y es que comienzan los tiempos de episcopados 'franciscanos' largos.

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