Desayuna conmigo (lunes, 3.2.20) San Blas, la cigüeña verás

Fiesta popular

La medalla de san Blas 2020

No aburriré a los lectores con la historia de este obispo armenio del s. IV, ermitaño y mártir, un santo tan peculiar y popular en muchas poblaciones de España. Ignoro la razón de por qué la sabiduría popular (el refranero) se ha fijado tanto en él: “por san Blas, la cigüeña verás, y, si no la vieres, año de nieves", “por san Blas, hora y media más”, "san Blas bendito, cúrame la garganta y el apetito" y "san Blas, tú me llamarás". La anécdota que lo ha hecho tan popular es, sin duda, la curación milagrosa de un niño que se había atragantado con una espina de pescado, razón seguramente por la que se le ha nombrado patrón de los otorrinolaringólogos y de los enfermos de garganta. Nada tiene de particular que en su fiesta se bendigan las famosas gargantillas contra los catarros.

Procesión de san Blas en Mogarraz

Aunque sea un abuso de su confianza, espero que los lectores de este blog me concedan su venia para referirme esta mañana a una fiesta que tiene para mí resonancias especiales por la celebración que de ella se hace en mi pueblo natal, Mogarraz, enclavado en el corazón de la Sierra de Francia de Salamanca, un pueblo que es conjunto histórico y uno de los más bonitos de España. Que yo recuerde, a san Blas siempre se le ha tenido gran devoción en mi pueblo. Por esa razón y por su emplazamiento en el calendario, la peña que organiza sus fiestas populares eligió, hace ya más de veinte años, san Blas como la gran fiesta de invierno del pueblo. San Blas y las Nieves polarizan el año para los mogarreños, dividiéndolo justo por la mitad: una, a primeros de febrero, y la otra, a primeros de agosto. La de verano, la fiesta patronal, dura una semana; la de invierno, solo un día. Dado que ambas motivan muchos viajes, el día elegido para la celebración popular de san Blas es el sábado más próximo a su festividad litúrgica del día 3 de febrero. Este año, por ejemplo, se celebró anteayer, sábado, 1 de febrero. La litúrgica, con procesión del santo por las calles del pueblo, se celebra siempre hoy, día 3 de febrero. Ambas lo hacen juntas solo cuando el día 3 cae de sábado.  

Mogarraz, conjunto histórico

A raíz de haberle sido concedida este año la medalla de san Blas a la asociación belenista zamorana “La Morana” el pasado sábado, día 1 de febrero, un periódico de Zamora se expresaba así sobre la fiesta de san Blas de Mogarraz: ”cada año asisten a esta fiesta un buen número de folcloristas, danzantes, bailarines y tamborileros de toda la provincia de Salamanca y lugares cercanos que le dan un encanto especial a la villa, pues las calles se llenan de cantos y bailes de muy diversa procedencia en un maravilloso entorno en el corazón de la Sierra de Francia”.

Si bien la fiesta litúrgica concita mucha devoción, la popular tiene mucho gancho en toda la zona al tratarse de una fiesta eminentemente musical y gastronómica. La música de la gaita y el tamboril es alegre y saltarina e invita a bailar, sobre todo el solemne “baile serrano”. Años ha habido en que en este día han ido a Mogarraz más de cuarenta tamborileros.

Limón serrano

La gastronomía, por su parte, tiene un gran peso: tras el homenaje que el ayuntamiento y la peña de fiestas hacen cada año a un personaje o a una entidad relacionados con la cultura popular, se obsequia a los asistentes con dulces y licores; se procede después a un desfile musical por todo el pueblo que termina en la plaza Mayor para una comida al aire libre, cuyo plato estrella es el “limón serrano”. Durante años, fue una comida gratis para todos sus comensales, pero, últimamente, para un mejor control y por necesidades de presupuesto, la peña cobra un precio simbólico. Hacia las seis de la tarde, se inicia un nuevo desfile por las calles del pueblo de lugareños y forasteros, al son de tamboriles y gaitas, con parada en las numerosas bodegas que colaboran con la fiesta.  En cada bodega, todo el mundo es invitado a exquisiteces gastronómicas regadas con buen vino y licores. Lo que en ellas se gasta corre a cargo de sus dueños, salvo un pequeño aporte de la peña de fiestas, y eso que cada bodeguero se esfuerza por ofrecer lo mejor y ser el más generoso. En los años en que me tocó cargar con la responsabilidad de la peña, las bodegas colaboradoras superaron la veintena.  Nada tenía de extraño que, deteniéndose en cada una a bailar, comer y beber, el desfile terminara hacia la media noche en la plaza, donde se servía, también gratis, chocolate con churros y queimada a quienes no hubieran quedado tirados por las calles.

Bailes ofertorio virgen de las Nieves

Tras lo dicho, seguro que a más de un lector, tras excusarme por este abuso, le habrá entrado el gusanillo de conocer tan original y hospitalario pueblo, si es que todavía no se ha acercado a disfrutar de las muchas maravillas que la Sierra de Francia ofrece a cuantos la visitan.

Concluyamos este excurso con una reflexión de peso: si algo queda de importancia para tantos pueblos españoles, tan diezmados o “vaciados” debido a nuestra actual forma de vida, son sus tradiciones festivas, esos días en que se triplica y cuadruplica su población, días llenos de optimismo y ganas de vivir de forma despreocupada y alegre. Son días en que parte de su diáspora regresa al pueblo. Días en que, en un ambiente distendido y animado, se disfruta de lo lindo de encuentros con conocidos y amigos. Días en que uno se informa de cómo les va la vida a tantos seres con los que ha compartido tanto. Pero ¡qué difícil es mantener vivas esas fiestas, sobre todo cuando las aportaciones de sus ayuntamientos son pequeñas! En el pueblo de Mogarraz tenemos una peña de fiestas que se mantiene casi milagrosamente, pues, desde que se creó en 1975, viene cumpliendo su cometido año tras año gracias al celo de unas juntas directivas que tienen que ingeniárselas para conseguir fondos. Su labor resulta tan dura e ingrata que los cargos se renuevan, por lo general, cada dos años, pues, quién más quién menos, todos terminan quemados.

Oración a san Blas

Convencido estoy de que hoy san Blas, complacido y sonriente, se preocupa de forma especial de las gargantas de todos los mogarreños para hacer verdad lo que se dice en su oración: “que no nos falte nunca la voz para cantar contigo las alabanzas del Señor “.

Sin la menor duda, veremos hoy la cigüeña, esa imagen incomparable de lo elevado y majestuoso, que se traduce en el ánimo de esforzarse por mejorar la vida, la propia y la de todos los demás.

Correo electrónico: ramonhernandezmartin@gmail.com

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