El domingo, 15 de junio, la Iglesia celebra la Jornada Pro Orantibus Los obispos españoles, a la vida contemplativa: "Sed 'faros' para la Iglesia y la sociedad. Os necesitamos"

Lo indican en un mensaje firmado por los obispos de la Comisión para la Vida Consagrada de la Conferencia Episcopal Española (CEE), presidida por el obispo de León, Luis Ángel de las Heras, con motivo de la solemnidad de la Santísima Trinidad, la Jornada Pro Orantibus, que se celebra este domingo
Según indican los obispos, en esta vida contemplativa "no caben la apatía, la rutina, ni la desesperanza, sino que su fruto es justamente una vida que se afronta con esperanza"
| RD/Ep
Los obispos españoles han pedido a las religiosas y religiosos contemplativos que sean "faros" para iluminar el camino de la sociedad actual y, "especialmente, de la Iglesia".
Así lo indican en un mensaje firmado por los obispos de la Comisión para la Vida Consagrada de la Conferencia Episcopal Española (CEE), presidida por el obispo de León, Luis Ángel de las Heras, con motivo de la solemnidad de la Santísima Trinidad, la Jornada Pro Orantibus, que se celebra este domingo 15 de junio y que lleva por lema 'Orar con fe, vivir con esperanza'.
"Hermanos y hermanas que rezáis con fe y vivís con esperanza, seguimos necesitándoos como 'faros' que iluminan el camino de los hombres y mujeres de nuestro tiempo y, especialmente, de la Iglesia. Vosotros, hombres y mujeres que compartís historias de fe orante y esperanza humanada en la cotidianeidad; hombres y mujeres con quienes queremos seguir renovando la Iglesia sinodal y misionera: contamos con vuestra comunión, participación y misión. Os necesitamos para que escuchéis los temores y esperanzas, gozos y sufrimientos de nuestro mundo y de la Iglesia", subrayan los prelados.
"Hermanos y hermanas que rezáis con fe y vivís con esperanza, seguimos necesitándoos como 'faros' que iluminan el camino de los hombres y mujeres de nuestro tiempo y, especialmente, de la Iglesia"
Según indican los obispos, en esta vida contemplativa "no caben la apatía, la rutina, ni la desesperanza, sino que su fruto es justamente una vida que se afronta con esperanza".
Los religiosos y religiosas, tal y como precisan, "han salido de su casa y de su tierra, sin saber bien adónde iban". "Algunos han dejado una vida ya hecha, un porvenir prometedor, según los cálculos humanos. Han llegado a vivir como extranjeros hasta ser asumidos por el humus de la tierra prometida de los conventos y monasterios en los que deciden morar el resto de su peregrinación humana", apuntan.

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