El president de la Generalitat y el de la CEE, juntos en la Fundación Pablo VI Luis Argüello: "En este lugar me he hecho fotos con Salvador Illa y con Santiago Abascal (...). No soy el rojo de los años 70, ni el facha del siglo XXI"

"La polarización es una estrategia para conseguir resultados electorales" denunció el arzobispo de Valladolid, quien admitió que "en la Iglesia también vivimos el contagio de esta polarización"
Illa reivindicó su reunión en Bruselas con Puigdemont: "¿Cómo no voy a poder encontrarme con el representante de la segunda fuerza política? Pensamos distinto, pero convivimos"
"El Estado no es Dios, y esa lucha contra la idolatría del poder del Estado forma parte de esa relación, no la privacidad de la sacristía", apuntó Argüello. Illa negó que la aconfesionalidad implique relegar las religiones al ámbito privado
Illa: "Acoger e integrar no solo pone en riesgo nuestra integridad como país, sino que la protege"
"El Estado no es Dios, y esa lucha contra la idolatría del poder del Estado forma parte de esa relación, no la privacidad de la sacristía", apuntó Argüello. Illa negó que la aconfesionalidad implique relegar las religiones al ámbito privado
Illa: "Acoger e integrar no solo pone en riesgo nuestra integridad como país, sino que la protege"
En el mismo escenario que compartió, hace unos meses, con el líder de Vox, Santiago Abascal, el presidente de la Conferencia Episcopal, Luis Argüello, dialogó durante una hora con el president de la Generalitat, el socialista Salvador Illa. "En este lugar me he hecho una foto con Illa y antes con Santiago Abascal, y no me arrepiento de ninguna de ellas. No soy el rojo de los años 70 ni el facha del siglo XXI", recordó el propio arzobispo de Valladolid, en un debate marcado por la polarización política, eclesiástica y mediática existente en nuestra solución, y posibles -difíciles- respuestas.
Ambos, dos protagonistas de ese diálogo con 'todos, todos, todos' (igual que Argüello se fotografía con Illa y Abascal, el president reivindicó su encuentro en Bruselas con Puigdemont: "¿Cómo no voy a poder encontrarme con el representante de la segunda fuerza política? Pensamos distinto, pero convivimos"), moderados por Jesús Avezuela, director general de la Fundación Pablo VI. Diálogo, acuerdos, política, religión... fueron algunos de los aspectos abordados.
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Abrió el turno el rector de Comillas, Antonio Allende, quien insertó el diálogo dentro del centenario del nacimiento de José María Martín Patino, "un hombre de acción" que amaba "el diálogo y el encuentro". "En tiempos de polarización como los que nos ocupan, estos diálogos abren una puerta a la esperanza", culminó, subrayando la ideoneidad de que el evento se celebre en la Fundación Pablo VI.
Tras Allende, el director general de la Fundación, Jesús Avezuela, presentó a Illa y Argüello, y reivindicó la necesidad de que "los acuerdos son posibles" si hay diálogo y escucha, frente al "malestar" presente en demasiados foros públicos. "Es un buen católico, que reza a diario, va a misa, pero menos de lo que me gustaría", bromeó Avezuela citando al cardenal Omella, y refiriéndose al president.

¿Es posible el diálogo, cualquier diálogo?, arrancó el moderador. "No sólo es conveniente, sino que es necesario", subrayó Salvador Illa. El diálogo, pues, implica "reconocer a la otra persona", siempre que se tenga "capacidad de escuchar, ponerse en el lugar del otro, e intentar entender sus razones". Un diálogo que "a veces concluye con acuerdos, pero siempre es enriquecedor", y no "supone debilidad, sino todo lo contrario". Coincidió en ello el presidente de la CEE, quien recordó que "la Iglesia vivió su particular transición en el Concilio Vaticano II, y mediante el díalogo, que es una palabra muy usada, y que a veces parece que no dice nada".
Diálogo y escucha en tiempos de polarización
"A ver quién gana", es lo que parece que se estila ahora, subrayó Argüello, quien animó a convocar en una "pedagogía del diálogo" que parta "de la escucha" y que "no demonice a aquel con quien quiero dialogar". "¿Por qué hay tanta dificultad en la sociedad actual? Porque se dice que con 'estos' no se puede hablar", incidió el arzobispo de Valladolid, quien animó a "nombrar en qué estamos de acuerdo, en qué estamos en desacuerdo, porque las diferencias son inevitables".
¿Por qué la polarización, por qué estamos tan crispados? El presidente de los obispos subrayó que "la polarización es una estrategia, y cada uno tiene que decidir en qué lugar se coloca". "Hay que mirar las responsabilidades de cada uno", recalcó, reivindicando la "polaridad" a la hora de comprender al sujeto. "Hoy, desgraciadamente, no sabemos que un buen fin no justifica medios inmorales. Hoy, el fin justifica los medios, miramos el valor ético de las cosas no por lo que son en sí", sino por los resultados. "La polarización es una estrategia para conseguir resultados electorales", criticó.

Illa, en cambio, defendió que "no hay un espacio público compartido", y "uno se relaciona solo con lo que tiene tus ideas, tu mismo status", y eso hace "que no reconozcas a los otros". "¿Cuál es el ágora pública? Y las redes sociales han fragmentando todo, y hace difícil que seamos capaces no ya de hablar, sino de reconocer que hay planteamientos distintos". Sí coincidió que "hay corrientes organizadas que hacen de la polarización su estrategia, con el objetivo de deslegitimar las instituciones que son de todos".
El president hizo referencia a su reciente encuentro con el ex presidente Puigdemont, "con quien no voy a ponerme de acuerdo". "¿Cómo no voy a poder encontrarme con el representante de la segunda fuerza política? Pensamos distinto, pero convivimos", reflexionó, reivindicando "un espacio mínimo común".
¿Es reconducible la situación? "El desafío que tenemos como sociedad es el de establecer puentes, lo que no significa establecer el término medio", subrayó Argüello. "A mí me gustaría que en la Iglesia se viviera esto", admitiendo que "en la Iglesia vivimos el contagio de esta polarización". "Debemos hacer un esfuerzo para contagiar el diálogo", reivindicó.

¿Política y religión? "Nosotros salimos de una situación de 15 siglos en que hemos vivido un empaste entre sociedad e Iglesia, que vale para prácticamente toda Europa", admitió Argüello, quien con Tocqueville coincidió que la democracia "exige ciudadanos virtuosos". "La política puede aportar a la religión parte del pueblo, hombres y mujeres virtuosos. ¿Qué nos gustaría a nosotros? Una virtud, caridad polítia. Pueblo, y virtud", relató el presidente de la CEE, pidiendo que "se respete el Estado de Derecho".
¿Privacidad de la sacristía?
Sin caer en el "relativismo moral" que, en su opinión, culmina en el "positivismo jurídico" según el cual "el Estado se convierte en un aura de moralidad". "El Estado no es Dios, y esa lucha contra la idolatría del poder del Estado forma parte de esa relación, no la privacidad de la sacristía", resaltó el arzobispo. Por su parte, Salvador Illa defendió el derecho de las religiones a participar en el debate público. "La aconfesionalidad no implica reducir a la sacristía a las religiones", subrayó el president.
Argüello lamentó las actuales "dudas" sobre el modelo democrático. "El argumento de haber ganado las elecciones con una mayoría, como en EEUU o España, en el que los bloques aparecen como 60-40 o 49-51, sería terrible que eso se solucionara con el tiranicidio, por la vída de la violencia. Estamos llamados a una reflexión honda en este momento, porque estamos viendo que los ciudadanos más jóvenes están haciendo suyas las dudas". Algo que también sucede en países islámicos, o en la propia China. "Son asuntos muy gordos que apuntan a reflexionar qué significan las democracias en tiempos de Inteligencia Artificial", clamó el arzobispo.

Salvador Illa, no obstante, insistió en que "la alternativa es aterradora". "A mí no me gusta el presidente de EEUU, pero tienes la posibilidad de votar otra cosa". "Yo sigo pensando que el bien común se construye entre todos", recalcó el president.
Inmigración, identidad y prosperidad compartida
Sobre la inmigración y las distintas 'almas' en el catolicismo, Argüello lamentó cómo "dignidad humana y el bien común son víctimas de la polarización", y defendió "la acogida y el derecho a no salir de tu tierra" y también "lograr una integración de los que llegan". Illa hizo suyas las palabras de Francisco, que calificó de "muy contundente": "Acoger e integrar no solo pone en riesgo nuestra integridad como país, sino que la protege". "Si les acoges, le facilitas la integración y se integran, la sociedad mejora. La historia de Catalunya de Éspaña son una prueba de ello". Se trata de acoger e integrar a las personas, "que no se hace en un minuto y requiere un esfuerzo por parte de todos". "Nadie quiere irse de la tierra donde nació, de la tierra de sus padres", insistió el president de la Generalitat, advirtiendo de los "planteamientos simplistas" de algunos.
"Catalunya está hecha de personas que vinieron de fuera, y de fuera de España", reivindicó Salvador Illa, quien animó a una "prosperidad compartida" que no deje a nadie atrás. "Creo en las identidades nacionales inclusivas, no pongo en contradicción la solidaridad y la identidad nacional". Argüello finalizó recordando el discurso de Francisco al presidente Sánchez, y la denominación de patria.
¿Qué le pediría el presidente de la Generalitat al de los obispos? "Le he ofrecido seguir hablando y contrastando puntos de vista". ¿Y Argüello a Illa? "Que un responsable público tiene que hacer posibles los diálogos, gestar alianzas en favor de la esperanza, y que podamos hacerlo en paz, desde un nuevo tiempo para las relaciones Iglesia-sociedad, que nosotros también tenemos que aprender".
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