El presidente de la CEE anima a "tender puentes" en la sociedad española Omella, tras el 4-M: "La crispación nunca es la solución"

Riña a garrotazos, de Francisco de Goya
Riña a garrotazos, de Francisco de Goya

Pocas horas después de conocerse el resultado de las elecciones en la Comunidad de Madrid, tras una campaña donde la polarización, las amenazas y la violencia (verbal, pero también física) han ganado la batalla a las propuestas, el presidente de la Conferencia Episcopal, Juan José Omella, ha instado acabar con el clima de crispación

"Dialoguemos, tendamos puentes, aprendamos a perdonar, rectifiquemos si es necesario. Dios nos ayuda a transformar el resentimiento en amor"

Una llamada a frenar la escalada de la tensión política, que se ha trasladado a la calle. Una petición de parar, mirarse los unos a los otros. Respirar. Pocas horas después de conocerse el resultado de las elecciones en la Comunidad de Madrid, tras una campaña donde la polarización, las amenazas y la violencia (verbal, pero también física) han ganado la batalla a las propuestas, el presidente de la Conferencia Episcopal, Juan José Omella, ha instado acabar con el clima de crispación.

"La crispación nunca es la solución. Dialoguemos, tendamos puentes, aprendamos a perdonar, rectifiquemos si es necesario. Dios nos ayuda a transformar el resentimiento en amor", escribe Omella en sus redes sociales. Una petición muy en la línea de su discurso de apertura de la pasada Asamblea Plenaria, en la que apuntaba que "es el momento para la verdadera política”.

No es momento para disputas inertes entre partidos políticos, no es tiempo para soluciones fáciles y populistas a problemas graves, no es el momento de defender intereses particulares”, clamaba el cardenal de Barcelona, quien insistía en la necesidad de una política "que sume a todas las partes y que trabaje para el bien común de toda la sociedad y el fortalecimiento y credibilidad de las instituciones en las que se asienta nuestro sistema democrático”.

“La política existe para servir y ahora está llamada a servir más que nunca y a olvidarse de la consecución de intereses partidistas o su imposición ideológica aprovechando la crisis humanitaria y social que padecemos”, negaba Omella en su discurso, reivindicando la misión de la Iglesia para “tender puentes, romper muros, sembrar reconciliación”. ¿Le escucharán? ¿Y en el interior de la Iglesia?

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