Director del documental que aborda la represión sufrida por el protestantismo durante la dictadura franquista David Casals: "Las iglesias de la Reforma siguen siendo percibidas como algo de extranjeros y para extranjeros"

David Casals durante el rodaje, entrevistando a Armand Urrútia.
David Casals durante el rodaje, entrevistando a Armand Urrútia.

"Continúan habiendo casos de discriminación y un profundo desconocimiento hacia las minorías religiosas en general y el protestantismo en particular"

"La derrota de los aliados de Franco en la Segunda Guerra Mundial forzó al régimen a cambiar de postura y permitir la reapertura de los templos, pero no de las escuelas. Sin embargo, la vida de los dirigentes evangélicos y de los fieles siguió marcada por la intolerancia en todas las facetas de su vida cotidiana"

"Llama muchísimo la atención como, en un contexto de absoluta precariedad como fue la posguerra y en una época donde no había viajes ‘low cost’, los dirigentes evangélicos españoles recorrieron medio mundo para buscar aliados en sus reivindicaciones"

El culto, la escuela, el ejército, el matrimonio y hasta los entierros, en todos los ámbitos de la vida, las dificultades impedimentos que vivía la comunidad protestante española fueron constantes durante la larga noche del franquismo. El periodista David Casals, ha dedicado más de tres años a investigar los entresijos de una época en que, en medio de un nacionalcatolicismo feroz, el protestantismo se vio condenado a ser un movimiento invisible y sin la más mínima presencia pública o institucional, un movimiento duramente reprimido y reducido al ámbito estrictamente privado. El resultado del trabajo de Casals queda reflejado en el documental Protestantismo, una historia silenciada (Clack), una de las películas del cartel de este año en la Mostra de Cinema Espiritual de Cataluña, que se celebra en territorio catalán del 15 al 30 de noviembre. 

¿Cómo surgió la idea de este documental?

La represión que ha sufrido el protestantismo históricamente en España, especialmente durante el franquismo, es algo conocido por las comunidades y familias que lo han vivido. Sin embargo, sigue siendo algo muy desconocido, incluso del mundo evangélico, que se ha transformado por completo en dos décadas, a raíz de la consolidación de comunidades carismáticas, pentecostales y neopentecostales de origen americano.

Mi familia es protestante desde finales del Siglo XIX, y la Guerra Civil cambió por completo la vida de la obra protestante en España. En los territorios donde triunfó el Alzamiento, se cerraron todas las iglesias, y también las escuelas que habían fundado, a raíz del alto porcentaje de analfabetismo que había en España; la lectura directa de la Biblia es un principio fundamental de la Reforma desde sus orígenes, en 1517. Durante la Guerra Civil, mientras que en el bando republicano, las iglesias consiguieron mantener su actividad, en contraste con la persecución que vivió el catolicismo, en el bando nacional la situación fue exactamente la contraria: fusilamientos y exilio de pastores, maestros y dirigentes; el cierre de templos y escuelas, y vivir la fe en clandestinidad, con el riesgo de ser multado.

Mi abuela materna había ido a estos cultos clandestinos en Rubí (Barcelona) y mi bisabuelo paterno fue encarcelado porque tenían lugar en el comedor de su casa. En marzo de 2018, falleció mi abuela, y es entonces cuando vi la necesidad de recopilar el testimonio directo de quienes sufrieron esta situación.

Protestants, la història silenciada
Protestants, la història silenciada

Los protestantes tuvieron que vivir su fe en clandestinidad hasta 1945.

La derrota de los aliados de Franco en la Segunda Guerra Mundial forzó al régimen a cambiar de postura y permitir la reapertura de los templos, pero no de las escuelas. Sin embargo, la vida de los dirigentes evangélicos y de los fieles siguió marcada por la intolerancia en todas las facetas de su vida cotidiana, con dificultades en el sistema educativo, para casarse (muchos jueces rechazaban oficiar matrimonios civiles), para enterrarse, para editar publicaciones, ataques y asaltos de iglesias y también había presencia policial durante los cultos. Pese a que el marco legal fue cambiando, con la aprobación en 1966 de una ley falsamente denominada de ‘libertad religiosa’, la persecución continuó hasta el final del régimen. Prueba de ello es que el pastor metodista barcelonés Enric Capó fue procesado por el Tribunal de Orden Público por publicar en una revista interna un artículo donde precisamente cargaba contra esta norma en una fecha tan tardía como 1973.

Todos estos hechos han sido tratados ampliamente por diferentes historiadores y expertos: Josep-Lluís Carod-Rovira, Marta Velasco, Juan Bautista Villar… sin embargo, son desconocidos para la opinión pública. Explicarlos desde un prisma periodístico ha sido muy objetivo.

¿Te sientes de alguna manera en deuda con tus padres y abuelos por haber mantenido la fe durante tantas décadas en situaciones tan difíciles como las que impuso el nacionalcatolicismo a los protestantes?

El proyecto también supone un reconocimiento a generaciones precedentes que lucharon activamente en defensa de un derecho fundamental como es la libertad religiosa. Me llama muchísimo la atención como, en un contexto de absoluta precariedad como fue la posguerra y en una época donde no había viajes ‘low cost’, los dirigentes evangélicos españoles recorrieron medio mundo para buscar aliados en sus reivindicaciones. En 1947, se inició una ola de ataques contra templos tras una pastoral incendiaria que escribió el cardenal de Sevilla, y en este contexto, no dudaron en ir al Parlamento británico, la Casa Blanca y visitar la Casa Real de Países Bajos para denunciar su situación. Precisamente, España tenía que beneficiarse de la estrategia que puso en marcha Estados Unidos para reconstruir Europa tras la Segunda Guerra Mundial, el Plan Marshall. Sin embargo, tras tener conocimiento de esta represión, el entonces presidente Truman envió un emisario a España, que certificó esta situación, lo que consolidó el aislamiento internacional de la dictadura.

Gira internacional del pastor Samuel Vila a finales de los años 40 en defensa de la libertad religosa en España.
Gira internacional del pastor Samuel Vila a finales de los años 40 en defensa de la libertad religosa en España.

¿Cómo han recibido los miembros de tu comunidad esta iniciativa de dar a conocer la historia del protestantismo en Cataluña durante el franquismo?

Muchas de las personas que hemos entrevistado lamentan que, en más de 40 años de democracia, no haya habido ningún tipo de reconocimiento o acto de reparación hacia este colectivo. Hay que tener en cuenta que el protestantismo no fue la única minoría religiosa perseguida, aunque en aquella época, estaban presentes, además de las denominaciones evangélicas históricas, judíos y Testimonios de Jehová. Se habla mucho de la represión que ejerció la dictadura contra la oposición política y los sindicatos; sin embargo, el ámbito religioso ha quedado en un plano secundario.

¿Qué ha significado para ti acercarte a tantas historias de represión de miembros de tu comunidad durante el franquismo? ¿Te lo esperabas, de alguna manera, antes de emprender este proyecto?

Los entrevistados exponen historias realmente duras: sanciones por asistir a un culto clandestino; la organización en Barcelona de una red que tenía localizados los jueces que casaban civilmente, para poder empadronarse en su zona correspondientes; multas a un grupo de creyentes por repartir folletos sobre ‘Los Diez Mandamientos’ en la cola de un cine en el Eixample, cuando se estrenó este clásico del cine religioso en España; o hacer contrabando de biblias. La situación más penosa era la que vivían muchos hombres al final del servicio militar. Concluía con la jura de la bandera y una misa, en la que los soldados se tenían que arrodillar, algo que entraba en contradicción con sus convicciones. Negarse a ello podía suponer la apertura de un juicio sumarísimo o un consejo de guerra. El profesor David Estrada, que en su juventud residió en Estados Unidos, y allí se casó con una ciudadana norteamericana, la investigadora Frances Luttikhuizen; y tardaron casi dos décadas en conseguir que se les reconociese el matrimonio. Son relatos que me han impactado profundamente.

Pintadas en una comunidad protestante.
Pintadas en una comunidad protestante. Archivo gráfico documental Evangélico

¿En qué medida crees que ha cambiado la situación del protestantismo desde que naciste hasta ahora, desde tu caso? 

Como dice Josep-Lluís Carod-Rovira, la historia del protestantismo en España es, en realidad, la del antiprotestantismo, y el nacionalcatolicismo ha conseguido que, ante la opinión pública, las iglesias de la Reforma sigan siendo percibidas como algo de extranjeros para extranjeros. Un documental no puede remediar por sí mismo esta situación, pero sí intentar ampliar el foco y aportar contexto.

Por otra parte, hay que tener en cuenta que el protestantismo ha vivido una transformación muy fuerte en las últimas décadas. Las denominaciones históricas hoy en día son una minoría: la Iglesia Evangélica Española (metodistas y reformados), la Iglesia Evangélica Reformada Episcopal (anglicanos), la Unión Evangélica Bautista de España (UEBE) y la Federación de Iglesias Evangélicas Independientes de España (FIEIDE). En sus inicios, tenían un talante más bien liberal: sin ir más lejos, el fundador de mi iglesia, en Rubí, además de una comunidad y una escuela, creó una mutualidad obrera, un centro republicano y una logia masónica. Este hecho contrastta con el fundamentalismo de las nuevas iglesias.

¿Esperas que el Estado y la iglesia católica pidan perdón?

Muchos de los testimonios consideran que debería haber algún tipo de reconocimiento, otros no esperan nada de este mundo. En cualquier caso, también hay que tener en cuenta que la postura de la iglesia católica fue evolucionando y que el Concilio Vaticano II supuso un punto de inflexión al reconocer la libertad religiosa como un derecho fundamental. En el documental también hemos querido abordar la historia del ecumenismo y de ahí, que uno de los entrevistados sea el capuchino Joan Botam, que se implicó a fondo durante la dictadura en el diálogo entre cristianos.

Joan Botam.
Joan Botam.

¿Cómo es ser protestante hoy? ¿Existe el suficiente respeto hacia la libertad religiosa?

La Constitución de 1978 reconoce la libertad religiosa. Ahora bien, la sensación que hay entre las iglesias protestantes es que el actual modelo de laicidad no acaba de funcionar. Por ejemplo, muchos pastores protestantes no tienen derecho a cobrar una pensión de la Seguridad Social, pese a que así lo ha reconocido el Tribunal de Estrasburgo, ya que durante el franquismo, no pudieron cotizar, porque el Estado no reconoció su categoría laboral. Continúan habiendo casos de discriminación y un profundo desconocimiento hacia las minorías religiosas en general y el protestantismo en particular. En muchos países extranjeros, sean o no de mayoría protestante, la opinión pública tiene claro que las iglesias de la Reforma no son un bloque monolítico y que conviven diferentes enfoques teológicos. ¿Por qué en España esto sigue siendo una quimera? El protestantismo se implicó a fondo en defensa de la libertad religiosa y recibió con entusiasmo la Segunda República, el único momento de la historia de España donde todas las religiones recibieron el mismo trato por parte de los poderes públicos.

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