El presidente del Gobierno promete el cargo sin presencia de Biblia o crucifijo Los obispos felicitan a Pedro Sánchez mientras Jesús Sanz le acusa de "poner en riesgo la democracia"

Pedro Sánchez promete ante la Constitución su cargo
Pedro Sánchez promete ante la Constitución su cargo Efe

El arzobispo de Oviedo sugiere que "se ha intentado boicotear" las concentraciones ante Ferraz "alseando cifras de participación e introduciendo grupos desestabilizadores extremistas cuyas matrices encienden sospechas de una encubierta manipulación"

"En un Estado de derecho no se puede socavar la independencia de los poderes públicos acorralando y manipulando la judicatura y la fiscalía para amañar la ley impunemente poniendo en riesgo la misma democracia"

"En aras de una de investidura y un gobierno no cabe aliarse con quienes han delinquido de tantos modos con golpismo independentista, corrupción insidiosa, malversación económica y escondrijos prófugos, o menos aún con quienes mercadearon con sangre inocente en acciones terroristas"

Fentes consultadas por RD aseguran que no habrá valoración oficial de lo sucedido en los últimos días hasta el lunes, cuando el cardenal Omella pronuncie su discurso en la Asamblea Plenaria que, a buen seguro, también emitirá una nota acerca de la amnistía y la violencia ultra en las calles de Ferraz

En la carta de felicitación, Omella y Magán traslandan a Sánchez "nuestro deseo de un tiempo de servicio leal, generoso y constante al bien de todos los españoles", al tiempo que "le anticipamos que, como hemos hecho siempre, en la obtención del bien común de nuestra sociedad, podremos caminar juntos, cada uno según las obligaciones y los compromisos que tenemos como servidores del pueblo español".

Pedro Sánchez ya es presidente del Gobierno. En una ceremonia en Zarzuela, tras reunirse con Felipe VI, el lider socialista prometió sobre la Constitución su cargo. No hubo crucifijo ni Biblia en la mesa, algo que ya parece haberse convertido en costumbre, y símbolo, de la laicidad del Estado. Ello no ha sido óbice para que la Conferencia Episcopal haya remitido el tradicional telegrama de felicitación al renovado inquilino de Moncloa.

En el mismo, firmado por el presidente de la CEE, Juan José Omella, y el secretario general, César García Magán, el episcopado traslada a Sánchez "nuestro deseo de un tiempo de servicio leal, generoso y constante al bien de todos los españoles", al tiempo que "le anticipamos que, como hemos hecho siempre, en la obtención del bien común de nuestra sociedad, podremos caminar juntos, cada uno según las obligaciones y los compromisos que tenemos como servidores del pueblo español".

En todo caso, fuentes consultadas por RD aseguran que no habrá valoración oficial de lo sucedido en los últimos días hasta el lunes, cuando el cardenal Omella pronuncie su discurso en la Asamblea Plenaria que, a buen seguro, también emitirá una nota acerca de la amnistía y la violencia ultra en las calles de Ferraz. Una Plenaria, por cierto, en la que los obispos conocerán el resumen ejecutivo de la auditoría llevada a cabo por Cremades, y debatirán sobre la inédita visita del pleno episcopal al Papa el próximo 28 de noviembre.

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Mientra tanto, Jesús Sanz sigue a lo suyo y, en una inusitada Tercera en ABC, denuncia el "modo corrosivo y destructor de plantear la gobernanza de España" por parte de Sánchez, y defendiendo a los que, en algunos casos de forma violenta, acusa "como traidores a quienes pretenden formar gobierno desde programas políticos contradichos y burlados por otros intereses espurios que terminan siendo bastardos". 

Sánchez y Omella, en Añastro
Sánchez y Omella, en Añastro

Para Sanz, esa "inesperada expresión popular" se ha tratado de "boicotear falseando cifras de participación e introduciendo grupos desestabilizadores extremistas cuyas matrices encienden sospechas de una encubierta manipulación". Para el arzobispo de Oviedo, "cuando la sociedad toma la calle para decirlo en voz alta, cuando asociaciones de jueces y de fiscales, de colegios profesionales, asociaciones y despachos de abogados, colectivos de funcionarios con sus sindicatos, patronales empresariales, asociaciones de diplomáticos, como también asociaciones de la Guardia Civil y de la Policía Nacional, colectivos de periodistas… cuando se da todo este movimiento social de amplio espectro y diversificada responsabilidad, estamos ante algo que preocupa y duele, y que no consiente mirar para otro lado pasivamente".

Cando la sociedad toma la calle para decirlo en voz alta, cuando asociaciones de jueces y de fiscales, de colegios profesionales, asociaciones y despachos de abogados, colectivos de funcionarios con sus sindicatos, patronales empresariales, asociaciones de diplomáticos, como también asociaciones de la Guardia Civil y de la Policía Nacional, colectivos de periodistas… cuando se da todo este movimiento social de amplio espectro y diversificada responsabilidad, estamos ante algo que preocupa y duele, y que no consiente mirar para otro lado pasivamente

"¿Y la Iglesia?", se pregunta Sanz. "¿No va a decir nada? ¿Por qué calla y está como ausente?". Al menos, él (y como ya publicamos, otros prelados de nítido carácter conservador) no lo hay hecho. Así, Sanz realiza un recorrido por los documentos en los que los obispos rubieron "una palabra orientadora (...) como denunciadora de riesgos que rompen la historia y la avenencia o pacificadora ante conflictos que tensan y crispan poniendo en jaque la convivencia", desde 1972 a 2022.

"Metiéndonos en política"

"Cuando hablamos colectivamente, o cuando lo hacemos a título personal, es frecuente que se acojan nuestras palabras con gratitud por quienes las atienden, pero también hay quienes nos señalan como intrusos que han traspasado el umbral impropio de la modernidad metiéndonos en política", se lamenta el prelado. "Tengo experiencia sobrada", añade, admitiendo que "sería improcedente para nuestro ministerio si bajásemos a la arena de un debate partidista constituyéndonos en unas siglas más que aspirasen a tribunas como si quisiéramos recuperar extrañas teocracias y creyentes banderías".

Monseñor Jesús Sanz, arzobispo de Oviedo
Monseñor Jesús Sanz, arzobispo de Oviedo

"Nuestra clave no puede ser política, aunque hagamos crítica a algunas derivas de gobernanzas administrativas o legislaciones vinculantes. Nuestra clave debe ser únicamente moral", apunta, al menos por escrito. Aunque a renglón seguido señala "que la insolidaridad chantajista entre regiones autonómicas como moneda de cambio para inconfesables prebendas, divide y crispa mientras que la verdadera igualdad solidaria es la única que fraterniza en la justicia. Que la venganza tergiversadora al reescribir la historia no sucedida imponiendo su relato partidista reabre heridas en una sociedad que vuelve a enfrentarse. Que en un Estado de derecho no se puede socavar la independencia de los poderes públicos acorralando y manipulando la judicatura y la fiscalía para amañar la ley impunemente poniendo en riesgo la misma democracia. Que en aras de una de investidura y un gobierno no cabe aliarse con quienes han delinquido de tantos modos con golpismo independentista, corrupción insidiosa, malversación económica y escondrijos prófugos, o menos aún con quienes mercadearon con sangre inocente en acciones terroristas". Casi nada.

"Cabe otro tipo de política que no sea deudora de la mentira torticera, de la división insidiosa, del chantaje tramposo, de la destrucción del Estado de derecho dejando la democracia herida, de las diversas ideologías tóxicas y destructivas", concluye el arzobispo de Oviedo.

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