"Casi todos son atraídos en encuentros de Effetá o Emaús, donde se les 'destripa' emocionalmente" Miguel Perlado: "Las HAM son una comunidad abusiva, con una fuerte deriva sectaria"

El experto Miguel Perlado
El experto Miguel Perlado

"Los devotos del grupo también ejercen su influencia a través de un entorno de bombardeo emocional, empujando a tomar la decisión de un mayor compromiso con la comunidad o entrar en convento"

"Sus comunicaciones con la familia pasan a ser muy escasas y controladas, deben participar en ciertas actividades tales como ayunos intensos o momentos de oraciones de horas junto a la superiora, actividades donde se alternará entre la consolación y la desolación y pasarán a normalizar la devoción que todos los devotos muestran hacia la superiora, a quien llaman Marimi o Mami"

"Casi todos son atraídos a través de encuentros de Effetá o Emaús que organizan las mismas HAM, encuentros cerrados, de alta intensidad emocional, en donde se destripa emocionalmente a los participantes y en donde se ejerce mucha presión de pares para participar e invitar a otros a participar, con lo que terminan siendo arrastrados amigos o familiares que entran en bloque"

"Podemos hablar con propiedad de una deriva sectaria, de un grupo que ha ido progresivamente mostrando más y más elementos que llevan a un funcionamiento “tipo secta”, y no a una comunidad religiosa que fomente la autonomía y maduración de sus integrantes"

"El abuso espiritual es silencioso, pero va minando a la persona. El contexto de relación que se crea dentro del grupo que sigue incondicionalmente a Marimi, termina por justificar ciertos excesos o abusos como normales o como parte del proceso de transformación espiritual"

"Se han llevado a cabo prácticas de exorcismo bajo la idea de que ciertos síntomas supuestamente patológicos tendrían un origen espiritual, de manera que se reza para exorcizar todos esos males, incluso en menores de edad"

"Este tipo de retiros que se han puesto tan de moda en los últimos años, no están exentos de riesgos, ciertamente, particularmente por el nivel de secretismo que se exige y la alta intensidad emocional de los mismos, que ponen todo el mundo interno de sus participantes patas arriba, generando una suerte de hemorragia emocional y espiritual"

Exorcismos, culto a la 'lideresa', control de la privacidad, alejamiento de las familias, abusos espirituales y, en algún caso, sexual. Estas y otras son las razones por las que el Arzobispado de Madrid ha procedido a la intervención de las Hijas del Amor Misericordioso (HAM). Uno de los principales expertos en sectas, el profesor Miguel Perlado, ha trabajado y asesorado a varias víctimas y familiares de las HAM.

Como tal, conoce mejor que nadie el funcionamiento de esta organización (que no congregación religiosa), así como el impacto que retiros como Effetá o Emaús, algunos de ellos organizados por las HAM, pueden tener en la vida de cientos de jóvenes. Las respuestas son estremecedoras.

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Ud ha asesorado a varias víctimas de las Hijas del Amor Misericordioso. ¿Qué situación se vivía dentro?

Las familias con las que he trabajado coinciden en señalar una serie de cambios disruptivos y sintomáticos de una deriva sectaria: alejamiento de amistades, distanciamiento de la familia, cambios en el modo de expresarse, pérdida de la expresividad emocional, un ritmo cotidiano cada vez con más y más ocupaciones ligadas a HAM, cambios en el modo de comportarse o incluso vestirse para amoldarse al de los restantes miembros del grupo, la adopción de gestos o expresiones similares a la superiora de la “comunidad” (María Milagrosa Pérez) y la incorporación progresiva de un lenguaje de grupo reiterativo y centrado en un convencimiento de haber recibido “la llamada”, todo ello en una tonalidad ansiosa y de imperiosa urgencia.

Madre Marimí
Madre Marimí

A la vez, desde el punto de vista del funcionamiento de grupo, el trabajo con las familias pone de manifesto también una intromisión excesiva en el fuero interno de sus hijos, lo que ha afectado a un adecuado discernimiento, sintiéndose todos ellos presionados a formar parte de HAM porque, lo contrario, “es rechazar a Dios”. En este contexto, los otros devotos del grupo también ejercen su influencia a través de un entorno de bombardeo emocional, empujando a tomar la decisión de un mayor compromiso con la comunidad o entrar en convento. En muchos casos, eso se ha llevado a cabo de forma silenciosa o tensando las relaciones con la familia, que pasa a ser percibida como una fuente de falta de amor o como un lugar causante de traumas, por lo que mejor distanciarse. Me consta, además, que en algunos casos ha podido utilizarse a un centro de psicología conectado a las HAM para afianzar el proceso de entrada. Este proceso sectario se acompaña también de desaconsejar comentar ciertas cuestiones con personas externas a las HAM y guiarse exclusivamente por la persona a la que se asigna funciones de dirección espiritual o a lo que marca directamente la superiora.

En algunos casos ha podido utilizarse a un centro de psicología conectado a las HAM para afianzar el proceso de entrada. Este proceso sectario se acompaña también de desaconsejar comentar ciertas cuestiones con personas externas a las HAM y guiarse exclusivamente por la persona a la que se asigna funciones de dirección espiritual o a lo que marca directamente la superiora

A los nuevos devotos, la superiora les asigna un nuevo nombre según directrices divinas, pasan a dedicarse por completo a las HAM, se restringe el acceso a la información de modo que solo pueden leer o ver aquello aprobado por la superiora o su séquito más directo (“las 11”), aprenden que la superiora está “en unidad con el Padre Mansilla” -lo que significa que su criterio es incuestionable- , sus comunicaciones con la familia pasan a ser muy escasas y controladas, deben participar en ciertas actividades tales como ayunos intensos o momentos de oraciones de horas junto a la superiora, actividades donde se alternará entre la consolación y la desolación y pasarán a normalizar la devoción que todos los devotos muestran hacia la superiora, a quien llaman Marimi o Mami.

Todo esto llevó a que diversas familias se dirigieran a los órganos eclesiales pertinentes para trasladar sus preocupaciones ante lo que observaban de manera reiterada entre sus hijos, un patrón de transformación que, lejos de apuntar a una espiritualidad madura o sana, tendía más hacia el exceso, la presión y la espiritualización de ciertos comportamientos abusivos.

Secretismo en los retiros de Effetá
Secretismo en los retiros de Effetá Patricia Bolinches

¿Cuál es el perfil de los captados?

El perfil de los jóvenes es variado, aunque una buena parte de ellos proviene de familias acomodadas. Jóvenes, idealistas, ingenuos, con inquietudes espirituales. En una buena parte, inmaduros. Muchos de ellos, sin suficiente formación religiosa. Se les promete una vida espiritual mucho más profunda y auténtica que la que pudieran encontrar en cualquier otro lugar. En la gran mayoría de los casos, están atravesando un momento de vulnerabilidad particular, ya sea por una ruptura de una relación afectiva, o algún duelo familiar. Casi todos son atraídos a través de encuentros de Effetá o Emaús que organizan las mismas HAM, encuentros cerrados, de alta intensidad emocional, en donde se destripa emocionalmente a los participantes y en donde se ejerce mucha presión de pares para participar e invitar a otros a participar, con lo que terminan siendo arrastrados amigos o familiares que entran en bloque.

HAM, ¿es una 'secta'? ¿Por qué?

Ya sabe que este término dice mucho, pero también puede confundir mucho. Me parece más importante entender el proceso que se desarrolla en estas comunidades y la experiencia vivida. Pero sí, podemos hablar con propiedad de una deriva sectaria, de un grupo que ha ido progresivamente mostrando más y más elementos que llevan a un funcionamiento “tipo secta”, y no a una comunidad religiosa que fomente la autonomía y maduración de sus integrantes.

Uun culto desmedido a la superiora y al fundador (llevan estampas, portan pequeñas reliquias de ambos, hay imágenes de ellos por doquier, se desarrolla una narrativa por la que el fundador es descrito como un santo y la superiora como heredera directa de su carisma, se celebran fechas señaladas de la superiora, la superiora desarrolla múltiples roles al mismo tiempo)

Alguno de sus elementos nucleares, ya los he mencionado, pero pueden resumirse en tres puntos clave:

1) un culto desmedido a la superiora y al fundador (llevan estampas, portan pequeñas reliquias de ambos, hay imágenes de ellos por doquier, se desarrolla una narrativa por la que el fundador es descrito como un santo y la superiora como heredera directa de su carisma, se celebran fechas señaladas de la superiora, la superiora desarrolla múltiples roles al mismo tiempo),

2) un proceso de grupo que tiende a la fusión (todos se comportan de igual modo, se aísla a los devotos del exterior, reinterpretación de sus vidas para empujarlos al camino del verdadero amor dentro de HAM, descripción del mundo externo como un peligro para la llamada de Dios, distorsión y/o ruptura del vínculo natural con las familias, desarrollo descripción un pensamiento de grupo que gira en torno a las enseñanzas de los fundadores, la obediencia se transforma en sumisión y la humildad en humillación, una atmósfera de secreto en cuanto a las enseñanzas que se reciben, etc.)

y 3) daños psicológicos, sexuales o espirituales sobre una porción de devotos (hay que tener en cuenta que lo sectario se detecta cuanto mayor sea la cercanía con la figura de la superiora, de modo que aquellos que están en lugares periféricos quizá no perciban la naturaleza abusiva de ciertos comportamientos).

Me consta el abuso de al menos un devoto varón al que se convenció de que los actos sexuales eran una forma de sanarlo, siempre bajo argumentos espirituales

Habla de daños, ¿en qué sentido?

Hablo de daño espiritual, que también es psicológico y puede ser físico o sexual. Por un lado, tenemos el abuso que deriva de una estructura de poder en donde la figura de la superiora se autoasigna un carisma y una gracia que pasa a dirigir la vida de todos los devotos, espiritualizando cualquier acto de la vida cotidiana. Se trata de una estructura de poder que no rinde cuentas al exterior y que es autoreferencial. La superiora asegura tener una gracia y poderla dispensar. Esa gracia se traduce en controlar el comportamiento de los devotos o en incurrir en actos sensuales (besos, excesiva efusividad intragrupo) o sexuales (me consta el abuso de al menos un devoto varón al que se convenció de que los actos sexuales eran una forma de sanarlo, siempre bajo argumentos espirituales).

Hijas del Amor Misericordioso
Hijas del Amor Misericordioso

Pero hay también abusos desde una perspectiva doctrinal, sea por modificaciones en la liturgia, el empleo de objetos religiosos de manera inapropiada -de acuerdo al contexto en que se encuentran- o por nociones que se introducen en donde se emplea jerga psicológica (por ejemplo, hablan mucho de que hay que trabajar “la histeria” que todos ellos arrastran de la falta de amor de sus familias de origen) para dar la sensación de mayor profundidad espiritual .

El abuso espiritual es silencioso, pero va minando a la persona. El contexto de relación que se crea dentro del grupo que sigue incondicionalmente a Marimi, termina por justificar ciertos excesos o abusos como normales o como parte del proceso de transformación espiritual. Evidentemente, lo que siempre llama la atención en estos contextos espiritualmente abusivos es lo sexual, si bien en mi experiencia tiende a ser el último escalón de una larga cadena de abusos de conciencia paulatinos.

Asimismo, dentro de la vida de grupo, sabemos que se han llevado a cabo prácticas de exorcismo bajo la idea de que ciertos síntomas supuestamente patológicos tendrían un origen espiritual, de manera que se reza para exorcizar todos esos males, incluso en menores de edad. En estas prácticas se hace participar a otros miembros de la comunidad, que a modo de psicodrama deberán llevar a cabo una suerte de escenificación en grupo del dolor y el sufrimiento que comporta ayudar a sanar las almas. La idea es que tales influencias nocivas que impiden el crecimiento espiritual provienen de las familias, lo que empuja nuevamente a vincularse más a las HAM y a instaurar finalmente un contexto de relación dominado por una dependencia ansiosa, el miedo y la culpa a no estar haciendo bien las cosas.

Ella, Marimí, es la que tiene la gracia y dispensará a quien considere, y justificará, espiritualizándolo, los abusos espirituales o sexuales

¿Qué influencia tiene sobre los chicos y chicas Marimí?

Es prácticamente absoluta, incuestionable. Se le suponen unos conocimientos y unos dones y se les otorgan, tanto a Mansilla como a ella, unas propiedades cuasi divinas. Ella es la que tiene la gracia, la que lo domina todo, la que puede dar la gracia a los demás. La obediencia se torna en sumisión, y la humildad se convierte en humillación. Ella dice que la histeria debe ser reemplazada por la humildad, pero la práctica demuestra que esa humildad deriva más hacia la humillación. Ella, Marimí, es la que tiene la gracia y dispensará a quien considere, y justificará, espiritualizándolo, los abusos espirituales o sexuales.

Es una autoridad, claramente, sobre la conciencia de todos los miembros de la comunidad, incluidos los laicos. Pero no ejerce esa autoridad de forma constructiva, sino impositiva. Cualquier decisión pasa por ella, porque se le considera la heredera espiritual del padre Mansilla, y como tal se le rinde culto, al igual que al padre Mansilla, prácticamente considerado un santo.

Retiros de Emaús
Retiros de Emaús


¿Como valora la intervención del Arzobispado de Madrid? ¿Qué cree que puede pasar?

La intervención que ha decretado el arzobispo de Madrid me parece muy pertinente. Pero están ante un escenario altamente complejo y que requiere determinación, claridad y una escucha muy fina. Mi impresión, en todo caso, es que los que todavía están muy vinculados, van a vivir la intervención externa con un intento de control o de manipulación. Es decir, que lejos de sentir que es una ayuda, lo pueden interpretar como un ataque a la superiora, confirmando lo que la propia narrativa sectarizada inspira (“no me entienden, nos cuestionarán, nos criticarán, no comentéis esto con muchas personas, porque ya sabéis cómo es la Iglesia”).

O pensarán que es un ataque a algo muy puro: este es otro de los signos de una deriva sectaria. Los devotos se sienten en un lugar único, muy especial, formando parte de una comunidad de “escogidos”. O también podrían interpretar esta situación como un ataque de “católicos liberales que no entienden”, de modo que pasarán a sostener que todo son mentiras o bulos, o denuncias de un antiguo devoto que no entendió, salió rebotado o tenía problemas.

También puede ocurrir que algunos se fundan todavía más en torno a su superiora, y se promueva una escisión. Habrá que estar atentos. La intervención busca poner orden en la casa, ver qué ha pasado, especialmente en el caso de los abusos de conciencia y espirituales que hayan podido darse.

Sería aconsejable que sus miembros pudieran regresar con sus familias, o en el caso de que fueran reubicadas en otros lugares, que no se deje de realizar este trabajo con las familias

Las HAM han pasado a funcionar como una comunidad espiritualmente abusiva y, en ese sentido, la posible intervención debería ocuparse tanto de la recuperación terapéutica como de la espiritual. Sería aconsejable que sus miembros pudieran regresar con sus familias, o en el caso de que fueran reubicadas en otros lugares, que no se deje de realizar este trabajo con las familias. La solución no pasa solo por reubicar (es importante, de entrada, separarlas para evitar un mayor repliegue sobre sí mismas), sino por saber qué ha sucedido y revisar las distorsiones doctrinales que se traducen en distorsiones perceptivas y vinculares profundas. Porque aquí hay una transformación desde adentro. Invaden tu fuero interno, ejercen la manipulación y la distorsión desde adentro de tu propia conciencia.

En cuanto al futuro de las HAM, como grupo, es incierto, ya que cuando el abuso penetra y se vuelve estructural, la posibilidad de cambio de la comunidad se vuelve mucho más difícil. Y en esos casos, no queda más que disolver la organización. Y, aunque pudiera sanearse la estructura interna de la organización, en tanto grupo, no hay que olvidar que el impacto del abuso espiritual penetra hasta los recovecos más íntimos de la propia conciencia, de ahí la necesidad de un trabajo profundo que revise la intoxicación que haya podido producirse, porque afectará al modo en que pueda vivirse lo espiritual en el futuro.

Retiros de Emaús
Retiros de Emaús

¿Hasta qué punto retiros como Effetá o Emaus pueden llegar a ser dañinos?

Hace años que vengo atendiendo consultas de familiares católicos que se acercan con una honda preocupación en torno a lo que le está pasando a sus hijos que, después de participar en estos retiros, regresan mesmerizados, eufóricos, como habiendo descubierto ‘todo’ en ellos. Este tipo de retiros que se han puesto tan de moda en los últimos años, no están exentos de riesgos, ciertamente, particularmente por el nivel de secretismo que se exige y la alta intensidad emocional de los mismos, que ponen todo el mundo interno de sus participantes patas arriba, generando una suerte de hemorragia emocional y espiritual que rápidamente se prometerá que tan sólo puede ser cerrada por la participación en más y más retiros.

¿Por qué ese secretismo?

El secreto atrae. Lo que está oculto ejerce cierta fascinación. Al mismo tiempo, el secretismo exigido es una marca de ser diferentes o especiales (“no lo cuentes a cualquiera”, “no todos lo entenderán”). De cualquier manera, los pasos tienden a ser siempre los mismos: seducción, aislamiento y adoctrinamiento. Tras un primer impacto seductor (“se harán cosas muy guays, van gente de nuestra edad, no es aburrido como ir a la iglesia, no te puedo comentar mucho pero te invito a participar”), salen fascinados, como si estuvieran ‘colocados’ o se hubieran tomado algo: sólo hablan bondades, repiten las mismas frases como clisés, se aprecia un claro intento de reclutar a otros de forma insistente, lo que es muy característico de estos formatos. Se habla de conversiones, aunque yo dudaría de aplicar el término ‘conversión’ porque, para mí, una conversión requiere un proceso madurativo más lento. Aquí nos encontramos ante un fuerte impacto, un contexto de grupo deslumbrante y fascinador, pero que que al mismo tiempo desestabiliza por el proceso y la dinámica de grupo que se desarrolla dentro de tales retiros (hablar del dolor de uno mismo ante los demás, abrirse del todo ante desconocidos, escuchar testimonios de conversiones impactantes, horas y horas de experiencia muy intensa, contagio de grupo a nivel emocional, etc.).

Es el ‘cristianismo guay’, o ‘cool’…

Un cristianismo guay, como bien dices tú, o ‘ cool’, en contraposición con la idea de una Iglesia sobria o aburrida. En cambio, en estos encuentros te encuentras a jóvenes muy entregados, y que llevan a que la persona se abra en canal, explique toda su vida, hasta los más íntimos secretos. Hay una suerte de ‘catarsis’ de grupo, que parece que sana pero que lo único que hace es aumentar más la carga de la culpa, y que está al servicio de favorecer el reclutamiento de más gente. Porque, finalmente, lo que buscan estas comunidades no es el crecimiento de las personas, sino alimentarse vorazmente de la mayor cantidad de adherentes o devotos posibles.

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