La diócesis cuenta con 459 curas, 171 con más de 76 años de edad La Iglesia navarra pierde 100 sacerdotes en 5 años
Cada quinquenio fallecen o se jubilan en torno a 100 sacerdotes en Navarra. La diócesis cuenta hoy día con 459 sacerdotes, de los que 83 tienen de 76 a 80 años. Otros 88 curas superan los 81 años. "Se está funcionando ya con 300 sacerdotes" en ejercicio activo, según reconocen documentos de la diócesis de Pamplona y Tudela. Lo cuenta Diario de Navarra.
La previsión es disponer de "100 menos dentro de cinco años, y que los que estén cuenten con cinco años más". Estas cifras, unidas a la progresiva secularización de la sociedad, hacen que la Iglesia esté planteándose en Navarra, como en otros lugares, un esfuerzo organizativo, basado en la redistribución de los sacerdotes, así como de su labor y la de los fieles.
"Hemos de ir tomando conciencia de que, en términos de vocaciones, somos unos ricos venidos a menos. Aún nos quedan rentas del pasado, pero éstas van disminuyendo poco a poco", reflexiona Juan Antonio Aznárez Cobo, vicario general de la diócesis desde hace un año.
"Como todos sabemos, buena parte de nuestro clero es mayor y, son más los que fallecen anualmente que los que son ordenados", reconoce. Obviamente, con menos curas no se puede llegar a donde se llegaba con muchos. "¿O sí?", responde preguntando Aznárez. "Es importante que aunemos esfuerzos y salgamos al paso de las nuevas necesidades con creatividad y confiando en el Señor", propone.
Los estudios del Departamento de Estadística y Sociología de la diócesis afirman que de las 771 parroquias diseminadas por toda la geografía foral, 176 (el 22,8%) concentran al 95% de la población navarra.
Esto hace que se haya comenzado a agrupar las parroquias en 187 "unidades parroquiales", con párrocos y equipos de sacerdotes que ejercen en varias de ellas, y con grupos de pastoral, catequesis y cantos de la liturgia comunes, a fin de "ahorrar energías".
En la zona rural la situación se traduce en que muchos pueblos no disponen desde hace tiempo de misa cada semana. Las celebraciones van rotándose entre las localidades de la zona, y los feligreses se organizan para acudir en coche a la parroquia de turno. Aznárez ve que esto también tiene consecuencias positivas: "El hecho de no poder celebrar la misa todos los domingos en cada pueblecito puede propiciar, y está propiciando, el nacimiento de asambleas más numerosas y festivas. También sirve para reforzar los lazos de fraternidad entre las familias y los pueblos".
La escasez creciente de sacerdotes obliga a que los "seglares comprometidos" vayan tomando cada vez "mayor protagonismo. Muchos se implican en apoyar en la preparación de la liturgia, de la catequesis, en abrir y cerrar la parroquia, o en realizar celebraciones de la palabra". "Ojalá esta carestía ayude a muchos fieles laicos a tomar mayor conciencia de su responsabilidad en la labor evangelizadora de la Iglesia y en colaborar generosamente con los sacerdotes, apreciando su labor y, en lo posible, aliviándola".
En la diócesis reconocen que los sacerdotes jóvenes tienen muchas tareas asignadas, y que cada vez será menos frecuente, fuera de núcleos urbanos, un párroco por parroquia: "Los sacerdotes hemos de aprender a trabajar con mentalidad evangelizadora y un corazón grande capaz de acoger, cuando sea necesario, varias parroquias y, a veces, varios encargos pastorales", pide Aznárez.
El 74% aproximadamente de la población navarra se declara católica, según estudios del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), pero la asistencia a la misa dominical se sitúa por debajo del 20%, la mitad que hace 25 años, y continúa descendiendo la práctica.
Los obispos secretarios de las Conferencias Episcopales de Europa señalaron hace dos años encontrarse "ante una descristianización, más que secularización".
El vicario general, por su parte, considera que "hay paralelismos entre nuestro tiempo y el tiempo que le tocó vivir al pueblo de Israel en el Exilio de Babilonia. Parecía que el Señor, su Dios, había fracasado. Parecía el fin de la existencia del Pueblo elegido. Pero aquel sufrimiento sirvió para purificar y acrisolar su fe".